UGT adelgaza su estructura y reorganizará su poder para el Congreso del relevo de Cándido Méndez
El Comité, máximo órgano entre Congresos, lanza esta semana el proceso de cambio que culminará en marzo de 2016
Madrid
Hace unos meses, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, anunció que el siguiente Congreso de UGT se adelantaría al menos un año y que él no volvería a aspirar al liderazgo. Esta semana, ese proceso de cambio empieza a definirse: el Comité Confederal, máximo órgano entre congresos, estudiará la propuesta de la dirección para esa cita decisiva en la que, además del relevo en la dirección, se planteará un proceso de reducción y reorganización de estructuras para hacer –dicen fuentes del sindicato- una UGT más comprimida (y, por tanto, ahorrar costes) y más pegada a los trabajadores. También fijará fecha para el Congreso: su propuesta es que sea entre el 9 y el 12 de marzo de 2016.
El cambio organizativo que propone la dirección, que será sometido al Comité (líderes sectoriales y territoriales) los próximos 27 y 28 de mayo, pasa por acometer la anunciada reducción de federaciones, de las seis actuales a tres. Fuentes del sindicato indican que quedarían una gran federación de producción de bienes (todas las ramas industriales y agrícolas), una gran federación de servicios públicos y otra gran federación de servicios privados. Para que los distintos sectores no pierdan su personalidad dentro de estas macroestructuras, la cúpula de UGT propone un diseño por el que las Ejecutivas (los órganos de dirección) estarían constituidas por secretarios de área, como hasta ahora (acción sindical, organización, igualdad…) y secretarios de sector (por ejemplo: banca, comunicaciones, transportes…). Con este diseño, se aspira a reducir las estructuras “políticas” y darle más peso a las vinculadas directamente con los trabajadores y las empresas, lo que amplificaría –dicen- la voz de los afiliados en sus organizaciones.
Este diseño, inspirado en el que tenía la antigua federación de Transportes, Comunicaciones y Mar (así garantizaba el equilibrio entre sectores tan diversos) busca también crear solidaridades entre los distintos sectores, para reconducir recursos y apoyos de los que más tienen a los más necesitados, apuntan fuentes conocedoras del diseño elaborado por la dirección de UGT. Por otro lado, un efecto de esta compresión de las estructuras sindicales supondría un ahorro notable de costes, destacan: pasar de seis federaciones a tres reduce costes en un 50%. Además, los nuevos secretarios generales de las tres grandes federaciones pasarían a formar parte de la dirección confederal de UGT, y sus homólogos en los territorios también se incorporarían a las direcciones de las estructuras sindicales en las Comunidades Autónomas.
Este nuevo diseño encuentra resistencias en el seno del sindicato. Algunas grandes federaciones, como la de enseñanza (FETE) o FITAG, una de las dos industriales, temen ver reducida su influencia, apuntan estas fuentes. Además, reducir las estructuras supone reducir cargos, por lo que también habría personas que se verían desplazadas y dejarían de ocupar puestos de responsabilidad. La dirección confía en vencer estas reticencias, apoyándose en que el anterior Congreso (abril de 2013) mandató a la dirección para que presentase iniciativas en este sentido. De aquí a noviembre (cuando habrá un nuevo Comité que perfilará aún más el camino al Congreso) esperan contar con un consenso y una ruta bien trazada.
El Congreso del relevo
El Comité de esta semana despejará también la incógnita de cuándo será ese nuevo Congreso. La dirección quiere que se celebre entre el 9 y el 12 de marzo de 2016. Así, se cumplen dos objetivos: por un lado, que sea antes de abril de 2016 (respetando el compromiso de Cándido Méndez, que prometió nuevo Congreso “al menos un año antes” de la fecha en la que debería celebrarse si se agotase el mandato de cuatro años, abril de 2017). Por otro lado, esta fecha evita que la Semana Santa (a finales de marzo) perturbe o enlentezca el trabajo.
El 42º Congreso será el del relevo, puesto que Cándido Méndez anunció el pasado noviembre que no se presentaría a la reelección cuando, para esa fecha, estaría a punto de cumplir 22 años al frente de UGT. Todavía no se ha postulado claramente nadie para sucederle, aunque la dirección espera que los posibles aspirantes empiecen a posicionarse en las próximas semanas. Por otro lado, también se abre una carrera por liderar las tres federaciones resultantes del nuevo esquema organizativo (si finalmente se aprueba por los miembros del Comité), puestos con mucha influencia y poder.
La propuesta reorganizativa de la dirección obligará a las federaciones a preparar las fusiones antes del Congreso, y a las Uniones (las organizaciones territoriales) a efectuar los cambios que apruebe ese Congreso en los meses siguientes a su celebración. Además de los cambios estructurales, la dirección propondrá también que los servicios que las federaciones ofrecen a sus afiliados y a los trabajadores se unifiquen, en la medida de lo posible, y que las organizaciones territoriales del sindicato definan su modelo de acuerdo con las singularidades de cada una de las Comunidades Autónomas, recibiendo siempre el visto bueno de sus respectivos Congresos para que esas estructuras tengan permanencia y no puedan ser modificadas discrecionalmente por las ejecutivas locales.