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ENTREVISTA

José Luis García Pérez: "En televisión, la competencia sirve para destruir, en lugar de para mejorar"

Entrevista con el actor José Luis García Pérez que repasa la industria, su carrera y sus próximos proyectos en televisión y teatro

José Luis García Pérez es Juanjo en 'Vive Cantando'(ATRESMEDIA)

José Luis García Pérez es Juanjo en 'Vive Cantando'

Por más que hable de la Alameda de Hércules. Por más que enumere una lista de bares en los que tomar un reconfortante desayuno en Sevilla -"me iría al Santa Marina, o la Piola (son bares clásicos) o en el Abanilla. Iría rotando"-, José Luis García Pérez no es sevillano. Ni andaluz. Al tomar un café con él en un emblemático hotel de la madrileña Gran Vía, uno se da cuenta que la patria de José Luis García Pérez no es una ciudad, sino una manera de mirar el mundo. Su patria es el teatro. "La potencia que tiene el teatro no la tiene otra cosa. Lo que vive un espectador sentado en el teatro no lo vive en el salón de su casa ni para atrás", confiesa.

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Empezó Económicas. Y viajó... viajó hasta darse cuenta de que uno nunca puede ser feliz hasta que realmente no emprende el camino que en su interior siente que debe emprender. Así que dejó los números. Se matriculó en su otra gran pasión, Historia. Pero también quiso contarla. Contar la historia de la esencia del ser humano. Y esa no está en conquistas, ni batallas ni reinados. Está en los libros, en la literatura, en las grandes obras del teatro universal. Por eso, el joven sevillano comenzó a formarse también en el Centro Andaluz de Teatro.

Se siente, y así lo hace saber durante toda la entrevista, un afortunado por no haber dejado de trabajar como actor desde entonces. No presume de ningún proyecto en concreto. Si acaso, se enorgullece de que ciertas personas de esta profesión hayan formado parte de su carrera y de su vida. Es un tipo agradecido porque no olvida quiénes le extendieron la mano en sus primeros compases. Ha trabajado a las órdenes de Gerardo Herrero, Gracia Querejeta, Benito Zambrano, José Luis Garci, Carlos Saura o Blanca Portillo con quien, precisamente, prepara ahora una revisionada versión del 'Don Juan Tenorio' de Zorrilla que José Luis protagonizará.

Su carrera en televisión también es extensa habiendo pasado por series de las principales cadenas. Ahora lo estamos viendo en Antena 3, en 'Vive cantando', ficción de la que José Luis habla con mucho cariño aunque, más en su gesto, que en sus palabras se refleja esta etapa como algo ya pasado. Próximamente será Telecinco la que estrene otra ficción, la miniserie 'El Rey', en la que José Luis encarna al personaje de Don Juan. En los últimos meses, por hacer, José Luis ha hecho hasta radioteatro, aquí en la SER junto a Pou, Carlos Hipólito y Echanove. ¡Vaya cartel!

"Mercantilizar la cultura al mismo nivel que vender vasos es el gran fracaso como sociedad. Porque la cultura es lo que nos diferencia como humanos". Le duele a este actor la tiranía con la que se está tratando a la cultura desde determinadas instituciones y por determinadas personas. Le duele porque, más allá de acentos o de lugares de nacimiento, la cultura y el teatro son la patria de este tipo de 42 años que, no podía acabar la entrevista sin echar mano de un chascarrillo y con una carcajada. Su patria es el teatro, pero sus orígenes son imposibles de esconder.

Tú te sientes afortunado por ir encadenando proyectos, sabes que esta es una profesión dura en la que se atraviesan periodos donde el teléfono no suena y el trabajo no llega. ¿Te encuentras con actores, no excesivamente mayores, que ya han perdido las esperanzas en este oficio?

Sí, me los encuentro. Te encuentras a mucha gente aburrida, destrozada. Esta carrera, generalmente es vocacional... y siendo así, pocas cosas más sabes hacer. Te encuentras a mucha gente que ya no da para más, que ni su ánimo, ni su moral ni su propio ego aguanta más.

Esta es una industria bipolar en muchos sentidos. Puedes estar muy arriba hoy y mañana haber fracasado... y ese fracaso cuenta. Y lo peor es cuando ese fracaso te genera inseguridad a ti mismo. Hay mucha gente que ha perdido la fe en sí misma y es lo doloroso. Sobre todo, porque hay mucha gente mejor que los que estamos trabajando, pero no tienen esa fortuna.

Es verdad que hay que currárselo, a tu casa no va a llamar Spielberg en la vida. Tienes que estar en movimiento; si no, no va a surgir. El pararte, el sentarte a esperar, es la muerte definitiva.

Tú que has hecho mucho cine, mucho teatro, mucha tele... ¿Es España un país que valora un éxito en teatro?

Dentro de la profesión, pocas cosas tienen más prestigio que el teatro. Creo que España, de media, es un país que le da bastante la espalda a su propia cultura. Y no lo hago desde el victimismo, que de victimismo estoy hasta las narices: cuando las cosas no funcionan, hay que mirarse a uno mismo a ver qué pasa en vez de buscar la culpa fuera.

Al margen de eso, España es un país que le da mucho la espalda a su cultura. Se ha jugado la baza política de que la cultura es un lastre. Y lo cierto es que si España atrae a gente de fuera, por ejemplo (tanto que se hablan de cifras de turismo) por la gastronomía, el clima y la cultura.

Cuando se trata de un hecho cultural más trascendente como es el teatro (por encima de la tele, por ejemplo, que es más de usar y tirar), más se aleja de la ciudadanía. Es erróneamente elitista. A pesar de todos los pesares (no solamente el IVA) es reconfortante ver que sigue habiendo salas de teatro abiertas.

Sí, pero un actor como tú se dará cuenta de que salir dos meses en una serie de éxito te encumbra más que poner a un teatro a tus pies...

Vivimos en una cultura muy rápida donde todo es de usar y tirar. En la televisión tienes un superéxito e igual mañana no se acuerda nadie, en el teatro hay una carrera más de fondo. Es verdad, que la inmensa mayoría de la gente se cree que se actor es salir en la tele... y no [ríe]. La tele es un medio más y no por ello el mejor, respecto a elaborar tu profesión de actor.

¿Y qué les dirías tú a los chavales jóvenes de 'Vive cantando' que ahora están saboreando lo dulce de la fama televisiva?

Yo creo que la formación como actor es fundamental. Creo que perder el punto de vista clásico del actor como un ser humano formado, educado y culturizado para poder actuar, me parece una estupidez. Es entrar en un juego donde se pierde el actor y no eres más que una persona que hace un personaje.

Para eso está la formación, y con esto no solo me refiero a que te enseñen a sacar tus sentimientos o a vocalizar. La historia de esta profesión, la dramaturgia... conocerlo te vale para valorarlo y también para relativizar este oficio: que eres eso y nada más que eso.

Creer que eres alguien más o menos importante porque te vean 2 o 3 millones de personas en la tele... qué triste, ¿no?

Y con la experiencia que atesoras, sobre 'Vive cantando', ¿qué piensas: "a ver cuándo nos llaman para grabar nuevos capítulos" o "fue bonito mientras duró"? [La entrevista se realizó antes de conocerse la no renovación de la serie]

Con respecto a la televisión nunca sabes lo que puede pasar. La realidad es que depende de directivos, de sus cuotas, sus números... La televisión es una industria. Nunca se sabe.

La única manera de no pasarlo mal es relativizarlo, porque esto es una industria bipolar: hoy eres feliz y mañana eres una mierda. Las audiencias, las temporada y demás son relativas: hoy estás aquí y mañana estás en otro sitio.

¿Cómo se hace eso? Viviendo el día a día y pensando que tu vida no es solamente eso. Y ahí está la formación, las ganas de hacer otras, inventarte otros proyectos... y no dependiendo de que te vean 3 personas más o 3 personas menos.

Echando un vistazo a tu carrera y a tus inicios... Estando Miguel Albaladejo como director en 'Viva cantando', tú no podías decir que no al proyecto, ¿no?

A Miguel, seguramente, le debo estar aquí sentado contigo. La industria es algo un poco circular. Tienes que entrar en ese círculo de trabajo que te da visibilidad y al tener esa visibilidad te van surgiendo proyectos. Esa puerta me la abrió Miguel con 'Cachorro' y Gracia Querejeta con 'Héctor'.

A Miguel le debo mucho... y estar en la serie también. Fue Miguel, como director de la serie, el que pensó en mí.

¿Temiste tener que ponerte a cantar cuando te llega un proyecto que se llama 'Vive cantando'? Porque al final has cantado en la serie...

[Ríe] El proyecto de 'Vive cantando' sobre el papel es maravilloso, el intento de contar la realidad de otra manera. Cuando leí el capítulo piloto, me emocionó.

Evidentemente, las series evolucionan porque al final mandan las audiencias, los directivos... Al final se entiende que hay una fórmula que funciona... mentira. Lo que funciona es el alma de la serie. Lo que atrae o deja de atraer es el alma de la serie.

Se intenta tocar el corazón de las personas desde la cultura, por eso no hay fórmulas, por eso no vale el 2+2=4.

En la industria televisiva, la competencia sirve para destruir, en lugar de para mejorar. Por eso todo el mundo intenta asegurar y nadie arriesga. Todo el mundo intenta asegurar con la fórmula con la que creen que funciona porque no deja de ser un producto de venta y se olvida el alma. Error.

Si tu serie la ven 2 millones de espectadores y la otra 2,4... de repente, tus 2 millones de espectadores no existen, dejan de importar.

Imagino que un actor de tu trayectoria lo que aprende es a no ser "talibán" de una cadena ni de una productora; ahora estás en Antena 3 y mañana en Telecinco...

Yo no soy de nadie. Yo soy talibán de mí mismo y del Betis [risas], de mi casa y de mi familia. De poco más. Yo trabajo en los proyectos que me interesan y me da igual quién me llame.

¿Y qué tiene para interesarte la miniserie 'El Rey' que próximamente estrena Telecinco y en la que interpretas a Don Juan de Borbón?

Primero era un rodaje muy atractivo: mucho tiempo rodando fuera de España, en Estoril, rodando en localizaciones reales. Después tenía la posibilidad de hacer el personaje completo, desde que tenía treinta y pocos hasta que muere. Esas posibilidades, pocas veces ocurren.

La transformación diaria de mi personaje me motivaba mucho. Y el personaje en sí, quizá sea el gran perdedor de la historia de España reciente... o un gran ganador de fondo, depende como lo quieras ver [ríe].

Me interesan los personajes que desean potentemente algo; y me interesan más si lo pierden porque se llena de contrastes el personaje.

También me gustaba mucho, a nivel personal, ser partícipe de un proyecto que cuenta una parte de la historia de España que no está contada: desde los últimos años del Dictador hasta los primeros años de una democracia efectiva... hay una especie de nebulosa.

¿Pero tiene brochazos para buscar el público generalista (adolescentes incluidos) o cuando hablamos de 'El Rey' estamos hablando de una ficción muy seria?

'El Rey' no tiene inocencia ninguna; tiene mala leche. Vi los tres capítulos y tiene una factura muy potente, el direTito [Norberto López Amado] es espectacular. La historia te toca, humaniza a los personajes. Es nuestro 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Está ahí contado. Es muy potente la serie.

¿No nos atrevemos, en ficción generalista -sobre todo para televisión- a tocar ciertos temas? En teatro sí que se hace, tenemos a Pedro Casablanc con esa obra tan de actualidad 'Ruz-Bárcenas' ...

Yo creo que hay cositas. En esta miniserie de 'El Rey' se van a ver cositas... Es verdad que se intenta hacer un producto general, que guste a cuanta más gente mejor porque son cadenas en abierto.

Si CANAL+ (que es de pago) produjese algo sin miedo, como hizo 'Crematorio', sin pensar en la audiencia y buscando la excelencia... yo creo que eso redundaría en positivo. Pero es verdad que la mayor parte de las series es un producto que guste a cuanta más gente mejor... y sobre todo que guste a los anunciantes, que son los que mantienen el cotarro

Hablemos ahora del otro Juan que interpretas, ni el de 'Vive Cantando', ni el de 'El Rey'... El 'Don Juan Tenorio' dirigido por Blanca Portillo que protagonizas y que estáis a punto de estrenar. ¿A quién de los dos le apetecía repetir con el otro?

Nos apetecía a los dos. Estábamos con 'La Avería' de gira y después de la función estábamos tomando una cerveza. Ella dijo "me encantaría re-analizar el personaje de Don Juan Tenorio". Y yo le dije: "mira, yo soy de Sevilla, estoy en la edad: no hay cosa que me gustaría más que abordar el personaje de Don Juan Tenorio desde la forma en la que está escrito". Tú ves los montajes habituales y lees la obra de Zorrilla y te preguntas, ¿pero cuándo se ha dado este salto? ¿Cómo podemos hacer un héroe de un asesino? ¿Cómo puede ser el paradigma de lo español un asesino-maltratador?

Blanca tenía muy claro que quería analizar el texto desde el propio texto. La adaptación de Juan Mayorga es muy suave, es la obra de Zorrilla sin más. Eso sí, revisionada dramatúrgicamente por Blanca Portillo.

Para mí, trabajar con Blanca es que te pongan el listón dos centímetros más alto siempre. Es la más grande. Yo la adoro, y aquí hay parte personal...

" En tele, se entiende que hay una fórmula que funciona: es mentira. Lo que funciona es el alma de la serie"

Esto lo dices para que los ensayos que os quedan no sean un infierno... [bromeo]

Es duro ensayar con ella porque exige mucho; y exige en la búsqueda de la excelencia. Para hacerlo bien, siempre hay tiempo; pero aquí no solo se trata de hacerlo bien. La búsqueda de la excelencia es la clave.

Qué duro es y qué reconfortante te sientes como actor. Llegas a casa después de 7 horas de ensayo y dices: ahora me voy a poner a estudiar, porque me lo pide el cuerpo.

Después de tu paso por el Centro Andaluz de Teatro, donde te formaste, y de tus primeros trabajos, decides "emigrar" y venir a vivir a Madrid, como han hecho tantos y tantos actores y actrices del resto de España, ¿Madrid es una ciudad donde te sientes solo o en la que nunca te puedes sentir solo?

Madrid es una ciudad súper abierta, yo nunca me he sentido solo en Madrid. Como toda gran ciudad, es dura. Soy una persona afortunada porque nunca he dejado de trabajar... entonces no es lo mismo que estar viviendo en un barrio, solo y sin trabajo.

Me parece una ciudad súper acogedora... Y como a los sevillanos nos pusieron el AVE ya en el 92, para nosotros Madrid es el barrio más lejano del centro de Sevilla [risas]. Además, vivo rodeado del mismo grupo de amigos que tenía en Sevilla, así que me siento como en casa.

¿Recuerdas la primera vez que te subiste en un escenario?

Sí [tajante]

¿Había vergüenza? ¿Miedo?

La primera vez fue en la facultad de Económicas. Era una obra sobre Lorca, muy peñazo. Yo que era miope y me quitaba las gafas para no ver a la gente [ríe]. Recuerdo casi todas las veces que me he subido en un escenario y también recuerdo los bares que me hecho actuando.

¿Sentiste en algún momento que esto podría ser un viaje a ninguna parte?

Lo siento todos los días. No sé hacia dónde va el viaje, pero tampoco me preocupa. Me gusta mucho viajar. El viaje empieza en cuento empiezas a planearlo, no es solo llegar. El viaje en este trabajo es estar en movimiento, trabajando. ¿Hacia dónde va? No lo sé, pero yo soy feliz.

Has estado nominado al Goya, has ganado otros premios. ¿Te suben o es algo que relativizas?

Los premios los vas relativizando cuando empiezas a entender cómo funcionan los premios. Son muy relativos, tienen que ver con infinidad de factores.

Lo que sí viví con la nominación al Goya (y te soy sincero) fueron 20 minutos de un cabreo acojonante en la propia gala; de esto que estaba ya con medio culo levantado en el asiento [ríe], esperaba ya mi nombre después del "y el Goya es para..." [ríe]

Esos 20 minutos de cabreo me sirvieron seguramente más que el propio premio, que me hubiera encantado tener. Un actor muy importante me dijo una vez: "mejor que premios, que te den guiones". Ese es el premio. Mi gran premio es la gran ilusión que tengo por seguir dedicándome a esto y crear cosas; yo tengo mi propia productora de teatro...

Ese es el gran premio estar aquí trabajando con 42 años y vivir de esto. Eso sí que no me lo podía imaginar cuando era joven...

¿Identificas ya el falso elogio?

Es que creo que el elogio... Es mejor la crítica constructiva que el elogio. El elogio te pone un tope. Te ayuda más a crecer una crítica constructiva que un elogio en el que te pares. El gran elogio es que, sin elogiarte, te ofrezcan cosas.

Amante del teatro, del cine, de series como 'The Leftovers'... ¿Con qué se llora más fácil: con una obra, una serie... o con la realidad?

La realidad es para llorar en muchos sentidos. Es dura. Son lágrimas diferentes. En las series, el teatro... las lágrimas son poéticas, provienen de una emoción poética en el sentido más elevado de la palabra.

En el caso de la realidad, es una lágrima seca, dura y de dolor por lo que te rodea.

" Los premios los vas relativizando cuando empiezas a entender cómo funcionan los premios"

¿Es importante para un actor frecuentar otros círculos que no solo sean los de su oficio?

¡Claro, por favor! Hay gente infinitamente más interesante que nosotros. Los bares que te he dicho antes de la Alameda de Hércules son bares normales, de barrio. No se trata de estar siempre en los sitios esos vestido de negro, ¡por favor, qué aburrimiento! [se le escapa el acento sevillano y ríe...]

Incluso profesionalmente te interesa alimentarte del resto de la gente. Es importante abrirse y expandirse para poder luego contar historias. Hay que ser observador, porque si no, no dejas de repetir tu mismo cliché.

Me interesan mucho más los actores que componen un personaje que la persona que dice muy naturalmente un texto, el mismo siempre, haga lo que haga. Creo que la palabra "interpretación" es importante. Interpretar un texto un texto creando un persona, no siendo tú mismo... por muy natural que lo digas.

Has dicho que te molan mucho los personajes que desean algo poderosamente, ¿has deseado o deseas tú algo poderosamente?

Sí, claro que tengo mis deseos. Pero para mí no son metas a largo plazo como "necesito conseguir un Oscar". Mis metas son más a corto plazo y de esta forma me va bien porque me permite concentrarme en lo que estoy haciendo ahora y no hacer esto como puente hacia otra cosa. Lo de ahora es lo importante, es la meta.

Ahí soy muy Simeone... ¿ves, tú? [carcajada]

 
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