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El PP no se fía de Pedro Sánchez

A los dirigentes populares no les sentó nada bien que el nuevo líder socialista rompiera el acuerdo europeo y, por eso, creen que es difícil confiar en su palabra

El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto a su antecesor en el cargo, Alfredo Pérez Rubacalba (d), durante el congreso federal extraordinario del partido(EFE/Luca Piergiovanni)

En la Moncloa están atentos a ver cómo se desarrolla su reunión del lunes con Mariano Rajoy y esperan que fije junto al presidente del Gobierno una postura común frente a Cataluña.

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En un principio le iban a conceder unos días de gracia. No cien. Pero sí hasta el Congreso Federal Extraordinario. Hasta conocer a su Ejecutiva. Aunque, al final, el PP no pudo esperar hasta este fin de semana y las críticas arreciaron nada más conocer su primera decisión. Recién elegido, Pedro Sánchez dio orden a los suyos para que votaran en contra de Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea y eso fue algo que no cayó nada bien en las filas populares. "No empezó con buen pie", dicen desde Génova donde le acusan de romper un acuerdo entre socialistas y populares y denuncian que, a partir, de ese momento les resulta difícil creer en su palabra.

Muchos en el PP dicen que ante un Eduardo Madina "radical" no tenían ninguna duda y preferían a Sánchez. Pero que eso no significa que obtenga su aprobación. Ahora que la situación ya se ha dirimido, reconocen que se acabó la benevolencia y que a partir de ahora irán "a degüello" contra el líder del PSOE. "Como te vas a fiar de alguien que traiciona a sus socios europeos y después a sus militantes, con lo de las primarias", señala un alto cargo.

Los conservadores admiten que su perfil perjudica a sus intereses electorales. "Era el más peligroso de los candidatos que se barajaban porque tiene una cara amable y su posicionamiento puede recabar el apoyo de un amplio espectro ideológico", resalta un diputado. También hay quien destaca que "no tiene mácula" y el PP no puede echarle en cara lo de la herencia recibida como hacían con Alfredo Pérez Rubalcaba.

En cualquier caso, ninguno de los que conforman el triunvirato popular -Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o María Dolores de Cospedal- han cargado duramente contra él. Todos ellos mantienen cierta prudencia a la espera de la reunión del lunes en la Moncloa. El presidente del Gobierno confía en mantener con él un diálogo permanente y poder consensuar los grandes asuntos de Estado.

En esta reunión Rajoy quiere conocer la opinión de Sánchez sobre las reformas económicas que se han realizado y fijar con él una postura común frente a Cataluña,similar a la que mantenía con su antecesor en el cargo. Por su parte, el líder de los socialistas propondrá al jefe del Ejecutivo una reforma constitucional en sentido federal. Pero el presidente no tiene intención de abordar ningún cambio si no existe un consenso general, lo que aleja todas las posibilidades.

En el Partido Popular aguardan a ver cómo acaba este encuentro para, a continuación, juzgarle. Aunque como el otro día señaló el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, a los populares les molesta profundamente el "tono que se gasta". Se quejan de que a Sánchez solo se le ha escuchado decir que quiere "acabar" con el jefe del Ejecutivo. "Hace falta un poco más si realmente quiere construir una alternativa. Necesitamos un liderazgo al otro lado de la mesa", indicó Alonso.

En el PP no se creen que Sánchez sea finalmente el cabeza de cartel de las próximas elecciones generales. Están convencidos de que al final no habrá primarias y que lo será Susana Díaz. Pero, en cualquier caso, son conscientes de que en la foto Rajoy sale perdiendo porque los socialistas venderán renovación. Desde la Moncloa dicen que ellos apelarán a la experiencia de Gobierno e insistirán en que el presidente "ha evitado el rescate total de España y ha logrado la recuperación económica".

La primera valoración del Congreso del PSOE la ha hecho hoy la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, quien ha asegurado que "los eslóganes y unas caras nuevas no esconden la falta de un proyecto sólido para España".

Además ha resaltado que se está asistiendo "a la era de un nuevo Zapatero sin proyecto político ni sentido de estado". Es una de las ideas fuerza del argumentario popular porque siempre que los conservadores minusvaloran a Sánchez y se les recuerda que el expresidente fue un desconocido y, sin embargo, llegó a lo más alto, desde el PP insisten en recordar que "así nos fue y que, por eso, hemos vivido la peor de las crisis".

 
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