Ocio y cultura

Lugares que no te deberías perder si viajas a Costa Rica

Costa Rica... un país cuyo lema es Pura Vida. Un país sin ejército, abierto a los visitantes como pocos, con la mitad de su territorio cubierto de bosques y selvas, y un 25% de él protegido bajo la figura de Reserva o Parque Natural. Es normal que esté considerado como uno de los destinos mejor valorados por los viajeros. El apodo de paraíso verde podría estamparse en la bandera costarricense, uno de los países más pequeños pero también más ricos en biodiversidad de todo el planeta.  Un destino de aventura, pero también de relax, que te permite caminar sobre los árboles de un bosque nublado y terminar la jornada bebiendo unos mojitos en aguas termales bajo las faldas de un volcán activo que no deja de rugir. Eso es Costa Rica, de eso trata la pura vida.

Costa Rica cuenta con lugares fantásticos en los que puedes pasar de las playas del Caribe a las Pacífico, luego al cráter de un volcán y terminar en una selva cerrada, en la que reinan los gritos del mono aullador. Y todo en un solo día.... Pero para quienes nos gusta viajar con tiempo suficiente y absorber cada instante, os voy a contar cuáles son mis rincones favoritos de Costa Rica y que no os podríais perder por nada del mundo:

Parque Nacional Tortuguero

Ya sólo por el mero hecho de que se llega por lancha (o los más afortunados en avioneta u helicóptero) y no por carretera, hacen de este un destino como pocos. Por un lado se deja llevar por el ritmo caribeño y la leche de coco aderezando los platos más típicos que se sirven en cabañas de madera pintadas de vivos colores. Pero por otro permite echar una ojeada a las playas en las que por la noche acuden a desovar las tortugas marinas. Éste es un espectáculo que paga por sí solo el viaje a este rincón del Caribe costarricense, pero no el único, ya que tierra adentro surge una red de canales que se pueden recorrer en canoa y que hará que uno se crea navegando por en el Amazonas. Se puede disfrutar a bordo (si la ruta es en barca sin motor mejor) de una mañana tempranera en compañía de los animales que se dejan ver y escuchar desde los árboles, y pasar al ras de un caimán que no te quita el ojo de encima.

Volcán Arenal

En un país con inmensidad de volcanes, y no pocos que estén activos, existe un rey indiscutible y que forma parte sí o sí de cualquier recorrido que se haga en Costa Rica. El Arenal es un volcán de verdad, de los que sabría dibujar hasta un niño pequeño, y que en ocasiones, si las nubes no se agarran egoístamente a él, deja ver salir lava de su cráter y escuchar los temblores y explosiones que suceden en el interior de semejante caldero.

Uno puede tratar de rodearlo desde la localidad de La Fortuna a través de carreteras y caminos que permiten ver una mitad exhausta que busca tapar su posición frontal, aún bien frondosa. Pero bien divertido es observarlo (y escucharlo) por la noche desde la calidez de las aguas termales que yacen justo debajo suyo (Tabacón es el spa natural más conocido de la zona) mientras un barman te ofrece un cóctel con el que uno creerá estar nadando dentro del volcán.

Volcán Poás

Su silueta cónica no es tan sugerente como la del Arenal, pero el Volcán Poás no lo necesita porque te permite subir hasta la cima de un cráter vaporoso que emana azufre en rotundas fumarolas. Deja que lo veas antes de que la niebla lo cubra por completo, cosa que sucede más pronto de lo que nos gustaría, lo que requiere madrugar a base de bien y rezar al Dios que vive en el Poás para que tenga piedad de nosotros y nos muestre su belleza volcánica.

Ostional

En la Península de Nicoya, y pasamos al Pacífico, acuden también a anidar las tortugas. En lugares protegidos como Ostional hay noches en las que no acuden ni una ni dos, acuden cientos de ellas en uno mismo día para regalar a nuestros ojos uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. Siempre acompañados de un guía, sin utilizar luces que dañen o espanten a estos animales marinos, podremos ver cómo la playa se convierte en un vivero repleto de huevos de tortuga que saldrán al mes siguiente. Es un evento muy darwiniano porque de cien huevos quizás sobreviva alguna tortuga que, si puede (o mejor dicho, si la dejan), regresará a la misma playa en la que nació para volver a dar sentido al ciclo de la vida.

Manuel Antonio

Es la localidad más turística y masificada, con diferencia, de Costa Rica. Quizás lo que es la ciudad, con hoteles, lodges y apartamentos a tutiplén, sea la faceta más impersonal del país centroamericano, pero cuenta con la baza del Parque Nacional Manuel Antonio, que es bellísimo y ofrece trails o recorridos por la playa. Pocos sitios en el mundo permiten ver de cerca a mayor número de monos tití y los atardeceres son de un auténtico regalo. Y no es una base equívoca para comenzar a explorar el litoral atlántico costarricense y bajar, quien sabe, si hasta Bahía Drake o la península de Osa.

Parque Nacional de Corcovado

Si te gusta hacer senderismo por la selva y no encontrarte prácticamente a nadie en tu camino, Corcovado es el lugar de Costa Rica al que debes tratar de llegar, por muy difícil que sea. No hay carretera normal, sino un camino de arena que se inunda en la época lluviosa y un aeropuerto de risa en Carate. Aquello es el PARAÍSO que cualquiera iría buscando, un rincón con el 3% de la biodiversidad de todo el planeta en el que los guacamayos visten el cielo de rojo, las ballenas dejan ver sus coletazos bien cerca de sus muchos kilómetros de playas vírgenes y los trekkings por la selva te ofrecen una probabilidad mayor que en ningún otro sitio de poder seguir las huellas del puma, el jaguar, el tapir o el ocelote.

Corcovado es un documental de National Geographic en sí mismo, toda una aventura. Unos pocos lodges (y caros) y algún que otro camping son los únicos alojamientos antes de hacer camino y recorrer el parque durante varios días. Tengo que confesar que esta joya de Península de Osa, un apéndice de Costa Rica muy próximo a Panamá, es mi preferida. Porque nunca he sentido la soledad de tal modo, porque tras esa cortina de árboles y olas he vivido las noches más "sonoras" de mi vida (ya se sabe, las noches en la selva no son silenciosas precisamente). Y porque te despierten los monos aulladores al comenzar el día es algo maravilloso...

Monteverde

Noches frías y mañanas calientes y mojadas en un bosque nublado o lluvioso que se sitúa en este paraíso de altura. En Monteverde, allá donde los perezosos se aferran a los árboles y la frondosidad del paisaje no puede ser mayor, los viajeros pueden caminar por puentes colgantes y pasar por encima de un tapiz totalmente verde al que le gusta aferrarse la niebla. Allí pude escuchar el sonido hueco de los quetzales que revolotean por allí entre los meses de marzo y julio, o salir a buscar reptiles y tarántulas que se escondían en la espesura. Monteverde es el aula magna de los amantes de la naturaleza, pero también es la capital de la diversión de Costa Rica, ya que cuenta con lugares en los que practicar el canopy, que es una tirolina por la que pasar de un árbol a otra con el suelo a más de 30 metros. Probablemente los mejores canopys del mundo se encuentren allí.

Cahuíta

Y por último regresamos al Caribe, muy cerca ya de la frontera panameña y del archipiélago de Bocas del Toro que se erigen como uno de los atractivos de dicho país. Pero sin salir de Costa Rica nos queda otro semblante caribeño y cuasi-rastafari en el que saber en qué consiste la pura vida de la que tanto alardean los ticos. Perfecto también para hacer senderismo e incluso buceo. No es difícil encontrarte entre tiburones a apenas unos metros de un litoral repleto de palmeras.

Y podría seguir hablando de Samara, el Rincón de la Vieja, Gandoca-Manzanillo, Isla del Coco, el Parque Nacional de Braulio Carrillo de otro volcán como el Tenorio. Pero nos encontraríamos de nuevo con la eterna limitación del tiempo, de tener que elegir, de mirar al cielo y gritar que no quieres regresar a casa. Porque la vida se mueve en Costa Rica. VIDA, con mayúsculas...

CÓMO IR A COSTA RICA

Cadena Ser Viajes te ofrece circuitos de nueve días, con billete aéreo, tasas, alojamiento y visitas a San José, el volcán Arenal, Monteverde y el parque nacional Manuel Antonio desde 1.773 €.

 
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