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Confirman la condena por narcotráfico para un exjefe del aeropuerto de Ciudad Real

El Tribunal Supremo confirma la condena de 10 años de cárcel impuesta a Ricardo González Placer y aumenta a 14 años la del cabecilla de la trama que introdujo 2 toneladas de cocaína en el aeropuerto de Foronda

Madrid

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 10 años de cárcel que la Audiencia Nacional impuso a Ricardo González Placer, exdirector de Desarrollo de la Terminar de Carga del aeropuerto de Ciudad Real, por su papel en la trama que introdujo dos toneladas de cocaína en el aeropuerto de Foronda (Vitoria) en diciembre de 2009. También aumenta a 14 años de prisión la condena impuesta al cabecilla de la operación, José Raúl Jiménez Villamil, y rebaja la multa de uno de los encausados.

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El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 10 años de cárcel que la Audiencia Nacional impuso a Ricardo González Placer, exdirectivo del aeropuerto de Ciudad Real y exgerente de Vitoria International Airport, por su papel en la trama que introdujo 2 toneladas de cocaína en el aeropuerto de Foronda (Vitoria) en diciembre de 2009 oculto en un cargamento de flores. El Supremo también aumenta a 14 años la condena de prisión impuesta al líder de la organización, José Raúl Jiménez Villamil, y rebaja a la mitad la multa económica impuesta a otro de los seis condenados.

Según la justicia, la organización criminal habría utilizado los "importantes contactos" que González Placer tenía en el aeropuerto de Vitoria para introducir el alijo de droga, procedente de Bogotá. Ahora el Tribunal Supremo, además de la condena de 10 años de cárcel, también confirma la multa total de 200 millones de euros impuesta a este exdirectivo del aeropuerto castellano-manchego por un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancia que causa grave daño a la salud, con los agravantes de cantidad de notoria importancia, pertenencia a organización, utilizar una aeronave como medio de transporte específico y por pertenecer a una red internacional dedicada a actividades de narcotráfico.

Para el alto tribunal, la participación de González Placer está sobradamente probada: "Desde el punto de vista objetivo está acreditada mediante prueba directa, e incluso en muchos casos reconocida, la participación muy relevante del recurrente en el conjunto de operaciones destinadas a facilitar la introducción de la droga en España".

El Tribunal Supremo declara probado, tal y como hizo en su momento la Audiencia Nacional, que Raúl Jiménez Villamil, cabecilla de la trama, se reunió a partir de 2008 con varios empresarios del servicio de gestión de envíos aéreos en España, "encuentros encaminados a establecer una empresa de logística de las mismas características a la que poseía en Colombia, localizar aeropuertos y buscar clientes interesados en exportar mercancías a Sudamérica, para asegurarse "vuelos de retorno", y aprovechar esta infraestructura para la introducción de cocaína camuflada en mercancía legal".

Aumenta la condena del líder y confirma multas millonarias

Los jueces de la Sala de lo Penal también modifican la condena que la Audiencia Nacional impuso al líder de la trama, Jiménez Villamil, y aumentan a 11 años la pena de prisión, manteniendo intactas las dos multas económicas que en total suman 300 millones de euros de sanción. Confirman igualmente las condenas de diez años de cárcel y multas de 200 euros impuestas a los condenados Miguel Martínez (miembro de un despacho aduanero que constituyó la sociedad de la trama), Mario Sánchez y Diego León Jiménez, y rebajan a 60 millones de euros la multa de Francisco Javier Lozano, también condenado a seis años de prisión. A todos les pillaron 'in fraganti' esperando al avión para hacerse cargo de la droga.

2.000 kilos de cocaína en un cargamento de flores

En su momento, la Audiencia Nacional consideró probado que la trama liderada por Jiménez Villamil intentó utilizar el aeropuerto de Ciudad real, pero finalmente se decidió por el de Foronda (Vitoria) por considerar que el futuro y viabilidad de las instalaciones castellano-manchegas "no estaba garantizado". Utilizaron los contactos de Ricardo González Placer tenía en el aeropuerto de Vitoria, obtenidos cuando trabajó en una compañía de 'handling' allí, para introducir las dos toneladas de cocaína ocultos en un cargamento de flores e intervenidas por la Guardia Civil en diciembre de 2009. La justicia estima que la mercancía tenía un valor de 58,5 millones de euros en el mercado, y que González Placer se encargó de que no existiera ningún problema con la entrada de la droga: "Él mismo se encuentra en el aeropuerto a la llegada de los aviones cuando no había razón para que estuviera", señalan los jueces.

 
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