"Me amarraron las manos y me empezaron a pegar sin ningún motivo"

John Fader Castro vive ahora en Medellín. Pasó 13 años en España antes de ser devuelto a su país tras sufrir una agresión policial en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche. Tras el vídeo exclusivo avanzado por la Cadena SER, este colombiano cuenta su historia en 'Hora 25'

John Fader Castro ha repasado toda historia en 'Hora 25'. Pasó tres años y medio en la cárcel por una agresión antes de ser arrestado para entrar en un CIE. "Yo iba por la calle, cuando iba a trabajar y me detuvieron. No tenía permiso de residencia pero estaba tramitando los papeles para conseguirlo", explica.

Tras ingresar en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche, el 2 de mayo de 2011 lo llaman unos agentes y le comunican que lo van a llevar al aeropuerto. "Yo les dije que por qué razón, que tenía mi madre acá, mis hermanas... no tenía nada en Colombia". Tras protestar, "me metieron en un cuarto y me empezaron a pegar sin ningún motivo, me agarraron las manos, yo les pregunta por qué", señala para contar que los agentes solo le decían que "se quedara callado".

Finalmente fue trasladado al aeropuerto, pero la violencia policial no cesó. "Cuando me subieron al avión, me amarraron con una camisa de fuerza y me envolvieron en cinta de pies a cabeza, y me sentaron en el asiento de atrás para que nadie me viera. Yo les decía que por qué me hacían eso. Ellos me decían que era por seguridad y que cuando despegara el avión ya me soltaban. Yo no era un delincuente, solo querían echarme del país", sostiene mientras subraya que "alguna gente se dio cuenta y preguntó, y le llegaron a decir que yo era un violador".

El joven asegura que unas pasajeras intentaron grabar con un teléfono móvil lo sucedido pero que las azafatas se lo impidieron.Fue el comandante del avión el que tomó la decisión de bajarle del avión debido al revuelo generado. En el viaje de regreso al CIE, "me insultaron, me llamaban hijo de puta, cabrón y me pisaban la cabeza". John pudo presentar presentar la denuncia antes de entrar en el CIE porque, según relata, "cuando volví me dijeron que había llegado gente de una ONG porque los habían llamado por una agresión en el aeropuerto". "La jueza me llamó, me tomó fotos, me miró un médico, tenía la cara hinchada y unas costillas fracturadas", continúa antes de dejar claro que le gustaría venir a España para que se haga justicia.

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