Zarzuela se moderniza

Nadie avisó pero en las primeras audiencias de septiembre se echó en falta una frase: "Su Majestad, el rey". El ayudante de campo ya no anuncia la entrada del rey en el salón de audiencias, donde ahora es Felipe VI el que espera al invitado y no al revés como era costumbre de D. Juan Carlos.

El presidente de la Escuela Internacional de Protocolo Gerardo Correas explica: "Es costumbre que viene de antiguo y queda anacrónico que el rey llegue con toda la pompa. Lo más lógico es que el que recibe espera, como en una casa".

Ceremonia sin crucifijo

Lo que está por ver porque todavía no ha habido ocasión, es una toma de posesión en el palacio de la Zarzuela sin crucifijo y sin biblia si así lo desea el que jura o promete su cargo ante el rey. En opinión del experto en protocolo "no tiene sentido en un estado laico y se vio claramente en la proclamación del rey Felipe VI en el Congreso de los Diputados. No es razonable que haya un símbolo de una religión concreta. Debería de haberlo si acaso, de todas".

Lo que de momento se resiste al cambio es la ceremonia de entrega de credenciales ante el rey. Los embajadores salen del Ministerio de Exteriores en una carroza con lacayos y cocheros vestidos de la época de Carlos III. Una ceremonia con toda la pompa que se celebra en el Palacio Real.

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El experto en protocolo augura más gestos que renueven y modernicen la Institución en consonancia con la promesa del rey en su discurso de proclamación de "renovar la monarquía para un tiempo nuevo".