Illaramendi: ¿la estocada definitiva?
Con todos los focos puestos en Cristiano Ronaldo y su pequeño bache o en cómo estaría Iker Casillas bajo palos tras los pitos escuchados ante el Deportivo de la Coruña, un protagonista secundario se coló en la ‘fiesta’ de Gelsenkirchen
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Lucas Silva entra por Illarramendi en el partido de Liga ante el Deportivo. / SUSANA VERA (Reuters)
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El martes, en el entrenamiento llevado a cabo en Alemania, Carlo Ancelotti le daba el peto de titular a Lucas Silva junto a Kroos en el centro del campo. Con Modric, James y Khedira lesionados, aún hay un competidor más para Asier Illarramendi. El brasileño le adelanta nada más llegar al Real Madrid y el enésimo tren blanco se vuelve a alejar para el de Mutriku. Pero, ¿por qué?
Es evidente que Illarramendi no ha mostrado en el Real Madrid ni un 10% del nivel que sí demostró en la Real Sociedad pero, ¿tan pocas oportunidades se merece? Probablemente, la respuesta sea sí.
Desde su llegada a Valdebebas, algo no funcionó y la presión de estar en el club más importante del mundo pudo con Asier. Ya en su primera pretemporada, que comenzó con una lesión muscular, las cosas empezaron a torcerse para el mediocentro vasco.
En aquellos días, hace dos veranos, compañeros y gente cercana al equipo me contaban lo que le había sucedido a Illarra. En el primer balón de la primera jugada del primer entrenamiento, con toda la presión acumulada de su fichaje por el Madrid, recibe un pase de un compañero y, en el control, sufre una contractura.
Asier, con todas las ganas del mundo de triunfar en el Real Madrid, no hace ningún gesto, se calla y sigue entrenando para ganarse un puesto. De hecho, llega a disputar un amistoso en Lyon ante el Olympique. ¿Resultado? La contractura va a más y se pierde unas cuantas semanas de pretemporada, con lo comienza la carrera por ser titular con desventaja.
De aquellos polvos, estos lodos. Illarramendi no ha llegado nunca a encajar en el esquema de Carlo Ancelotti, que le dio oportunidades sin que el de Mutriku llegara a aprovechar ninguna. Con Di María actuando de improvisado mediocentro, el equipo iba tirando sin echar de menos a Illarra. El mal partido que jugó en Dortmund, en los cuartos de final de la pasada Liga de Campeones, en el que Casemiro salió reforzado tras unos buenos minutos finales, le macaron de tal manera de cara al técnico italiano, que Carlo prefirió a Khedira, recién recuperado de una grave lesión que le tuvo seis meses KO, antes que a Illarra para disputar la final de la Champions ante el Atlético de Madrid.
Otra estocada, quizá la más grave para el jugador, que, sin embargo, decidió quedarse en el Real Madrid este verano para tener una nueva oportunidad de triunfar de blanco. Terminado su ‘periodo de prácticas’ junto a su maestro Xabi Alonso, llegaba el momento de la verdad: puerta grande o enfermería.
De momento, enfermería. Un recién llegado Lucas Silva le quitó la oportunidad de volver a intentarlo en la Champions ante el Schalke el miércoles. Este jueves, Luka Modric volvió a entrenar, 96 días después de lesionarse, con el resto de sus compañeros, lo que significa que el Rey de ese medio del campo está muy cerca de volver para reclamar su trono. ¿Es esta la estocada definitiva para un chico que ha demostrado que tiene más fútbol del que ha enseñado en el Bernabéu? El tiempo, Ancelotti y el club, que se negó a escuchar ofertas por él en verano, tienen la respuesta.