Ocio y cultura

Muere en Barcelona el editor independiente Jaume Vallcorba

Vallcorba ha fallecido en Barcelona a causa de un tumor cerebral

Fotografía de archivo de Jaume Vallcorba.(EFE)

El editor de Acantilado Jaume Vallcorba ha fallecido en Barcelona a causa de un tumor cerebral, según han confirmado fuentes cercanas a la familia. Vallcorba, fundador de Acantilado y Quaderns Crema, era una de las figuras más relevantes de la edición independiente y fue el descubridor de autores como Quim Monzó o Sergi Pàmies.

El editor de Acantilado Jaume Vallcorba ha fallecido en Barcelona a causa de un tumor cerebral, según han confirmado fuentes cercanas a la familia.

Vallcorba, fundador de Acantilado y Quaderns Crema, era una de las figuras más relevantes de la edición independiente y fue el descubridor de autores como Quim Monzó o Sergi Pàmies.

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Nacido en Tarragona en 1949, Vallcorba era doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona y, aunque se dedicó a la enseñanza durante unos años, decidió centrarse en el año 2004 en su faceta de editor.

Autor de numerosos artículos en revistas científicas sobre estética, las vanguardias artísticas y la literatura medieval, Vallcorba es también autor de diversos libros, como "Lectura de Chanson Roland".

Considerado uno de los principales editores independientes del país, Vallcorba quiso ofrecer sus editoriales como plataforma de nuevos autores, y de ellas salieron destacados nombres de las letras catalanas, como Ferran Torrent o Empar Moliner.

No obstante, Vallcorba también publicó en catalán y castellano grandes nombres de la literatura universal, como Lewis Carroll, Kafka, Anton Chejov, Apollinaire o Hermann Hesse.

Fue académico numerario de la Real Academia de Doctores de Cataluña y a lo largo de su carrera profesional recibió numerosos galardones, como la Medalla de Oro de Fomento de las Artes Decorativas, en 2001, o el Premio Nacional a la mejor labor editorial, que le concedió el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2002.

En 2005 fue distinguido con la Medalla de Oro al Mérito Cultural del Ayuntamiento de Barcelona y este mismo año había recibido el Premio Nacional de Cultura de Cataluña.

Vallcorba, 'el último mohicano' de los editores

Jaume Vallcorba respondía a un perfil muy concreto de editor y las circunstancias vividas en los últimos tiempos por sus colegas de Anagrama y Tusquets lo habían convertido en 'el último mohicano' de los editores independientes españoles.

Profundamente intelectual, Vallcorba ya había apuntado maneras cuando tras estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona, se doctoró en la Universidad de Barcelona con una tesis sobre Josep Maria Junoy y las primeras vanguardias europeas. Había sido profesor de Literatura en las universidades de Burdeos, Lleida, Barcelona y la Pompeu Fabra y dejó la docencia universitaria en 2004.

Estudioso de la estética y la literatura medievales y de vanguardia, Vallcorba fundó en 1979 Quaderns Crema, centrada en la edición en catalán, y veinte años después puso en marcha Editorial Acantilado para publicar en castellano, editoriales que dirigió desde su fundación hasta su muerte. Vallcorba pasará a la historia por haber apostado por una generación de escritores catalanes, con nombres ilustres, hoy ya consagrados, como Quim Monzó, Sergi Pàmies o Empar Moliner.

Al igual que en Quaderns Crema, Vallcorba publicó en Acantilado lo que le apetecía y en sus gustos convivían grandes clásicos del pasado que ayudó a redescubrir en nuevas ediciones como Chateaubriand, James Boswell o Montaigne, con un buen número de autores europeos, desde Pessoa a Imre Kertész, Stefan Zweig o Joseph Roth.

En los últimos tiempos, Vallcorba descubrió a los lectores españoles autores contemporáneos centroeuropeos, habitualmente olvidados por la edición local, que explica la Gran Orden al Mérito Cultural que le concedió la República de Polonia.

El pasado mes de mayo aún pudo recoger el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat, ya mermado por la enfermedad, en un acto en el que la emoción no pudo evitar que se le rompiera la voz en su breve intervención.

Su delicada salud le impidió participar personalmente el pasado 1 de julio en la lección final del máster de Edición de la Universidad Pompeu Fabra, pero su mujer, Sandra Ollo, leyó un texto del editor que tras su muerte puede ser considerado su testamento profesional.

"El editor ha de saber callar y no hacerse demasiado visible. Debe hacer a menudo lo que en teatro se decía 'el mutis por el foro', porque la humildad es fundamental", advertía Vallcorba en esa lección a los editores del futuro.

Vallcorba, que se había hecho editor "por el placer de proponer a unos amigos" una lectura estimulante y enriquecedora, acabó marcando al rojo vivo en su ADN la triple actividad del editor, "la labor intelectual y la artesanal y el sentido empresarial".

En ese testamento, Vallcorba reivindicaba el papel irrenunciable del editor en este entramado que llamamos mundo literario: "Simenon continuaría siendo un autor de quiosco si no fuera por que Gallimard lo situó en (el famoso sello) La Pléiade, a la altura de Proust".

No es casual que Acantilado emprendiera en octubre de 2012 la publicación de la obra de Simenon.

 
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