El paso de Rosell por el Barça
En 2010 se convirtió en el presidente más votado de la historia del FC Barcelona
Sandro Rosell llegó al FC Barcelona de la mano de Joan Laporta en el año 2003 como hombre fuerte de negocios. Años antes había formado parte del equipo de Marketing Internacional del Comité Olímpico de Barcelona '92, fue el hombre fuerte de Nike en Brasil, y director general de la empresa de mercadotecnia deportiva Bonus Sports Marketing (BSM). A su llegada al club culé se encargaría del proyecto deportivo de la candidatura. Desde este puesto, en junio de ese año negoció con el Manchester United y el Paris Saint Germain los fichajes de David Beckham y Ronaldinho Gaúcho, quién le llamaba "patrón" y con el que tenía una gran amistad desde su paso por Nike.
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Tan sólo una semana después de la elección de Laporta, Rosell ya ocupaba el sillón de vicepresidente deportivo. Y su proyecto y apuesta personal se afianzó con la llegada de Ronaldinho y Rafael Márquez, bajo la bandera del técnico Frank Rijkaard.
Pronto surgieron las divergencias entre Laporta y él por la cartera de fichajes, y el gran ascendiente de Johan Cruyff sobre el presidente. A mediados de enero de 2005 manifestó sus dudas sobre su continuidad en la directiva en la siguiente campaña. Al final de ese curso presentaría su renuncia junto con Josep Maria Bartomeu y Jordi Moix. Demasiados gallos en el mismo gallinero.
Durante varios años se mantuvo al margen y nunca llegó a aclarar su intención de relevar a Laporta. Hasta que en junio del 2008 reaparecería anunciando su candidatura a las elecciones blaugranas. No lo hacía por "revanchismo", decía. "Soy un socio más, no os fallaré", aseguró entonces. El barcelonismo le dio su confianza al otorgarle el mayor número de votos nunca conseguido por ningún aspirante a la presidencia del FC Barcelona, un 61,35 %. Conseguía así barrer al laportismo de un plumazo.
Desde entonces, a los éxitos deportivos- tan solo en su primera temporada al frente del club sumó la Liga y la Champions League-, se sumó una gestión económica que parecía intachable. Rosell mimó a Guardiola, icono del barcelonismo, al que mantuvo tras su llegada, y con el que rompería tras su salida del Barça. Después llegó Tito Vilanova, y su marcha definitiva por la recaída en su enfermedad se convirtió en su "peor momento como presidente".
Pero también ha tenido que hacer frente numerosas controversias extradeportivas. La delicada situación económica recibida le llevó a contratar la publicidad de Qatar Foundation, por 165 millones de euros en seis temporadas, en diciembre de 2010, una relación plagada de polémica. A ello se han unido las acusaciones de la prensa brasileña, que asegura que desvió dinero de amistosos; sus relaciones con Ricardo Teixeira, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol; el espionaje al que se vio sometido en la etapa de Laporta en el Barça; o sus desavenencias con Johan Cruyff.
En junio Rosell consiguió la piedra angular sobre la que edificar el equipo. Con la llegada de Neymar, que prefirió recalar en Barcelona que en Madrid, se consolidaba su proyecto deportivo, semanas después de anunciar su precandidatura a las elecciones del año 2016. Pero con las cifras siempre en entredicho, el 5 de diciembre llegaba la querella de Jordi Cases, socio del Fútbol Club Barcelona, por "apropiación indebida" en el fichaje de Neymar. La denuncia sostenía que el fichaje del jugador brasileño había sido de 94,4 millones de euros, y no de 57,1 millones de euros como sostenía Rosell. El tótem de Rosell ha terminado tumbándole.