Empieza la batalla por presidir la sala más polémica del Tribunal Supremo
Los tres candidatos a presidir la sala de lo penal presentan sus proyectos ante el Poder Judicial, que elegirá a un nuevo presidente a finales de septiembre
Este jueves empieza en el Tribunal Supremo el proceso de renovación de la sala de lo penal, que culminará a finales del mes de septiembre con la elección de un nuevo presidente por parte del Consejo General del Poder Judicial. Hoy los tres candidatos (Cándido Conde-Pumpido, Manuel Marchena y Miguel Colmenero) presentarán su currículum y su proyecto ante los vocales del Consejo.
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Este jueves empieza la carrera por ponerse al frente de la sala más polémica del Tribunal Supremo: la sala de lo penal. Tres candidatos presentarán ante los vocales del Poder Judicial sus currículums y proyectos para intentar hacerse con la presidencia de esta sala, un proceso que culminará el próximo 30 de septiembre con un pleno del Consejo del que saldrá el nombre del nuevo presidente de esta sala. Tres nombres estarán en la terna del pleno del día 30 de septiembre: Cándido Conde-Pumpido, Miguel Colmenero y Manuel Marchena, tres exfiscales.
Miguel Colmenero, exfiscal de 63 años, forma parte del Tribunal Supremo desde 2002, y fue uno de los encargados de redactar y firmar la sentencia que condenó al exjuez Baltasar Garzón por las escuchas irregulares que ordenó en el 'caso Gürtel'. Fue presidente y portavoz de la considerada conservadora Asociación de Fiscales. El segundo candidato será Manuel Marchena, de 55 años y también procedente de la carrera fiscal que lleva en el Tribunal Supremo desde 2007. Por último, se presenta también el que fuera Fiscal General del Estado entre 2004 y 2011, Cándido Conde-Pumpido, de 64 años de edad. Pertenece a la sala de lo penal que aspira a presidir desde 1995, y antes ejerció en distintos organismos judiciales de Zamora, Ourense, País Vasco y Segovia. Lleva ejerciendo como juez desde 1974.
Fuentes del Tribunal Supremo destacan que es una "norma no escrita" elegir para esta presidencia al miembro de mayor antigüedad de la sala, siendo en este caso el exfiscal Conde-Pumpido. Desde el Consejo, sin embargo, las quinielas apuntan hacia Marchena como el candidato favorito a hacerse con el sillón.
La sala más mediática
Las decisiones de la sala de lo penal son sin duda las que más presencia tienen en el foco mediático. En los últimos meses, sentencias y decisiones procedentes de esta sala han copado los titulares informativos: las condenas de los exdirigentes del Partido Popular Jaume Matas y Carlos Fabra, de María Antonia Munar y la absolución de Antonio Rivas en el caso que constituyó el germen del denominado 'caso de los ERE'.
Lo mismo sucede con las decisiones tomadas por el plenario: la orden de devolver a prisión a los supuestos 'narcos' liberados por la nueva ley de justicia universal o la aplicación del fin de la 'doctrina Parot' son algunas de las que han tenido mayores consecuencias.
Y es esta sala la que tiene que bregar con los aforados que son llevados ante la justicia: en los últimos meses esta sala ha decidido enjuiciar a la senadora socialista Elena Diego e investigar al alcalde de Alhaurín de la Torre. También decidió archivar las querellas interpuestas contra Ignacio González por su ático de Estepona, y contra el 'popular' Rafael Hernando por asegurar en televisión que las víctimas del franquismo sólo se acordaban de sus padres cuando había subvenciones para desenterrarlos. Y peor es lo que viene: en estos momentos, la Fiscalía y un juez deciden si esta sala tiene que asumir parte de la investigación del mastodóntico caso de los ERE andaluces.
Un pleno sin una vocal
Tal y como contamos en esta emisora, el pleno del Poder Judicial el próximo día 30 de septiembre no contará con la presencia y participación de una de sus vocales: Clara Martínez de Careaga, esposa de Cándido Conde-Pumpido, ha decidido apartarse del proceso para no influir de ninguna manera en la decisión que puedan tomar sus compañeros. Saldrá del plenario cuando la presidencia de la sala de lo penal empiece a ser discutida por el resto de vocales. El pleno tuvo que ser retrasado por la lesión de uno de los vocales durante sus vacaciones.
