"Queremos hablar de por qué comemos lo que comemos"

Albert Molins capitanea el último barco que acaba de lanzarse a explorar las profundidades de la gastronomía. Junto a Albert Santamaría, responsable de Fotografía y Edición gráfica, dirige la publicación Zouk Magizine, y su primer número acaba de salir a flote como "un proyecto ambicioso animado por las ganas de ofrecer a los lectores un producto que no existe". Zouk Magazine debe su nombre a zoco, que en árabe significa mercado, porque Zouk se presenta con esa misma intención: la de ser el mercado, la plaza pública, el espacio donde se comparta información e interés por la gastronomía. Albert Molins es co-fundador de la revista y tras años escribiendo en Homo Gastrónomicus o el blog de la Cadena SER Tinta de Calamar, ha optado por un cambio de rumbo. En el primer número de Albert y su equipo se puede leer la entrevista a Luki Huber, diseñador industrial autor del menaje de El Bulli, las predilecciones culinarias de Casanova o la filosofía que envuelve a algunos restaurantes de nuestra geografía, quizas ocultos a muchos paladares.

Zouk Magazine nace en un momento algo arriesgado considerando la situación en la que nos encontramos, ¿Qué os anima a comenzar este nuevo proyecto?

El hecho de que el sector gastronómico, frente al económico, goce de buena salud es positivo. Nos anima la ilusión, las ganas de hacer un producto que no existe aún en el mercado. Es también un poco por amor al arte, aquí no cobra nadie. Pero también es evidente que el mundo digital permite hacer una revista con pocos recursos. Sin el ánimo de todos los que colaboran y creen en ella, de todas formas, no sería posible. Además contamos con la viabilidad editorial y económica.

¿Qué os distingue del resto de revistas?

El concepto de la cultura gastronómica. No queremos ser una más donde se hable sólo de restaurantes y cocineros, eso ya existe. Queremos huir de ello para hacer hincapié en otras cosas, profundizar en esa cultura gastronómica. Dar vida a todas esas personas que se encuentran detrás de una cadena que en ocasiones tanto desconocemos. Hablar de historia de la gastronomía, de los productos. Hablar de los productores, culpables de lo que nos llevamos a la boca. Hablar de esa gente que con su quehacer diario ayudan a revitalizar un territorio. Hablar de las migraciones de los alimentos, por qué comemos lo que comemos, que la gente haga elecciones de compra ética.

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¿Y no hablaréis de cocineros?

Queremos dar voz a los que menos tienen: hablar de esos que no tienen un escaparate pero que hacen un trabajo igual de interesante y bueno. Queremos evitar que se hable de la gastronomía desde un único punto de vista. No puede ser que la gastronomía y el boom que está viviendo sólo sirvan para eso. Sabemos que es ambicioso pero lo peor que puede pasar es que fracasemos.

¿Es por eso que apostáis por revisar todos los géneros, hasta el cómic?

¡Queremos ser creativos! La gastronomía es susceptible de presentarse de múltiples maneras. Por eso en el número cero presentábamos un cómic-gastro y ya en el número 1 hemos incluido un relato de ficción que ha escrito Jordi Luque Sanz. Pero también incluimos reportajes y video reportajes. Y mucha fotografía, la revista se nutre en gran parte de ella y Albert Santamaría, co-fundador de la revista y encargado del diseño y la ilustración, ha hecho un trabajo excelente.

La publicación es trimestral. Eso os permitirá a dedicarle una mayor atención a cada número...

No queremos ir con prisa. Tres meses nos permiten ir al ritmo de las estaciones y en cada estación hablaremos de los productos que se pueden encontrar en ella. También nos planteamos hacer algún monográfico como el que está en proceso sobre la cocina asiática.

El número cero fueron más de 110 páginas, y este os ha ocupado casi el doble: ¡194 páginas!

¡Nos ha salido un número muy largo! Entre el feedback que hemos recibido nos han dicho que deberíamos hacerla más corta. La intención es que no superara las páginas del número cero que ya eran demasiadas, pero los colaboradores son muy entusiastas, se han volcado mucho, y yo no quería "meter tijera". Lo que si recomiendo al ser un número tan extenso es que se lea mejor en tablet que en ordenador, resultará más sencillo y cómodo.

De momento está online. ¿Se puede descargar?

Nadie cobra por hacer Zouk. Estamos pensando en la posibilidad de vender los contenidos para la gente se los descargue. La web tendrá un apartado llamado Zoco donde se ofrecerá el material. El colaborador, autor de ese material, pondrá el precio y Zouk cobrará una pequeña comisión. Hay mucho trabajo detrás de la revista y no queremos ver nuestro contenido republicado en otros medios, como puede suceder en el mundo de los blogs. Queremos que se reconozca nuestro trabajo.

¿Cómo queréis que sea Zouk en el futuro?

Nos encantaría hacerla en papel pero de momento las circunstancias no nos lo permiten. Albert y yo somos unos románticos y, si pudiésemos hacerlo, mantendríamos ambos formatos. Hemos comenzado a estudiar la opción del papel pero a corto plazo no nos lo planteamos.

¿Por qué habéis optado por el castellano?

¡Hay que abrirse al mundo! Somos de Cataluña y hacemos la revista en Barcelona pero entendemos que, en este caso, había que hacerla en castellano. Si algún día hay dinero, también la haremos en catalán.

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