Grazie Carletto

Si eso fuera cierto el presidente no se habría atrevido a cargarse a Ancelotti, al que la afición le ha encontrado fallos, pero sobre todo le muestra reconocimiento por haber sido el técnico de la Décima y por haber devuelto a la figura de entrenador del Madrid el lustre que le quitó el portugués errante y su pretoriana guardia de macarras.

El Madrid es del señor Pérez, que es el que ha decidido reunido consigo mismo destituir al técnico italiano. El principal argumento es que el club necesita un nuevo impulso para lograr los objetivos. Ahí se equivoca el presidente. El Madrid no necesita un nuevo impulso; necesita un plan que vaya más allá de ganar o perder, una organización adecuada para que el entrenador no esté absolutamente solo.

El Madrid necesita más profesionales y menos palmeros; un cuerpo médico del que se fíen los futbolistas y un ejecutivo que se atreva a decirle a Florentino a la cara que lo suyo son los números y no el balón. Un nuevo entrenador no va a dar ese impulso. Con el nuevo entrenador el Madrid competirá al máximo porque eso lo da el escudo, pero si no llega todo lo demás dentro de poco la película se repetirá porque al final solo puede ganar uno.

Mientras ,Ancelotti se va como un ejemplo de dignidad, honestidad y honradez. Se encontró un vestuario roto y lo ha unido; se encontró un escudo mancillado y le ha sacado brillo; se encontró 9 Copas de Europa en el Museo del club y deja 10. Y siempre restándose importancia y con el nosotros por delante del yo. Carletto, que te vaya bonito.