Cartier-Bresson: instantes de un siglo
Desde el surrealismo al reporterismo, pasando por su militancia comunista, las obras retratan la historia de todo el siglo XX
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'Madrid. 1933', una de las fotografías, además de dibujos, cuadros, películas y documentos que forman parte de la primera gran retrospectiva que se realiza en Europa de Henri Cartier-Bresson(EFE)
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La muestra de la Fundación Mapfre en Madrid reúne más de 500 fotografías, dibujos, cuadros películas y documentos que sirven para redescubrir la extensa obra del autor francés.
Sostenía Cartier-Bresson que una buena foto es aquella que se mira durante más de un segundo. De hacerle caso, sus imágenes son geniales. Y en ese sentido, la exposición organizada por la Fundación Maphre en sus salas de Madrid plantea un problema, a no ser que se pueda detener el tiempo. Cada una de las imágenes, y en la antológica hay cientos de ellas, requiere demorarse mucho más que un segundo.
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Si conocido es su compromiso con la realidad, que quiso describir desde su militancia en el comunismo y no sólo mediante una cámara fotográfica, menos popular es su adscripción al surrealismo. Pero es que Cartier-Bresson es un hombre de su tiempo que comienza a trabajar en la veintena en la década de los años 20 del pasado siglo. Y eso explica con claridad sus inicios y el resto de su trayectoria.
Más allá de los años 20, su convicción comunista le lleva a fotografiar para servir a lo que él considera La Verdad aunque prefiera el cine, porque como afirma el director del área de Cultura de la Fundación Maphre Pablo Jiménez Burillo, "ayuda al espectador a ser más consciente de la realidad". Y así, dirige 'La Victoria de la Vida', un documental sobre el trabajo sanitario en el bando republicano español.
Viajero incansable, preocupado por los procesos de descolonización y los conflictos derivados de la guerra fría, el Cartier-Bresson reportero, leica colgada en el cuello, retrata a los olvidados y marginados de un siglo de voraces deseos, desesperantes dramas, incumplidas promesas y nuevas esperanzas.
Artista, militante y reportero: tres Cartier-Bresson en uno sólo, reencontrado en una muestra procedente del museo parisino Pompidou en la que además, se descubre a un poeta de la luz y a un pintor tranquilo que acaba prefiriendo el dibujo. Porque el "ojo del siglo", como ha sido descrito por Jiménez Burillo, siempre y desde sus comienzos prefería los pinceles a las cámaras.
La exposición sobre su obra, por primera vez, mantiene un orden cronológico que el propio artista desdeñaba porque, según su comisario Clément Chéroux, no le gustaba el encuadre histórico. Es también la primera vez en la que se han respetado las impresiones originales de la época, tanto en su formato como en sus cualidades fotográficas, de tal manera que las expuestas fueron impresas, como muy tarde, 15 años después de ser tomadas.
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Javier Torres
Redactor de Política, trabaja en el Congreso y hace seguimiento de Vox. Anteriormente formó parte de...