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El constructor de la democracia

Adolfo Suárez fue elegido primer presidente de la democracia tras la dictadura franquista

Adolfo Suárez durante la campaña con UCD.(EFE)

Adolfo Suárez durante la campaña con UCD.

Julio de 1976. Es el primer verano sin el dictador. Los españoles preparan sus vacaciones. La radio oficial interrumpe la tediosa hora de la siesta y suelta la bomba informativa: el rey ha despachado a Arias Navarro y ha nombrado nuevo presidente.

Don Juan Carlos visitó al expresidente Suárez en 2008 para hacerle entrega de las insignias del Toisón de Oro.

Don Juan Carlos visitó al expresidente Suárez en 2008 para hacerle entrega de las insignias del Toisón de Oro.

Don Juan Carlos visitó al expresidente Suárez en 2008 para hacerle entrega de las insignias del Toisón de Oro.

Don Juan Carlos visitó al expresidente Suárez en 2008 para hacerle entrega de las insignias del Toisón de Oro.

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¿Quién es ese rostro joven que aparece en la pantalla de televisión? Licenciado en Derecho, es uno de los reformistas del Régimen. Ha sido director general de Televisión Española y gobernador civil. Es un abulense de Cebreros. Si el rey quería dar una sorpresa lo ha conseguido. Es un advenedizo, dicen unos. Es un franquista, dicen otros. Pero el discurso de Suarez habla de tiempos nuevos: "Os invito - ha dicho en Las Cortes para defender una ley de Reforma Política- a que, sin renunciar a ninguna de nuestras convicciones, iniciemos la senda racional de hacer posible el entendimiento por las vías pacíficas. Vamos a elevar a la categoría política de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal".

Y Suárez se pone a la tarea. A un ritmo vertiginoso, el nuevo gobierno va desmontando el franquismo y abriendo camino a la democracia. Primero será la Ley de la Reforma Política ya citada, luego la reforma militar, la aprobación de una amnistía, la legalización de los partidos. Lo recuerda uno de los ministros de Suarez, Rodolfo Martín Villa: "En menos de 200 días Suárez y sus gobiernos lograron algo imposible en los anteriores 200 años, que en las cárceles no hubiera ningún detenido por razones políticas ni ningún exiliado fuera de España que quisiera volver sin poder hacerlo".

¡Cuántos dicen hoy que todo aquel torbellino de cambios fue una afortunada mezcla de voluntarismo e improvisación! Por inventar, hasta hubo que inventarse un partido para el presidente, una coalición de formaciones de diversa ideología, desde los liberales a los democristianos y los socialdemócratas: la UCD. Es entonces cuando se hace patente el carisma de Suarez, un auténtico animal político, dicen, frugal, que se mantiene a base de tabaco negro y tortilla francesa. Y es que la tarea no es fácil. La crisis económica es galopante, solo aliviada por el gran compromiso político y social de los pactos de La Moncloa. Y el terrorismo no da tregua. En ese ambiente los partidos del arco parlamentario llegan al mayor consenso de la historia de la democracia. La redacción de una Constitución.

La democracia se consolida. Pero la UCD se debilita. En el Parlamento, el PSOE presenta una moción de censura contra Suarez. El presidente siente que no tiene autoridad en el seno de un partido que se empieza a desmoronar y dimite el 29 de enero de 1981. No ha pasado siquiera un mes cuando el 23-F sorprende en el hemiciclo a Gobierno y Parlamento, asistiendo a la investidura del sucesor de Suarez, Leopoldo Calvo-Sotelo.

A su salida del gobierno, Adolfo Suarez abandona la UCD y crea un nuevo partido, el CDS. Los sucesivos fracasos electorales hacen que el ex presidente vaya abandonando la vida pública. Conforme crece su silencio, su imagen se agranda, convirtiendo una amarga travesía del desierto en la consideración de todos los que le han tratado. A Suarez, ya figura indiscutible de la Transición, le salen entonces muchos seguidores, incluso impostados. Los que escribían en los periódicos contra la Constitución se consideran herederos del espíritu ucedista.

Pero Suárez no puede ya responder. La enfermedad de su esposa y su hija Marian, ambas fallecidas, le recluyen en unos límites familiares que todo el mundo ha querido respetar. La última vez que habla en público, durante un mitin de su hijo, candidato del PP a la presidencia de Castilla-La Mancha, se aprecian ya los síntomas del Alzheimer. Suarez va perdiendo sus recuerdos. Este país nunca olvidará al primer presidente de la democracia.

El constructor de la democracia

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