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Se disparan los nervios en el Partido Popular de Madrid y Valencia

La reunión de Rajoy con Rita Barberá, después de la que tuvo con Ana Botella, dispara las quinielas sobre las candidaturas de las dos joyas de la corona del PP

Varios dirigentes populares ven a la alcaldesa valenciana al frente de la Generalitat, en lugar de Alberto Fabra, y dan por hecho que las designaciones de Madrid vendrán determinadas por las encuestas. Algunos conservadores no quieren que se premie a Esperanza Aguirre e Ignacio González después de todos estos años de conflictos con el presidente. En Génova saben que la líder de la formación regional quiere que Rajoy se lo pida personalmente y le recuerdan que Francisco Álvarez Cascos se quedó esperando. En la sede nacional, además, recuerdan cómo son los tiempos de Rajoy y piden a los suyos paciencia.

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Mariano Rajoy no quiere oír hablar de las listas electorales pero hay dos territorios, las joyas de la corona del PP, donde los populares están de los nervios a la espera de que se pronuncie: en la Comunidad Valenciana y en la de Madrid.

El viernes el presidente del Gobierno se reunió con Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia. Ella no lo había ido contando y a muchos populares les llamó poderosamente la atención que, por una vez, fuera la Moncloa quien se encargara de publicitarlo, con fotos y una nota de prensa en la que se señalaba que ambos habían hablado, entre otras cosas, de la situación política de su tierra. Por lo general, guardan estas visitas en el más absoluto de los secretos. No se dieron detalles pero en el Partido Popular dan por hecho que estuvieron comentando lo de las candidaturas.

¿Barberá, candidata autonómica?

Hay quien no descarta que Barberá quisiera seguir el mismo camino de Ana Botella. Sobre todo si en las encuestas se ve que pierde la mayoría absoluta. "En ese caso no te la juegas", indica un cargo conservador. Pero creen que después de esta cita, Rajoy cuenta con ella. Con un sí a lo que le planteará. Lo que no saben es si a repetir en el Ayuntamiento o a dar el salto a la Generalitat.

Aunque muchos de sus compañeros de partido apuestan por lo segundo. Sobre todo porque no ven a Alberto Fabra. Sus posibilidades van disminuyendo. El presidente de la Generalitat tomó el testigo de Francisco Camps y ha tenido que lidiar con una herencia muy complicada. Por eso algunos consideran que Rajoy debería agradecerle los servicios prestados y dejarle afrontar el examen de las urnas. Además, él insiste en que quiere hacerlo y que tiene "fuerzas para ello".

Pero en la cúpula popular no saben si arriesgarse y se nota que le están dando vueltas porque en cuanto se pregunta por ello, lo primero que se destaca es que su mayor hándicap es que no cuenta con el respaldo de su propio partido, el PP valenciano.

Así es como el nombre de Barberá se eleva como alternativa y se cuela dentro de una terna en la que también figura el del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, a quien muchos ven como buen candidato pero mayor para el cargo. Y el de Isabel Bonig, la coordinadora general del PPCV, una opción que manejan en Génova.

En Madrid también quieren que Rajoy anuncie los candidatos cuanto antes. Los populares dicen que para ponerse a trabajar ya pero también porque aseguran que las especulaciones les hacen mucho daño y estas, después del anuncio de Botella, se han disparado con Esperanza Aguirre en el epicentro de todas.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, lanzó el guante. Le dijo que si quería el puesto, diera un paso. Y ella, en su tournée de entrevistas, ha respondido diciendo que si están interesados, vayan a buscarla.

Aguirre quiere que Rajoy se lo pida

En Génova están convencidos de que lo que ella quiere es que Rajoy se lo pida personalmente. Algo que no suele hacer el jefe del Ejecutivo. "Quiere que se arrastre. Para ella no habría mayor triunfo", comenta un diputado del PP. Mientras otro recuerda que también Francisco Álvarez Cascos, en su día esperó a que Rajoy le pidiera que encabezara Asturias y nunca llegó a ocurrir.

Se resalta que son plazas distintas, que la capital está en juego y también los votos que arrastra de cara a unas generales. Pero a pesar de todo algunos conservadores se resisten y creen que Rajoy no puede "tragar" con una persona "que le ha hecho más oposición que la propia oposición y que dejó abandonada la Comunidad cuando las cosas se pusieron feas". "Lo de todos estos años no se puede olvidar. ¿De verdad que al final Aguirre y González van a ser los candidatos? ¡Encima se les va a pagar con semejante premio!", indica indignado un dirigente popular.

Sin embargo, otros defienden que todo se olvida cuando se está en política y que lo importante es ganar. Así que si ella es la mejor posicionada en las encuestas, no tienen duda de que será la elegida. Si ahora mismo obtuviera mayoría absoluta, no habría nada más que hablar. Pero como, por el momento, eso no es lo que se desprende de los sondeos, se siguen barajando otras posibilidades, incluso la de quien podría ser la mejor persona que podría gestionar una derrota, que es cuando miran hacia la delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes. Los que rodean a Rajoy dicen que si llegado el momento, nadie arrasa, es preferible no decantarse por Aguirre para evitarse problemas.

El nombre de Soraya Sáenz de Santamaría también suena con fuerza. Ana Botella pidió regeneración a Rajoy y ella sería la persona adecuada para encarnarla. Dicen que para la vicepresidenta sería una buena forma de posicionarse. Pero los colaboradores del presidente tienen sus dudas. No están muy seguros de que él pueda renunciar así a la figura que le resuelve tantas cosas en el Ejecutivo. Y, además, vista su alergia a los cambios, les cuesta imaginárselo realizando una crisis de Gobierno de tanto calado, aunque nadie cierra la puerta a que se produzca alguna sorpresa y deje encajadas todas las piezas del futuro puzzle del PP.

En Madrid como en Valencia hay un paralelismo. También Ignacio González, como Fabra, ha mostrado toda su disposición a ser el candidato y espera la bendición de Rajoy. El presidente de la Comunidad tiene buena relación con Cospedal pero nunca ha llegado a sintonizar del todo con el jefe del Ejecutivo. En el Partido Popular opinan que si, al final, Aguirre va para la alcaldía, lo que no podría hacer Rajoy es dejar a González en ese puesto porque perdería definitivamente el control sobre la formación regional.

Piensan que con Aguirre le bastaría para garantizarse las dos plazas y podría buscar a otra persona de su confianza. Por eso junto a Cifuentes, también aparecen como comodines el presidente del Senado, Pío García Escudero, o la consejera de Educación, Lucía Figar.

Los tiempos del presidente

El presidente del Gobierno dijo que "no hay prisa" cuando precisamente los populares tienen más prisa que nunca. Al PP de Madrid y Valencia les gustaría tener este tema resuelto para octubre. En la sede nacional les recomiendan que se armen de paciencia.

Recuerdan que los tiempos de Rajoy exasperan a más de uno y también echan la vista atrás, fijándose en cómo se resolvieron las candidaturas en 2011 cuando era el líder de la oposición y no tenía que estar pendiente de Cataluña o de la economía. Entonces, anunció una tanda de nombres en diciembre de 2010, para llevarlos a una convención en enero. Y al resto -por aquel entonces todo el mundo estaba atento a que ratificara a Camps- los confirmó a finales de febrero, cuando quedaban solo dos meses y medio para los comicios.

La campaña ya ha comenzado

En el PP hay un giro de estrategia. Hace unos días, Rajoy se reunió en Sigüenza con su sociólogo de cabecera, Pedro Arriola, para analizar las encuestas junto al resto de la dirección popular. Y estuvieron viendo con qué perdían más votos.

Por eso ahora se aparca la elección directa de los alcaldes. Ya no está sobre la mesa de negociaciones parlamentarias entre PP y PSOE. Se traslada a la de los partidos, de modo que ya es difícil que se pueda aplicar de cara a las municipales y autonómicas de 2015. En la sede nacional admiten que es complicado abrir ese melón sin el consenso con los socialistas y que sacarlo adelante por mayoría absoluta sería visto como un "pucherazo" que les haría perder apoyos.

Además, todo apunta a que la reforma del aborto se quedará en un cajón. Alberto Ruiz Gallardón dijo que se aprobaría antes de que finalizara el verano. La fecha límite es el próximo 23 de septiembre y habrá que ver si se lleva al siguiente Consejo de Ministros. Si no sale adelante, el ministro de Justicia tiene un papel complicado porque todo el mundo interpretará que ha sido completamente desautorizado por Rajoy.

A partir de ahora la directriz está clara: evitar todo aquello que chirríe y pueda perjudicar los intereses electorales. En el PP quieren que sus cargos insistan en la recuperación económica y vendan, como medida estrella, la bajada del IRPF que entra en vigor, justo, al año que viene.

Rajoy, además, trata de contagiar optimismo a los suyos. En el Comité Ejecutivo Nacional del lunes pasado les recordó que sus electores se habían ido a la abstención y que, por lo tanto, se les podía recuperar fácilmente, que el Partido Popular sigue siendo el partido más votado y que están mejorando en intención voto respecto a las europeas. Según el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, lo van haciendo de forma "acelerada".

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