Hay Liga para el campeón

Estaba el Atlético obligado a ganar al Rayo en el Calderón si no quería perder el paso en esa carrera que mantiene para evitar que los cocos de la Liga se distancien. Lo logró gracias a la inspiración del hombre que parece ser más determinante para los rojiblancos en los últimos tiempos, monsieur Antoine Griezmann.

El de Mâcon solo tardó 20 minutos en demotrar que es un jugador rápido, desequilibrante, vertical… y con sangre fría cuando encara al portero contrario. En ese tiempo hizo dos goles. El primero, en un error de Ze Castro, que regaló la pelota al rojiblanco para dejarle solo ante Toño. No le tembló el pulso al siete del Atlético, que hizo el 1-0 con un disparo suave con su pierna izquierda.

Parecido fue el segundo. Porque llegó en otro desajuste defensivo de la zaga vallecana. Peinó Mandzukic un balón en vertical para que Griezmann volviera a recibir solo y con todo el campo por delante. Corrió el francés hasta armar un nuevo disparo con silenciador. La definición no pudo ser más perfecta. Era el 2-0.

Se las prometían felices los hinchas del Calderón, que pese al acierto del francés estaban echando de menos un poco de posesión de balón. El Rayo tocaba más ante un Atlético muy armado en la zona ancha. Y es que Simeone había puesto un trivote con Mario, Tiago y Gabi que parecía ser un candado para la zona medular.

Los Trashorras, Kakuta y compañía, sin embargo, superaron en muchos momentos a los rojiblancos en trato al esférico. De hecho, en un error de Juanfran, Kakuta profundizó por la izquierda para servir un centro al borde del área que recibió Trashorras para acortar distancias.  Su gol rivalizó en calidad a los que había marcado Griezmann.

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No aprovechó el Rayo el impulso recibido por el gol. Y aunque siguió plantando cara al Atlético no puso en aprietos a los locales en muchos minutos. Prueba de ello es que en la reanudación fueron los de Simeone los que buscaron el gol.

Lo intentó el bigoleador de la noche con un disparo que a punto estuvo de sorprender a Toño. Pero el tercero llegó en un saque de esquina en el que la suerte se alió con el equipo rojiblanco, ya que Manucho introdujo en balón en su propia portería. Era el 3-1 que daba al Atlético tranquilidad hasta el final del encuentro.

En cualquier caso, tuvo sus ocasiones el Rayo. Manucho, por ejemplo, se desmarcó de Miranda y encaró a Moyá para intentar hacer el empate. Cayó en la acción en una jugada en la que más de uno dudó sobre si había que pitar penalti. Vicandi Garrido lo tuvo claro y no indicó nada.

Al partido le quedó mucho tiempo, pero pocos detalles. Solo dos. El primero, un disparo al palo que Griezmann envió en una jugada a falta de dos minutos para el minuto 45 de la segunda mitad. El segundo, el fallo de Fernando Torres, que no supo evitar a Toño en una jugada en la que fue habilitado por el francés.

Nada más. El Atlético se impuso para mantener sus opciones en el campeonato. Ahora mismo le separan cuatro puntos del Real Madrid -que tiene pendiente su encuentro ante el Sevilla- y tres del Barcelona. Hay Liga para los campeones.