La normativa en donación española no discrimina por la orientación sexual
La legislación española en términos de donación de sangre se aleja de la sentencia del TJUE, que prohíbe donar sangre a los hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres
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Varias bolsas de donación de sangre preparadas para su uso. / Getty Images
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Madrid
Tras que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminará hoy que los homosexuales pueden ser excluidos permanentemente de donar sangre si la situación sanitaria de su país lo justifica, se abre un nuevo debate en torno a esta práctica altruista.
Francia fue el primer país que negó la donación de sangre a un ciudadano en 2009, por haber mantenido relaciones sexuales con otro hombre. Ese mismo año Nicolas Sarkozy la legislación vigente desde 1983, y que impedía a los homosexuales donar sangre, fue retocada mínimamente para eliminar el término “homosexual” por el de “hombres que tengan o hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres". Ahora, Pese al beneplácito de la justicia europea, el gobierno francés ya ha trasmitido su disposición a cambiar la normativa.
En España, la donación de sangre se asocia a un gesto solidario y en ningún caso contempla la orientación sexual de las personas como impedimento para donar sangre. Los únicos requisitos que deben de cumplir las personas para donar sangre son tres: tener más de 18 años y menos de 65, pesar más de 50 kilos y gozar de buena salud.
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Este último es el más importante, por eso todas las personas dispuestas a donar deben de pasar un reconocimiento previo con un cuestionario de autoexclusión y una entrevista personal a cargo del personal sanitario encargado de la extracción.
De esta manera se pretende proteger tanto la salud del donante como la del enfermo, evitando aquellos casos en los que pueda existir una mínima duda en cuanto a la seguridad de la sangre. Así mismo, será el personal sanitario quien concluya sí el donante cumple todos los requisitos para donar. La única excepción para un donante es que deben de haber transcurrido un mínimo de dos meses entre cada donación. Estas medidas forman parte de la normativa de donación española, que fue aprobada mediante un Real Decreto publicado en 2005, en el que además recoge los procedimientos a seguir por parte del centro de transfusión.
Posteriormente los centros de transfusión se encargarán de realizar los análisis pertinentes sobre cada donación para determinar el grupo sanguíneo y la calidad de la misma. Los análisis a los que se somete la sangre se centran tanto en detectar el número de anticuerpos irregulares, como en comprobar que no hay restos de VIH o Hepatitis B y C, además de otras enfermedades como sífilis, Chagas, Paludismo y HTLV en la sangre.
Tras estos análisis, el donante recibirá un informe en el que se le confirmara si su analítica sanguínea es normal o se ha detectado algún marcador irregular, que puedan afectar a su salud y necesitar asistencia médica.