Pablo Iglesias resucita el SMS del 13M
En una entrevista con Iñaki Gabilondo, el líder de Podemos asegura que la convocatoria frente a las sedes del PP se gestó en su Facultad de Ciencias Políticas. El autor del Pásalo –aún anónimo- matiza “Físicamente no, en el entorno sí”
Madrid
La entrevista de Pablo Iglesias a Iñaki Gabilondo ha resucitado el texto que convocó una protesta multitudinaria tras el 11-M frente a la sede central del PP con réplicas en cada una de las sedes populares de otras ciudades. “Se gestó” en su entorno, según afirma en la entrevista a Gabilondo emitida en La Tuerka. Y en concreto, en su facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. "El famoso SMS se gestó en mi facultad con un grupo de gente pensando la manera en la que había que ponerlo para que cupiera en los caracteres y generara ese efecto de flashmob"
El autor del SMS, un periodista reconocido e involucrado en distintas causas sociales, no ha querido hasta el momento revelar su identidad. No lo hizo entonces por temor a las represalias del Gobierno, confirmadas en la comisión de investigación de los atentados del 11-M en el Congreso donde el PP se empeñó en buscar a los ‘autores materiales’ de la convocatoria. Hoy, diez años después, es el único que puede valorar la revelación de Pablo Iglesias. ¿Se gestó el SMS del 13M en la facultad de Ciencias Políticas? Y en conversación con esta emisora, responde: “Físicamente no, en ese entorno sí”. De los 17 SMS que reenvió, recuerda, cinco fueron a miembros del Consejo Ciudadano de Podemos, cuatro de ellos profesores del Departamento de Ciencias Políticas. Con ellos pasó las horas previas al 13-M y aquel sábado de jornada de reflexión.
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Semanas después, con la conmoción de los atentados todavía reciente y José Luis Rodríguez Zapatero ya en el Gobierno, alguno de estos profesores de la Complutense valoraban la importancia del SMS para canalizar el malestar ciudadano ante la gestión informativa del Gobierno de Aznar. Juan Carlos Monedero, hoy uno de los líderes de Podemos, era uno de ellos. Aquella mañana de sábado “llegué al Café Comercial y me indigné con la entrevista a Mariano Rajoy en la prensa, a dos páginas, pidiendo el voto en jornada de reflexión. Había que convocar”. Su autor redactó el texto del mensaje de madrugada. Una vez difundido, el periodista, Monedero y otros tres amigos vinculados al departamento de Ciencias Políticas fueron a comer al restaurante Casa Mingo, en el madrileño Paseo de la Florida. Allí, discutían sobre la jornada sin saber que el SMS recorría España a la velocidad de la luz. Para entonces, el SMS había saltado de ciudad en ciudad. “El mensaje había acertado en algo que la gente esperaba recibir, era una respuesta extrema de la ciudadanía” explicaba Monedero en 2004 y así se recoge en diversas entrevistas durante aquellas fechas.
“¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman jornada de reflexión y Urdazi trabajando? Hoy 13-M. A las 18h. Sede PP. C/ Génova 13. Sin partidos. Silencio por la verdad. Pásalo”
El actual Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, entonces un joven licenciado en Ciencias Políticas cuyo currículum era un expediente académico excepcional y experiencia en los movimientos sociales, analizaba, también en 2004: “Ante una situación en la que el ordenamiento jurídico no permite ningún tipo de movimiento, es la propia gente quien se organiza poniendo en riesgo su libertad y su integridad física”, según recoge el libro ‘Jóvenes, aunque sobradamente cabreados’ (Ediciones B) una crónica donde Iglesias, entre otros entrevistados, analizan los últimos cuatro años de Gobierno conservador.
El relato completo de aquella jornada, los detalles de aquel SMS que desató una de las movilizaciones más relevantes de nuestra historia reciente, sólo puede terminar de contarlos su autor. La conversación de Pablo Iglesias con Iñaki Gabilondo no va desencaminada. Y como reconocía el propio Iglesias en su día "ninguna estrategia habría funcionado si parte de la sociedad no se hubiera identificado con esa protesta". A las cuatro de la madrugada de aquel 14 de marzo algunos manifestantes continuaban en Sol.
