La cúpula del PSC no cederá a las presiones

Ni los manifiestos ni ninguna muestra de apoyo o petición de no expulsión de los tres diputados que rompieron la semana pasada la disciplina de voto en el Parlament modificarán el posicionamiento de la dirección de Pere Navarro. Fuentes de la cúpula insisten en que la única manera de acortar distancias es que renuncien al escaño, una posibilidad que ninguno de los tres contempla en las horas previas a que venza el ultimátum.

"A veces los árboles se tienen que podar para que en primavera salgan ramas nuevas y más fuertes". Es una de las expresiones utilizadas en las últimas horas por un miembro de la dirección socialista y que describe a la perfección cómo se afronta el más que probable proceso disciplinario que se abrirá a partir de mañana lunes.

Críticos y dirección mantienen el pulso. Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura repiten por activa y pasiva que no devolverán el acta, pero los apoyos que han recibido los últimos días no harán mover ni un milímetro la táctica de los de Pere Navarro. "La única posibilidad de reducir distancia pasa porque renuncien al escaño", reitera el secretario de Acción Política de los socialistas catalanes, Antoni Balmón, en declaraciones a la Cadena SER.

A partir de aquí y una vez vencidos los plazos se pondrá en marcha la maquinaria de disciplina del PSC. Fuentes de la cúpula contemplan que sea el secretario de Organización quien lleve el caso a la Comisión de Garantías del partido para que emita un dictamen. La expulsión del grupo parlamentario es una posibilidad que los díscolos no contemplan al otro lado se ve como más que factible.