Podemos blinda sus círculos contra los intrusos

Uno de los problemas de Podemos a la hora de consolidar su estructura es la regulación de sus círculos, las agrupaciones territoriales y sectoriales que sustentan a la formación desde la base. En los pocos meses de vida del partido han surgido más de 800, tantos que era difícil que no apareciesen problemas de duplicidades, de intentos de golpe desde dentro o de posiciones ideológicas muy distintas al espíritu con el que fue concebida la iniciativa. Para tratar de solventarlos, el equipo de trabajo de Podemos ha publicado un borrador del protocolo de validación de círculos, que será sometido a enmiendas y refrendado en la Asamblea Ciudadana del próximo octubre.

El documento, que según el equipo de trabajo del partido recoge los criterios 'sine qua non' para validar un círculo, establece claramente que no podrá haber dos círculos de un mismo ámbito territorial o sectorial. Los círculos de cada barrio, municipio, provincia o región tendrán que estar avalados por al menos el 1% del censo y cinco personas. Tendrán un acta constituyente en la que se establecerá su apertura a toda la ciudadanía y el respeto a los principios éticos (prohibición de insultos, difamaciones, actitudes sexistas, xenofóbas, autoritarias u homófobas y defensa de los derechos humanos). Para defenderse de intrusos o grupos que pretendan controlar un círculo, el texto dice que las decisiones que tome cada agrupación no podrán contravenir la "política general" de Podemos, en particular las de sus órganos de mayor representatividad institucional.

Las sanciones por cada infracción de estas normas se tipificarán más adelante. Desde Podemos aseguran que un círculo que claramente no respete los derechos humanos ni los principios éticos será invalidado, mientras que prevén otro tipo de castigo o llamada de atención para faltas puntuales en cuanto a incoherencia ideológica o desobediencia de las normas internas. Aquí podría estar el caso, por ejemplo, del círculo de Torremolinos, que ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones municipales cuando el partido aún no sabe (no lo sabrá hasta la Asamblea Ciudadana) si se presenta en toda España o en cualquier caso cómo tomará la decisión de presentar o no una candidatura. Se entiende que esta decisión será anulada y que, si es puntual, no acarrearía sanción ni invalidación del círculo.

Cada círculo deberá garantizar la posibilidad de votar telemáticamente sus decisiones internas. El censo general de Podemos se realiza con el dato del código postal, con lo cual podrá ser utilizado para delimitar el número de afiliados de un determinado distrito o municipio. Solo los censados podrán votar en las decisiones más trascendentes que pueda tomar cada círculo, aunque aún no se ha delimitado cuáles serán, ya que las competencias entre círculos y otros órganos de decisión no se han establecido.

El control de la validación lo llevará la futura Comisión de Garantías de Podemos. Los círculos deberán hacer públicas sus cuentas (sometidas a especial control en los procesos que impliquen el desembolso de más del 5% del presupuesto), sus encuentros asamblearios y el resultado de las votaciones que lleven a cabo. Los cargos serán decididos en asamblea y siempre serán mandatos revocables, como ocurre con los órganos nacionales del partido.

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