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CRÍTICA

“Mejor ser la novia de una que la novia de todas”

Globomedia da un golpe en la mesa con 'Vis a vis' y firma una de las series españolas del año que se estrenará el próximo lunes en Antena 3

Las reclusas de 'Vis a vis', nueva serie de Antena 3 / ATRESMEDIA

Madrid

Hay consejos que en la cárcel cobran otra dimensión y admiten una única e inequívoca lectura. La inocente frase "mejor ser la novia de una que la novia de todas" en boca de Sole -y entre las cuatro paredes de una angosta celda compartida- se torna, cuanto menos, inquietante e invita a reflexionar. Induce a plantearse la idea de que, cuando las circunstancias cambian, cuando el entorno es hostil o, simplemente, es distinto, hay que adaptarse.

Y es lo que ha hecho Globomedia con 'Vis a vis' una excelente ficción -por lo visto en el capítulo piloto- que el próximo lunes 20 estrenará Antena 3 en prime time.

Globomedia, con el empujón del departamento de Ficción de Atresmedia, ha desterrado -esperemos que por completo- la receta para la fabricación de series de éxito que otrora funcionó como una exacta ecuación y que, en los últimos años, no había conducido más que a decadentes productos. 'Bienvenidos al Lolita', 'BuenAgente', 'El corazón del océano' o 'B&b, de boca en boca', series que empleaban fórmulas pasadas para un momento en el que la ficción televisiva patria andaba ya por otros derroteros mucho más avanzados.

Era la fórmula del querer ser "novia de todas", del querer agasajar a todos los públicos, del querer ser más antes que ser mejor. Con 'Vis a vis', Globomedia quiere ser la novia de una. La novia de un tipo concreto de espectador -dentro de un abanico relativamente amplio- que, por encima de todo, ve la calidad en el producto que consume. 'Vis a vis' no está concebida para lograr la simple aceptación generalizada, sino para arrancar el aplauso del público al que la serie finalmente llegue, ya sean cinco o tres millones de espectadores.

Liderada por Álex Pina en su producción ejecutiva, 'Vis a vis' es el ejemplo perfecto de fusión entre lo bueno de la ficción americana y el talento nacional sujeto a las exigencias de una pantalla generalista.

En sus cimientos, 'Vis a vis' bebe por completo de la gran serie de Netflix 'Orange is the new black'. En el dibujo de sus personajes, en la propuesta argumental inicial, en el conflicto interno e incluso en las motivaciones que desencadenan la trama de la vida en esta cárcel femenina. Está tan cómoda asemejándose a 'Orange is the new black' en los primeros minutos de su capítulo piloto que hasta se reviste con su misma apariencia: prisión privada, uniformes amarillos, modelo anglosajón de gestión y una cosmopolita composición del cuerpo de reclusas.

Un thriller en el universo 'Orange'

Pasillo central de la prisión construida para el rodaje de 'Vis a vis'

Pasillo central de la prisión construida para el rodaje de 'Vis a vis' / DAVID REDONDO

Sin embargo, 'Vis a vis' no es una copia de 'Orange is the new black'. Ni una adaptación. 'Vis a vis' recrea ese universo para pivotar hacia lo que realmente es, un interesante y atractivo thriller carcelario en el que se lleva a cabo con maestría una acertada dosificación del suspense.

Con planos que se salen de los común en una serie de firma nacional, con una magnífica dirección de fotografía (de Migue Amoedo), envuelta en tonos fríos y con un arranque sosegado, pero con ritmo, 'Vis a vis' presenta, desde sus primeros minutos, las credenciales a convertirse en una de las series del año.

Cuidada, mezcla la forma de presentación de personajes entre lo tradicional (hola, yo soy fulanita, soy así de chunga y estoy aquí porque cometí tal delito) y lo sugerente e inteligente; una fórmula que permite al espectador más generalista disfrutar de ir descubriendo a algunos personajes poco a poco -como el que abre un regalo, como ocurre con una serie de HBO-, sin necesidad de perder el hilo pasados 20 minutos.

El primer capítulo de 'Vis a vis' avanza manteniendo la tensión narrativa en todo momento explotando hacia la mitad del episodio, momento en el cual el espectador aparta el interés de la negra convivencia de unas convictas para meterse de lleno en el thriller, en una rocambolesca historia acerca del paradero de 9 millones de euros que, por el camino, se han cobrado ya la vida de varias personas, dentro y fuera de la cárcel. En ella se verá inmersa, sin comerlo ni beberlo, Macarena (la protagonista, Maggie Civantos), ingenua niña de papá que acaba en prisión por otro tipo de delito. Es la chispa que enciende de verdad el capítulo, que inicia la trama de la serie y que arranca el proceso de auto-redescubrimiento que le tocará vivir al personaje protagonista y a toda su familia.

Así, con 'Vis a vis' el espectador se encuentra ante una serie que articula y engloba con precisión una historia con suspense narrada de manera inteligente, un marco creíble y unos personajes vivos que desnudan sus carácter con el transcurso de los sucesos. Una serie que juega sin ventajismo con las emociones del espectador permitiéndose el lujo de regalarle, de vez en cuando, motivos para sacarle una socarrona sonrisa.

Reparto creíble y destacable

Dependencia de la prisión construida para el rodaje de 'Vis a vis'

Dependencia de la prisión construida para el rodaje de 'Vis a vis' / DAVID REDONDO

Y entre esta comunión técnica perfecta se eleva un reparto, en su mayoría compuesto por nombres poco mediáticos, pero dignos de reconocimiento. Si bien Maggie Civantos (Macarena) no termina de dar forma por completo al personaje protagonista, la complejidad del mismo y exigencia interpretativa a la que se ve sometida invita a dejar pasar varios episodios antes de juzgar el trabajo de esta actriz que, ya en el primer capítulo, es aceptable. Quienes sí dan con el tono idóneo de sus personajes son María Isabel Díaz Lago (Sole) y Berta Vázquez (Rizos). Una desde la mirada abatida y la esperanza perdida y la otra desde la rebeldía jubilosa y atractiva, ofrecen dos versiones de sincera nobleza dentro de la prisión Cruz del Sur. Roberto Enríquez (Fabio), como guardia de la prisión, destaca sin ínfulas de protagonista como otro de los bastiones interpretativos fundamentales. Todo lo que rodea a Fabio es como la niebla: borroso, pero cala.

Se puede aprender de lo que enseñó 'The wire' acerca de las sombras de unos personajes que convierten su trabajo en un refugio de vida sin necesidad de copiar ni reproducir 'The Wire'; se puede aprender de lo que enseñó 'Breaking bad' a la hora de dar la vuelta como un calcetín al carácter de un personaje, de dinamitar su alma y explotar su trama, sin que ello conlleve copiar 'Breaking bad'; se puede hacer un dibujo del poliédrico universo femenino como enseña 'Girls' sin que sea preciso calcar la serie de HBO; y se puede sumergir al espectador en el gris panorama de una prisión encerrándolo en la cotidianeidad más natural al más puro estilo 'Orange is the new black' sin tratarse de un plagio de la ficción de Netflix.

Como ya hizo 'Gomorra' dentro de la ficción italiana, 'Vis a vis' se ha atrevido a aprovechar el talento nacional, de guionistas a actores pasando por directores, para reeducarlo a partir de todo lo bueno que ha enseñado la ficción norteamericana. En lograr ese complejo y meritorio maridaje -que sí consigue en su capítulo primero- estribará el éxito de esta serie que no quiere ser la novia de todas; que quiere ser la novia de una, que ha querido ser como es.

 
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