Algo huele mal en Brasil

Madrid

Pagos de sobornos a cambio de contratos. La operación se remonta a hace un año, cuando la policía desvela la operación Lava Jato, contra una compleja red de lavado de dinero, evasión de divisas que habría evaporado 4.000 millones de dólares en una década. Entre los primeros detenidos el ex director de Refinería y Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa, acusado de vínculos con la organización de lavado de dinero. Luego colaboraría con las autoridades, con detalles sobre la operación, a cambio de una reducción en su pena. El y varios ejecutivos más, han tirado de la manta, dejando un olor fétido en la política brasileña.

Los partidos implicados son los dos que forman la coalición de gobierno, el de la presidenta Dilma, Partido de los Trabajadores , el del Movimiento Democrático Brasileño del vicepresidente Temer, el Partido Progresista y el Partido Laborista. Y la lista publicada hoy por los medios de comunicación brasileños incluye el Presidente del Senado Renan Calheiros y al del Senado. Ex ministros, el de Energía o el de la Presidencia, ambos muy cercanos a Dilma Rousseff durante su primer mandato. Aquí pueden consultar la lista completa con nombres y fotografías de los investigados. Todos ellos habrían recibido supuestamente dinero negro de la petrolera a cambio de contratos o posiciones energéticas.

Los hechos se remontan a diez años atrás, cuando estos nombres ocupaban cargos públicos de importancia y recibieron de directivos de Petrobras prebendas a cambio de contratos con la petrolera o negocios sucios de la compañía cifrados en miles de millones de dólares.

La policía detuvo a directivos de Petrobras, y una vez en la cárcel decidieron tirar de la manta a cambio de la reducción de sus condenas. Ellos son los que denuncian que las corruptelas consistían en favorecer a políticos a cambio de contratos del gobierno. Los empresarios obtenían contratos con Petrobras, engordaban los precios, se repartían parte de esa diferencia con directores de la empresa estatal y el resto lo dividían entre los políticos que lo recibían clandestinamente como donaciones para sus campañas electorales.