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Agónica muerte de un preso tras una ejecución fallida en Oklahoma

El estado retrasa una segunda ejecución por los problemas con la inyección letal

Fotografía cedida por el Departamento de Corrección de Oklahoma de Clayton D. Lockett, quien junto a Charles F. Warner, fue programado para ser ejecutado(EFE)

Un preso del corredor de la muerte de Oklahoma murió este martes de un ataque al corazón, después de que se le administrara una inyección letal, compuesta por tres sustancias químicas, que no funcionó correctamente.

Le ejecución de Clayton Lockett, de 38 años, se intentó parar después de 20 minutos, cuando una de sus venas explotó impidiendo que las drogas hicieran su efecto. La ejecución de otro preso, prevista para dos horas más tarde, se ha pospuesto.

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Los dos hombres habían denunciado, sin éxito, la ley estatal que otorga anonimato a las farmacéuticas que suministran las sustancias de los cócteles letales. Los problemas en la ejecución de Lockett se suman al debate sobre la legalidad de la inyección letal compuestas por tres sustancias y si viola la garantía constitucional "en contra del castigo cruel y extraordinario".

Lockett fue sentenciado a muerte por disparar a una joven de 19 años y mirar como dos cómplices la enterraban viva en 1999. Según los testigos, Lockett, se retorció y tuvo convulsiones después de que se administrara la inyección. "Creemos que una vena explotó y los medicamentos no estaban funcionando como fueron diseñados para hacerlo. El director ordenó suspender la ejecución", explicó el portavoz del Departamento Penitenciario de Oklahoma. Pero el abogado de Lockett cuestionó esa teoría insistiendo en que su cliente "tenía brazos grandes y venas prominentes". "El prisionero estaba moviendo sus brazos y piernas y tensando su cabeza, murmurando, como si estuviera intentando hablar", describió un periodista local que estaba presente en la ejecución. Los trabajadores de la prisión corrieron una cortina para impedir que los testigos siguieran viendo cuando fue evidente que algo iba mal."Fue algo horrible de presenciar. Fue una completa chapuza", dijo el reportero.

La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, emitió un comunicado asegurando que ha ordenado una revisión completa de los procedimientos de ejecución en su estado. La ejecución de Charles Warner, de 46 años, prevista en la misma sala para dos horas después se ha retrasado. La abogada de Warner, que presenció la ejecución de Lockett dijo que había sido "torturado hasta la muerte" y pidió una investigación. "El estado tiene que hacer pública la información completa sobre las drogas, incluyendo su pureza, eficacia, fuente y los resultados de cualquier prueba", aseguró. Warner fue sentenciado por la violación y asesinato de una bebé de 11 meses en 1997.

Lockett y Warner plantearon una demanda pidiendo conocer los nombres de los suministradores para asegurarse de que las drogas que utilizarían para matarles estaban en buenas condiciones y asegurarse de que se habían obtenido legalmente.

Oklahoma permite mantener en secreto la identidad de las farmacéuticas que suministran estas sustancias, como forma de protegerlas contra demandas e intimidaciones. En marzo, un tribunal falló a favor de los presos, pero la corte suprema del estado revirtió la decisión la semana pasada, porque "los demandantes no tienen más derecho a la información que solicitaban que si fueran a ser ejecutados en la silla eléctrica".

Los estados que practican la pena de muerte encuentran cada vez más problemas para encontrar las sustancias para las inyecciones letales, tras la negativa de varias farmacéuticas europeas a suministrarlas. Oklahoma y otros estados han optado por recurrir a laboratorios sometidos a pocas regulaciones que preparan los cócteles bajo pedido. Los críticos con esta práctica han planteado las dudas sobre los controles de calidad, especialmente después de que, en enero, un preso en Ohio agonizara más de 10 minutos. Oklahoma ha asegurado que las sustancias utilizadas el martes fueron suministradas por un fabricante aprobado por el gobierno federal, pero se ha negado a identificarlo.

El cóctel de tres sustancias, usado por primera vez en Texas en 1982, se ha convertido en el método estándar para las ejecuciones en EEUU. Según el Departamento de Correcciones de Oklahoma, el protocolo incluye midazolam, que provoca la inconsciencia del reo, bromuro de vecuronio, que paraliza los músculos y detiene la respiración y cloruro de potasio, que para el corazón. La inyección combinada se presentó como un remplazo más humano de la cámara de gas y la silla eléctrica, pro los críticos argumentan que puede causar sufrimiento innecesario Algunos estados han cambiado a un método con una sola droga.

Según una encuesta de 2013 del Centro de Investigaciones Pew, un 55% de los americanos están a favor de la pena de muerte. Un 37% se opone a la práctica.

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