Al periodista de CANAL+ Nacho Aranda le molesta el ruido. Le incomoda que la cámara le enfoque si no es para hacer su trabajo, que no es otro que contar y analizar lo que ocurre en un partido de fútbol o en un evento deportivo. Para él, ese es el hecho noticioso. Y los protagonistas de ese partido, de ese acontecimiento, los auténticos seres susceptibles de ser objeto mediático. Pero hay mucho ruido en el periodismo deportivo que a este periodista le hastía. Nacho respeta todas las opciones, pero no las comparte. Se percibe conversando con él sobre una profesión, la de periodista, con la que es tan crítico. Será porque siempre quiso ser lo que es, como escribe en su Twitter. La vida le llevó casi sin enterarse al mundo de la televisión. Ya formó parte del equipo que echó a andar a Antena 3 en 1989. Diez años después, abandonó esa casa «por un ataque de dignidad» y terminó recalando en el templo de la televisión de pago en España, CANAL+. Nacho es de los periodistas deportivos más preocupados por la primera parte de la definición de su oficio -periodista- que por la segunda -deportivo-. Por eso no le gusta el ruido que rodea actualmente a esta vertiente del oficio. Para contestar a esta entrevista, con mucho tacto rechaza los ofrecimientos de comida del catering de este evento en el que CANAL+ presenta su amplia oferta deportiva. Nacho Aranda es un tipo de tacto. De los que no miran por encima del hombro. De los que respetan a quienes se le acercan y estrechan la mano de manera sincera. ¿Cuánto hace que se grabó esa entrevista con Di Stéfano para el especial que CANAL+ emite sobre la estrella merengue? ¿Está bien de salud? Sí, hace un mes que estuvimos en su casa una tarde. Le llevamos muchas fotos e imágenes y se lo pasó en grande porque le empezaron a venir muchos recuerdos. Estar con este tipo de leyendas, luego te debe hacer pensar en casa, ¿no? Yo no estuve, en este caso. Es verdad, y creo que nos pasa a todos, que una cosa es cuando estás con un futbolista actual que lo ves como más cercano y otra cosa es estar con un señor de estos, con una leyenda, que dices: «¡este es uno de los grandes de verdad!». Además tienes la sensación de que muchas oportunidades de estar con él no vas a tener. Con un futbolista actual, hoy le haces una entrevista y quizá dentro de cuatro meses un reportaje. Alfredo Di Stéfano no es un hombre que hable mucho con los medios, por distintas circunstancias. Para nosotros fue la leche. Teníamos el visto bueno del club y por eso también participa el presidente [Florentino Pérez]. En esto el Madrid ha sido muy inteligente. Ha entendido que era bueno hacer un reportaje sobre Alfredo Di Stéfano, un tipo que para ellos es Dios. En esta sociedad tan mediatizada que hace del vómito de Messi un tema de marcada relevancia, es curioso que los clubes hagan más difícil la labor de la prensa con respecto a otros tiempos, ¿no? Sí, es más difícil. Por ejemplo, Alfredo Di Stéfano es amigo de un grupito de periodistas porque eran gente que, cuando él jugaba, se tomaban una cerveza casi todos los días con él, veían el entrenamiento al lado del entrenador... Todo era abierto, era un grupito de gente, no estaba todo tan contaminado como ahora y tan disparatado... Por eso nos mola mucho esos personajes como Di Stéfano, porque es recuperar el punto auténtico del fútbol. Del tipo que era súper importante, pero que posee un punto de cercanía que ahora no existe en el mundo del fútbol. ¿Por qué hace un par de décadas los Ramón Mendoza, Joan Gaspar... eran vistos -y criticados- por casi todos como fanáticos que ostentaban cargos de responsabilidad dentro de los clubes y ahora cuando un entrenador mete el dedo en el ojo a otro se le jalea y aparecen defensores por todos lados? Ahora está todo muy radicalizado. Ahora los personajes se convierten en alguien venerable aunque no hagan méritos. Está todo muy radicalizado: la afición, la prensa... La gente en los clubes está a la defensiva. Está todo muy contaminado. Nosotros intentamos mantenernos al margen de ese lío, pero hay medios y periodistas que se mueven alrededor del fútbol a los que les viene bien que haya cuanto más ruido, mejor. Necesitan personajes extremos. No me quiero imaginar qué serían los líos de Jesús Gil ahora. Sería algo ingobernable. ¿Quién tiene más culpa: los medios que lo ofrecen o la gente que lo consume? Yo prefiero hablar de lo mío y soy muy crítico con nuestra profesión. Lo primero es hablar de nosotros. Los periodistas tenemos mucha culpa, muchísima. Cuando uno ya ha hecho tantos Clásicos como tú, ¿se sigue manteniendo la ilusión como aficionado? Cero. El domingo del partido, tenemos a todo el mundo pendiente de lo que nosotros contemos y es tal la presión que nos marcamos para estar a la altura de lo que la gente espera... que es imposible disfrutar. Lo que yo veo del partido es si una jugada debo sacarla en «El líbero», si estas cuatro jugadas deben ser analizadas... Así que no disfruto nada un Madrid-Barça. ¿Tú crees que el Barça-Manchester City sólo lo vieron 1,2 millones de personas? Es la cifra de audiencia según Kantar Media... No, es imposible. Piensa que tenemos cerca de 1,6 millones de abonados, más las personas que vieron el partido a través de CANAL+ en otros operadores como Movistar TV... Eso supondría que sólo vieron el partido una parte de las personas que tienen acceso al canal y que además lo vieron solas. Los que miden las audiencias deben pensar que los abonados de CANAL+ son unos tipos solitarios sin familia ni amigos y que viven en una cueva. Nuestros estudios dicen que la audiencia que nos dan [Kantar] habría que multiplicarla por 3,2. Eso sin contabilizar los bares. Oficialmente, esa gente tampoco se contabiliza. Hablas de Movistar TV que ha irrumpido ahora con una fuerza enorme, comprando los derechos del mundial de Moto GP y de la Fórmula 1. ¿Por qué aparecen y desaparecen operadores en torno al deporte y CANAL+ siempre sigue ahí? La marca tiene mucho valor. La gente que inventó esto hace 23 años consiguió fabricar una marca tan potente que ha aguantado todos estos años. La gente valora mucho el peso de nuestra marca. Los abonados creo que valoran bastante cómo se hacen las cosas. En general, creo que están bastante satisfechos. ¿Y cómo puede rentabilizar CANAL+ el coste de adquisición de los derechos de emisión de tantos deportes si vemos que, por ejemplo, Telecinco se deshace del mundial de Moto GP porque no termina de sacarle partido y eso que marca audiencias de más del 30%? Porque nosotros tenemos unos abonados que cada mes pagan un recibo. Ahora mismo, como los derechos deportivos sigan al precio que están, es imposible que les salgan las cuentas a nadie. Si hablamos de fútbol, la crisis ha llegado a todo el mundo en este país menos a los clubes de fútbol. En vez de ingresar menos que antes de la crisis, ingresan más. Es el único sector en el que ocurre. No puede ser. Y ocurre porque siempre que alguien tenía los derechos ha aparecido alguien con dinero fresco que quería esos derechos y el precio ha ido subiendo, subiendo hasta un disparate. Jesús Álvarez, de TVE, decía que los derechos deportivos están sobrevalorados... Evidentemente. No valen lo que cuestan. ¿Y quién tiene la culpa? La competencia de las empresas. Si las empresas llegaran a negarse a pagar lo que piden por ellos... Pero siempre surge una nueva empresa dispuesta a pagar lo que pidan. O pagas más que ellos o te lo quitan. Se va formando una competencia tan demencial que ahora el precio del fútbol en España es imposible de rentabilizar. En el mundo del fútbol y del deporte que ahora todo va tan rápido, que un equipo pasa de ser favorito a una calamidad en 3 días, ¿En CANAL+ optáis por ofrecer reposo, análisis? Eso intentamos y así se parió esto. Ahora está más de actualidad que nunca este estilo. ¿Cómo se está enseñando el deporte por televisión en España? De varias maneras. Hay gente que lo hace a su estilo como TVE, con Teledeporte, perfecto. Hay otra gente que ha optado por hacer ruido, mucho ruido... Luego estamos nosotros. ¿Por qué tanto royo con lo de nuestro estilo, con el estilo CANAL+? Porque a nosotros pagan por vernos. Y esa diferencia es clave. Ves un programa en una tele en abierto y si no te gusta lo que ves, cambias. Pero con nosotros la gente paga. Por eso no podemos hacer nada que enfade a los abonados. Ese es el estilo CANAL+. ¿Cuál es el estilo personal de Nacho Aranda? Creo que soy sólo un periodista, sin más. Muy crítico con el trabajo que hacen los periodistas porque me parece que buena parte de la profesión se cree algo que no es. Solo contamos cosas, nada más. Me parece que soy igual de importante siendo periodista que el taxista, el fontanero o el carpintero. Cada uno tenemos nuestro trabajo y ya está. Siempre defino a la tele como una maquina imparable de hacer gilipollas. Llevo 24 años en televisión y he conocido mucho gilipollas. He conocido mucho chico o chica que la primera vez que salieron en la televisión se volvieron gilipollas sin retorno. La tele es un medio muy peligroso, por eso he intentado estar vacunado contra la gilipollez. Soy igual de malo o de bueno que hace 24 años. Lo que intento es que no me pique el virus de la gilipollez. Los peligros de la cámara... Si a ti se te mete en la mente que te conoce la gente, eso es un punto clave sin retorno. Dejas de pensar que eres solo un periodista a pensar que eres alguien. Ahí es cuando la has jodido. Es algo que siempre me ha preocupado y que siempre le digo a la gente joven: parad, solo somos periodistas, nada más. ¿En el periodismo deportivo se incrementa más ese punto de poder e influencia? No creo tanto en lo de sentirse poderoso como sí popular. Si eres periodista y entras en Telecinco o Antena 3 en la sección de economía, harás unos magníficos vídeos sobre economía o, como mucho, harás un directo desde la Bolsa. Si tú eres periodista deportivo, al final acabas teniendo más trascendencia. Ahora, además, resulta que los periodistas deportivos son analistas, tertulianos... Con lo que las posibilidades de salir delante de la cámara son más grandes y con lo que las posibilidades de volverte un gilipollas, también son más grandes.