Carlos Alcántara, no; Ricardo Gómez
El protagonista de 'Cuéntame' cumple 20 años. Algunos de sus compañeros como Juan Echanove o María Galiana nos acercan a este joven y prometedor actor repasando su evolución personal y profesional
"Siendo niño, estaban jugando al fútbol en los pasillos de los camerinos. Estaba montando un follón gordo. Yo salí del camerino y, en broma, les pegué una bronca diciendo: 'aquí no se viene a jugar. No sois niños, sois actores' Se quedaron aterrados.". A Juan Echanove se le abre el corazón al hablar de su compañero de 'Cuéntame', el joven Ricardo Gómez.
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"Ricardo aún lo recuerda y me lo dice: 'En ese momento, entendí que no estábamos allí para jugar, sino para trabajar'. La broma se la tomaron en serio. Especialmente Ricardo", dice Juan entre risas. Él recuerda con cariño su primer contacto con aquel niño que en el rodaje de la primera temporada de la serie, con siete años, no paraba de jugar y de armar bulla, pero que con una sonrisa se metía a quien quería en el bolsillo. Hay cosas que nunca cambian y esta debe ser una de las que mantiene Ricardo trece años después, ahora que cumple 20 años: "Para mí Ricardo es una sonrisa franca y verdadera" confiesa Juan.
De una generación mayor a la de Echanove es María Galiana. En 'Cuéntame' la veterana actriz da vida a Herminia, la abuela de Carlos, el personaje interpretado por Ricardo. Ella destaca esa misma cualidad: "Muy cariñoso y muy formal, cumple con todos sus compromisos. Al mismo tiempo es alegre".
Pablo Rivero es más joven que sus dos compañeros, pero aún es mayor que Ricardo. En la serie interpreta a Toni, el hermano de Carlos. Sobre Ricardo y su manera de ser no duda: "Ricardo es muy enérgico, muy sonriente y muy responsable para su edad. Y creo que buena persona". Y si le preguntamos a Elena Rivera, casi de su misma edad y cuyo personaje, Karina, ha sido durante temporadas el amor del alma de Carlos, nos dice que Ricardo "Es alguien especial. Recuerdo el primer día que lo conocí (en el casting para mi personaje) y era un chico muy vivo, un rabo lagartija. Lo recuerdo así, como un chico muy vivo, muy alegre, con una chispa en los ojos especial, y a medida que lo vas conociendo, más especial te parece. Tiene ese "algo" que hace que te sientas a gusto con él".
Cuatro actores de cuatro generaciones distintas. Cuatro actores que llevan en ese plató de Pinto al lado de Ricardo Gómez entre ocho y trece años. Cuatro actores que al preguntarles por ese Carlitos Alcántara, de lo primero que uno se da cuenta es de que para ellos, ese niño, ese Carlitos es ya un proyecto de hombre y un proyecto de gran actor. Para María, para Juan, para Pablo o Elena no es Carlitos, sino Ricardo. Sus palabras, algunas más simpáticas y otras más crudas, destilan respeto hacia el profesional y amor hacia el joven de sonrisa embriagadora.
Un actor prometedor, con deberes por hacer
"Pocas veces se consigue la perfección porque este oficio consiste en seguir aprendiendo y aprendiendo cosas nuevas. Nunca se deja de aprender y de crecer", opina Elena Rivera, de 21 años, "Pero, como ha demostrado en varias escenas (por ejemplo, la última de la temporada pasada), Ricardo vale para esto. Y no sólo por el resultado que llega a las pantallas, sino porque quien trabaja con él, mano a mano, sabe que desde peque controla mil aspectos (marcas, luz, foco de cámara...). Es una pasada, yo siempre he alucinado con eso. Trabajando con él siempre ha conseguido que todo parezca fácil".
A Pablo Rivero también le impresiona el talento que, desde crío, mostró Ricardo delante de una cámara: "Empezó con muchísima energía, era un todoterreno muy avanzado para su edad. Si ves los capítulos de cuando era pequeño, alucinas". Juan Echanove echa mano de una frase de Tito Fernández, primer director de la serie y uno de los mejores realizadores que ha dado la ficción televisiva española; él fue el verdadero valedor de Ricardo para interpretar al personaje de Carlitos en contra de la opinión de otros departamentos de la productora. "Recuerdo una frase de Tito Fernández sobre Ricardo que dijo en el casting de los niños de 'Cuéntame': 'Es Manolete. Mírale qué desparpajo tiene, mírale cómo se para ante la cámara. Es Manolete'. Es verdad. La sonrisa abierta y la luminosidad de cuando tenía 6 años las sigue manteniendo", comenta Juan.
Algo que le preocupa mucho a Ricardo es su formación como actor. Está estudiando una carrera universitaria relacionada con la Literatura. La primavera pasada la pasó en Londres comiéndose como espectador los principales teatros de la capital inglesa y asistiendo a algunos cursos de formación. Es una faceta en la que Ricardo está haciendo especial hincapié en los últimos tiempos. Echanove ve bien este entusiasmo de Ricardo, pero cree que el talento y la experiencia de este chico va un punto por delante de todo esto: "Ricardo ha traspasado la barrera de la necesidad formativa académica. Ha caído de lleno en el actor autodidacta. Ricardo es un actor hecho a sí mismo. En los años que le vienen por delante, encontrará un camino que define su estilo. Su estilo es sincero y contenido. Es un actor muy de verdad y que le gusta sentir las cosas por dentro. Hay una cosa que, para mí, le define en su manera de interpretar y en su manera de comportarse en el rodaje: fuerza y humildad.".
Sincera y crítica, María Galiana habla del trabajo de Ricardo con más peros. No por escepticismo, sino porque sabe lo que puede esperar del talento de este chico. De ahí que María no pare de repetir que Ricardo debe formarse: "Me gustaría muchísimo que Ricardo se formara bien. Es muy fácil en televisión hacer levemente un papel. Es muy fácil si se tienen los mínimos. Pero eso no significa nada. No significa que se tenga esa especial capacidad interpretativa", opina María, que insiste en la importancia de la formación: "Si él quiere ser actor de verdad, debería de formarse bien. Debe irse fuera a alguna escuela o centro donde realmente la formación actoral sea algo de raíz, profundo y con investigación y rigor. A mí me parece que el paso adelante en Inglaterra. En España hay mucho mercadeo y mucha mediocridad".
Menciona María, que en este caso sí coincide con Juan y con el resto de entrevistados en este reportaje, que Ricardo está en un proceso de búsqueda, un proceso en el que deberá encontrarse a sí mismo, saber qué quiere y cómo lo quiere: "Está buscando y buscando. Hace un par de años él pensó que ser actor era poner la cara de. Él ponía caras inconscientemente. Si estaba enfadado, subía la ceja. Yo le dije: 'este no es el camino'.", recuerda María que tiene la respuesta para explicar que la interpretación que ahora vemos de Ricardo en 'Cuéntame' sea más sobria y quizá menos brillante y chispeante que la de antaño: "Esa seriedad que se le ve a Ricardo en su personaje, viene dada porque todavía no ha encontrado el camino. Él pone cara de pánico, pero no siente el pánico. No se asusta. A veces pienso: 'Ricardo necesita estudiar ya'."
Que nadie se lleve a engaño. María cree firmemente en él. Tanto que teme que sólo llegue a ser un buen actor: "No me gustaría que Ricardo fuera el típico actor que cumple, que hace su papel y en el que se puede confiar, no un creador de personajes. Ese es mi miedo. Pero para eso se prepara uno". Cree a pies juntillas que, con la preparación adecuada, Ricardo puede ser uno de los grandes.
Los peligros para un actor como Ricardo
Esperar. Pausa. Paciencia. Consejos que todos sus compañeros dan a Ricardo. "Hay que tener un poco de calma", dice Pablo. No debe coger el primer proyecto que le pongan encima de la mesa. No debe dejar de tener presente que lleva 15 temporadas protagonizando la serie más vista y premiada de la historia de España.
"Lo que no tiene que hacer Ricardo es pensar con ansiedad, pensar que necesita hacer otras cosas", le aconseja Echanove que considera que protagonizando una serie como 'Cuéntame' es complicado compaginarlo con otros proyectos, máxime en los tiempos que corren: "En el panorama de las cosas a las que puede acceder -en cine, tv o teatro- un actor como Ricardo Gómez es complicado que encuentre un personaje como el que él está interpretando. No debe apresurar los tiempos. Le digo 'tranquilo, que no estás perdiendo ningún tren. Te juro que si un día veo que estás perdiendo un buen tren, seré yo quien te empuje dentro. Los trenes que están pasando ahora, son trenes que pasan cada 5 minutos'."
Recuerda también que Ricardo sí que ha hecho otros proyectos en años anteriores sobre las tablas de un escenario, un género en el que Echanove cree que Ricardo disfrutará: "Para Ricardo, el teatro va a ser como heroína. Se va a quedar enganchado".
Ricardo debe esperar, no debe precipitarse. Todos insisten en ello. "No debe precipitarse. No es cuestión de que lo vea mucha gente -las audiencias son la falacia más grande que se ha inventado-, como le pasa a los guaperas estos (que algunos son más malos que pegarle a un padre). Ricardo debería intentar marcharse fuera", sostiene María Galiana con un particular acento andaluz.
María teme también la figura de los representantes, quienes no suelen estar dispuestos a aconsejar que su actor deje pasar proyectos y espere: "la mayoría de los representantes son personajes que viven de los actores. Cuando ven que un actor destaca, lo quieren para explotarlo el tiempo que esté arriba. Mientras esté arriba y puedan pedir un caché elevado... ganan mucho dinero a costa del actor."
Para Pablo, el mayor peligro que tiene Ricardo por delante y lo que le decepcionaría a él sería si viera que "como persona, se estancara de alguna manera: que cogiera vicios, que se volviera una estrella, que se fuera por el mal camino...".
Elena teme que el peligro para Ricardo pueda estar en el propio mundillo del actor, que no sea consciente de que "mucha gente se te acerca para sacar beneficio. Tiene que tener las cosas muy claras para detectar esos detalles de cierta gente que se pillan a la legua, y seguir manteniendo a su gente de toda la vida, a los que le dicen lo bueno y lo malo en todo momento".
A Juan solo le decepcionaría una cosa de Ricardo, pero que bien aúna todas las anteriores: "Que perdiera de vista que lo de ser actor es una manera de vivir y entender la vida, no solo una profesión", pero añade: "Estoy seguro que no me va a decepcionar."
Un chico especial con una sonrisa especial
Es lo que les ocurre a los cuatro con Ricardo, que saben que no los va a decepcionar. Lo saben y lo esperan con todo su corazón. Porque los cuatro lo ven especial. "Siempre la sonrisa de oreja a oreja que le ilumina la cara y la manera cariñosa de abrazarte. Tengo recuerdos desde pequeño que te saluda y casi te espachurra", explica Pablo Rivero quien además se divierte con la capacidad que tiene Ricardo para manejar a sus seguidores en redes sociales.
Elena se emociona al acordarse el mal perder de Ricardo en aquellos veranos ya casi olvidados en los que, "no teníamos deberes y nos poníamos a jugar a lo que fuera, y si le ganaba yo, se picaba un montón". ¿Si tiene algo especial?, se pregunta a Elena, "Claro que sí. No sabes bien cómo definirlo, pero lo tiene. Existe en él esa magia.". Ella lo conoce bien. Han mantenido una amistad limpia desde pequeños. Elena, maña, recuerda cuando Ricardo fue a su ciudad, Zaragoza, a ver la Expo y su padre le abroncaba a él y a su hermano por no callar durante toda la noche. Pese a que Ricardo es sólo año y medio más joven que ella, Elena siempre le ha tenido el cariño que se le reserva a un hermano pequeño. Por eso, Ricardo, guarda pocos secretos a sus ojos, por más que él los intente esconder tras una coraza. Ella confía ciegamente en el talento de Ricardo: "es un chico que le encanta ser actor. No sé si ahora él lo tiene muy claro, porque hasta hace poco quería formarse en dirección, pero yo sí. Creo que sufriría mucho si no consiguiese ser actor".
María se emociona de alegría al ver algo extraordinario en Ricardo que lo aparta de la tónica habitual de su profesión: "A mí me conmovió, como profesora que he sido, que eligiera el bachillerato de letras puras. En este mundo de la interpretación en la que hay tan poca gente cultivada y en el que, como mucho, sólo se leen el último best seller, me conmovió profundamente tener un compañero como Ricardo que eligiera letras puras y estudiara latín y griego Que tenga tanto interés por las cosas de la cultura, me parece conmovedor". Le conmueve tanto que, no hace mucho, cedió a Ricardo dos entradas para ver una ópera en el Teatro Real, pese a que él terminó aburrido como una ostra. "No era una ópera para iniciarse", asume María.
Le quiere, tanto como para aconsejarle que no se deje despreciar, que saque carácter, que tenga personalidad: "Siempre lo digo: 'el destino de un hombre es su carácter'. Conozco a actores fabulosos que no van a llegar porque su carácter no se lo va a permitir".
María no quiere que Ricardo deje de ser ese niño con personalidad, distinto al resto, capaz de ser un amante profundo del deporte y del fútbol y de sacar las mejores notas. Ahora, en la universidad "sigue sacando bien los exámenes parciales", apunta María y recuerda cuando "era un niño pequeño y pasaba horas y horas en el trabajo. Y, sin embargo, sacaba tiempo donde podía para estudiar. En su camerino tenía todos sus útiles para estudiar". Distinto al resto.
Juan tampoco encuentra palabras para explicar por qué Ricardo es especial: "Desde el primer día que lo vi sonreír supe que era especial", comenta. "Recuerdo al chavalín que jugaba al fútbol con 7 años en los pasillos y que ha decantado en un tipo enormemente responsable, que ama profundamente la profesión del intérprete, que tiene los pies en el suelo y que tiene una necesidad brutal de progresar. Es un tipo que nunca transmite mal rollo. Si necesitas que alguien te levante el ánimo, ese va a ser Ricardo Gómez".
Ahora, con 20 años recién cumplidos, Ricardo Gómez es para sus compañeros el mismo chico talentoso, amable, risueño y especial que conocieron cuando sólo tenía siete. Se ha pasado toda su vida, por circunstancias, entre actores y entre gente que, sin ser de su familia lo ama más que si llevara su sangre.
En su 20 aniversario, quizá el mejor regalo sea no olvidar lo que no pierde de vista nadie que lo conoce: que es un tipo único. Y sería bueno que siguiera el consejo que le deja Juan Echanove: "Lo que tiene que hacer es cuidar su carrera y ser feliz. Cuando esta profesión te da la felicidad -y no te la da muchas veces-, lo que debes hacer es disfrutarla". Con 20 años, como con 7, Ricardo sigue haciendo de su sonrisa su seña de identidad y de sus mordiscos su mejor muestra de cariño a quien ama.