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En el PP creen que Rajoy es "el culpable" de haber generado expectativas

En las filas populares están “enfadados” con Rajoy porque recuerdan que fue él quien anunció hace quince días que iba a hacer cambios en el partido y en el Ejecutivo, abriendo la veda a las especulaciones y quinielas. Confían en que su jefe de filas haya “tomado buena nota” de la debacle del 24 de mayo y que lo que haga no genere "mayor frustración"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. / ALAIN JOCARD (AFP)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Madrid

El 26 de mayo de 2014, Mariano Rajoy compareció ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP para analizar los resultados de las elecciones europeas. Entonces, prometió que a la vuelta del verano, en septiembre, pondría en marcha “un plan dinamizador” de su partido y pidió a los suyos “más presencia en la calle” para explicar las reformas del Gobierno. Además, María Dolores de Cospedal comentó que había que “mejorar los mensajes” y la dirección nacional se confabuló para recuperar el apoyo perdido.

Curiosamente un año después, el Partido Popular se encuentra en la misma situación y la cúpula conservadora aplica las mismas recetas. Pero en esta ocasión, como resaltan algunos dirigentes, se ha reducido el margen de maniobra y toca reaccionar ya si se quiere evitar una gran derrota en las generales. En el partido han echado cuentas. En las europeas perdieron un 38% de los votos y ahora un 28,5.  Creen que si no se remedia, en la próxima convocatoria electoral se desprenderán de un tercio del respaldo obtenido.

Por eso un día después de conocerse los resultados del 24 de mayo, el jefe del Ejecutivo dijo que no pensaba hacer nada pero no tardó más de 48 horas en replantearse la situación. Rectificó y comentó que acometería cambios tanto en el partido como en el Gobierno. “Estos se anuncian una vez que se han producido”, señaló a los periodistas. Pero han pasado quince días y para los suyos está resultando “una auténtica eternidad” y más en política. Consideran que Rajoy se equivocó al hacer esa declaración porque abrió la veda a todo tipo de especulaciones y quinielas.

El presidente ha asegurado que moverá fichas en junio pero rebaja las expectativas y los suyos no lo comprenden. Tras escucharle, en su partido, son muchos los que confiesan que están "enfadados" porque opinan que precisamente él ha sido "el culpable” de que las expectativas se desataran.

Esperan que ahora, a su vuelta de Bruselas, o entre su viaje a Milán (16 de junio) y Baiona (22 de junio), se conozcan sus planes y se acaben así ya, de una vez por todas, los nervios y el "bajón" que impera en sus filas. Pero hasta ese momento,dentro del PP continúan las cábalas y se han formado dos grupos. El de los que confían en que los cambios sean “muy significativos” y el de los que desechan, por completo, “una revolución”. Estos últimos no esperan una crisis de Gobierno en toda regla y están pendientes de ver qué ocurre en el partido. Pero todos, los unos y los otros, rezan para que su jefe haya “tomado buena nota” del recado de los ciudadanos. “Hay que ver si es verdad o no que se ha enterado de lo ocurrido”, inciden.

En estos días, Rajoy se ha reunido con muchos cargos del PP y ha recibido muchos papeles con consejos para abordar una regeneración. Dicen en Génova que “le dan ideas”. Algunos piensan que si fuera José María Aznar su cuaderno azul estaría lleno de tachones y prescindiría de medio equipo. Pero dicen que su estilo es otro. Rajoy maneja un iPad y a él lo que le gusta es “sumar”. Por eso sus colaboradores no creen que, al final, reste poder a Soraya Sáenz de Santamaría o Cospedal. “Sería enmendarse la plana a sí mismo”, resaltan.

Es un complicado juego de equilibrios que la mayoría espera se resuelva con "refuerzos". “Quiere que seamos más”, comentan en el PP pero para muchos resultará “insuficiente” cuando lo que desean es ver rodar cabezas. En su formación piensan que con "apaños" no bastará porque eso “lo podría haber hecho hace un año pero no en estos momentos”. “Ojalá no sea un parto de los montes que solo genere mayor frustración”, comenta un miembro del Comité de dirección del PP.

Él tiene la última palabra pero dentro del partido se barajan varias fórmulas para mejorar la situación. Se ha hablado ya de la posibilidad de que Rajoy se erija como “gran portavoz”. De esa forma daría más la cara, se encargaría de dar explicaciones y, con ello, buscaría una cercanía y empatía que durante esta legislatura ha evitado a toda costa. Para algunos en el PP ya es “bastante tarde” y recuerdan que él es el que “más quemado está”.

También hay quien habla de un coordinador general. Siempre es una figura recurrente en estos casos. Alguien que sirva de enlace entre La Moncloa y el PP. Se ha apuntado a Alfonso Alonso o a Pablo Casado. Para ese y otros puestos. Pero lo complicado es dar con alguien que pueda comulgar tanto con la vicepresidenta como con la secretaria general. También hay quien ve a Esteban González Pons ocupando alguno de esos puestos para que mejore la imagen del PP.

Y, por último, se ha hablado de formar un comité de estrategia de cara a las generales. Sería un órgano paralelo que no le robe competencias ni protagonismo a nadie, con nuevas caras que acudan a los medios y refuercen así la marca.

 
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