'Bunga-bunga' demasiado erótico
Un tribunal de Bari ha optado por llevar a cabo una sesión cerrada ante el elevado tono erótico, por no decir pornográfico, de las escuchas telefónicas relacionadas con mujeres que acudían a las fiestas "bunga-bunga" del ex primer ministro

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi saluda a sus seguidores a su llegada al Palazzo Grazioli en Roma / ANGELO CARCONI (EFE)

Roma
-"Terminaremos muy tarde" –dijo Gianpaolo Tarantini, uno de imputados en el proceso por presunta inducción a la prostitución en las fiestas eróticas del ex primer ministro Silvio Berlusconi.
-"Entonces será una noche brava"–le contestó la modelo Stella Maria Novarino, una de las participantes en el bunga-bunga.
La conversación forma parte de la numerosas interceptaciones telefónicas de la policía italiana en la investigación a Tarantini y a Valter Lavitola, este último ya condenado a 6 años de prisión por estafa al Estado, quiebra fraudulenta y extorsión en Panamá con la complicidad del expresidente Ricardo Martinelli. El audio se reprodujo este lunes en la enésima audiencia pública del Tribunal de Bari, por el que van desfilando 29 de las aproximadamente 40 mujeres contratadas para exhibirse en las lujosas cenas y fiestas en las residencias privadas del ex cavalliere.
En aquella ocasión de 2008, Tarantini había fijado la cita con Noverino las 9 de la noche. Este lunes, la fiscal le preguntó el significado en aquel contexto de "terminar muy tarde en una noche brava’". La modelo explicó a los jueces que eran las fiestas que terminaban antes de las 23. Nadie le creyó.
En el curso de esta última audiencia, la reproducción de las interceptaciones judiciales adquirió muy pronto un elevado tono sexual. Antes que pudieran oírse diálogos pornográficos, el presidente del Tribunal, Luigi Forleo, interrumpió la sesión y alegó que su escucha pública "podía atentar contra las buenas costumbres y la intimidad de los testigos". Por ello, ordenó la salida de periodistas, del público y el cierre de las puertas de la aula judicial. Desde entonces, nada más ha trascendido del erotismo del bunga-bunga.
“Viejos con mucho poder”
Con anterioridad, en este proceso se habían conocido nuevos detalles de las llamadas telefónicas entre Tarantini y Berlusconi sobre la organización del “bunga-bunga”, que generaron morbosos titulares y artículos en la prensa italiana. En una de ellas, el ex presidente del gobierno italiano, actualmente de 79 años y con una fortuna que supera los 7 mil millones de euros, lamentaba que las mujeres "siempre se enamoraban de él, algo que le había perseguido toda la vida”. En otra, aseguraba que "esta noche tengo dos niñas, una periodista y una brasileña". En otra más, revelaba que todos los hombres presentes eran "viejos pero con mucho poder". Se refería, en concreto, a productores de cine y televisión con amplia capacidad para contratar personal femenino gracias a la mediación del anfitrión.
Jovencitas a golpe de cheques por beneficencia
Berlusconi demostró, además, su propio poder monetario a las jovencitas a golpe de regalos, cheques y transferencias. Fuentes judiciales estiman que, desde el inicio del bunga-bunga en el 2008 hasta la fecha, les habría pagado unos 5 millones de euros. Y algunas de ellas seguirían recibiendo dinero todos los meses, hecho que los fiscales consideran un intento de condicionar sus deposiciones en sede judicial. Se trataría de "beneficencia", según palabras del ex primer ministro, que en su segunda elección en el 2001 anunció que destinaría su salario de 14.000 euros mensuales a este fin. Sin embargo, tras su derrota en el 2006, se descubrió que se había aumentado la retribución de jefe del gobierno italiano hasta los 21.000.
Vacío en la ley penal
En su tercer mandato, a partir de 2008, Silvio Berlusconi aprobó un aumento de las penas por inducción a la prostitución de menores. En aplicación de aquella ley, que él mismo había firmado, fue condenado en primera instancia en el 2013 a siete años por sus relaciones con la menor marroquí Ruby, asistente habitual al bunga-bunga desde los 16 años. Pero fue absuelto por el tribunal de Apelación, primero, y por el Supremo, hace una semana, porque aun siendo duro y maduro no quedó demostrado que tuviera buen ojo con la edad de las adolescentes. Su ley, artículo 602 del código penal, presentaba un vacío: permitía que un acusado de inducción a la prostitución de menores pudiera invocar en su defensa, precisamente, la ignorancia de la edad de la persona ofendida. El ex primer ministro Mario Monti cambió la normativa hace año y medio.