Sociedad
Análisis:

Rajoy evita la pancarta

El presidente del Gobierno ha ordenado al Partido Popular que acuda a la manifestación del 27 de octubre para apoyar a las víctimas. Pero ni él ni ningún miembro del Ejecutivo se pasarán por ella

Rajoy y otros cargos públicos en la cabecera de la manifestación convocada por el PP bajo el lema "España por la libertad. No mas cesiones a ETA" en protesta por la concesión de prisión atenuada al preso de ETA José Ignacio de Juana Chaos (IMAGEN DE ARCHI(EFE)

Tras participar en varias marchas, como líder de la oposición llegó a convocar una el 10 de marzo de 2007 como rechazo a la concesión del segundo grado penitenciario a De Juana Chaos. Dijo que había sido "uno de los días más bonitos" de su vida política.

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El Partido Popular se ha visto en un callejón sin salida y, al final, ha tenido que sumarse a la manifestación de las víctimas convocada para el próximo 27 de octubre. La dirección nacional conservadora no tenía ninguna intención de acudir pero después de la reunión de Mariano Rajoy en La Moncloa con las representantes de dos asociaciones, la orden llegó a Génova y finalmente el elegido para representar a la cúpula ha sido el vicesecretario del PP y presidente de la Comisión de Interior en el Congreso, Esteban González Pons.

El presidente del Gobierno quería cerciorarse de que la concentración no se iba a volver en contra del Ejecutivo y en el PP tenían claro que no podían secundar una cita con un lema que les comprometiera, que había que negociarlo. Estaban ante una situación muy incómoda y ahora creen que, en cierto sentido, se ha despejado el camino. Aunque algunos populares temen lo que se pueden encontrar ese día. No descartan problemas, insultos, gritos y reproches contra Rajoy por no haber hecho más para impedir la sentencia del de Estrasburgo que tumba la doctrina Parot. Un poco con la idea de evitar que esto ocurra, se ha hecho también un llamamiento para que acuda el mayor número de militantes y simpatizantes posible.

El debate interno en el PP ha sido complicado. Por un lado, no se podía exhibir ninguna división y tampoco dejar que el ala dura del partido monopolizara esta cita (Esperanza Aguirre fue la primera en decir que contaran con ella). Por otro, el núcleo duro sabía que si mandaban a alguien debía ser "con casco" por las críticas que le pueden llover por las futuras excarcelaciones. Y, por último, muchos dirigentes tenían claro que era difícil zafarse de esta convocatoria después de haber estado presentes en todas las que se realizaron contra José Luis Rodríguez Zapatero.

Los populares salen a la calle

Y es que fueron muchas. El PSOE recopiló en un documento al menos 10 y eso que el PP había firmado en el Pacto Antiterrorista que no iba a emplear la política del Ejecutivo socialista frente a ETA como motivo de confrontación política. Pero de 2005 a 2007 los populares terminaron por utilizar como herramienta de oposición uno de los cauces de expresión empleados tradicionalmente por la izquierda y se lanzaron a la calle.

Muchos recuerdan la primera, el 22 de enero de 2005, porque les preocupa que se repitan los incidentes de aquella fecha. En esa movilización se pedía "memoria, dignidad y justicia para las víctimas" y por una vez se vio unidos a socialistas y populares. Pero la noticia fue que el entonces ministro de Defensa, José Bono, acompañado por su hijo y la europarlamentaria Rosa Díez fueron agredidos físicamente por unos militantes del PP.

El Ejecutivo no participará

Ahora eso no va a suceder porque aunque vaya una amplia representación del PP (cada vez se van adhiriendo más cargos), no asiste ningún miembro del Gobierno. No puede ir nadie. Sería un escándalo que se manifestaran en contra de una decisión judicial europea. Por ejemplo, Alberto Ruiz Gallardón que en su día acudió a varias concentraciones, ahora como titular de Justicia se encuentra entre la espada y la pared. Al igual que el responsable de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien ya ha dejado claro que él se plantearía acudir si no fuera por el cargo que ocupa.

Tampoco se contará, por supuesto, con la presencia de Rajoy. En el PP solo esperan que los asistentes no lo interpreten como una ofensa. Hoy el jefe del Ejecutivo ha hecho su primera valoración sobre lo sucedido. Desde Bruselas ha reconocido que no le gusta "nada" la decisión y que esta le parece "injusta y equivocada". Pero se ha mostrado resignado a cumplir con lo que se establece. "Las cosas son como son", ha sentenciado mientras recordaba que hay que acatar lo que dicen los tribunales. Sus colaboradores confían en que toda esa gente que considera que les ha fallado, comprendan la situación.

La primera protesta por una decisión judicial

Lejos queda ya el Rajoy que se ponía detrás de la pancarta, el que se alió con Francisco Alcaraz para poner en evidencia a Zapatero y al que le hacían fotos bien sonriente junto a José María Aznar o María San Gil. En la primera marcha que se le pudo ver marcando el paso fue en la del 4 de junio de 2005. Después vinieron otras muchas hasta que como líder de la oposición se animó y decidió convocar una propia. Fue el 10 de marzo de 2007 y para el PP se convirtió en un acto solemne e histórico. Rajoy convocó a los españoles a participar en una manifestación para que no hubiera "más cesiones a ETA" y demostrar de paso su rechazo por la concesión del segundo grado penitenciario a José Ignacio de Juana Chaos.

La imagen de Rajoy en la Plaza de Colón con la bandera de España ondeando al viento fue simbólica para los conservadores. Él llegó hasta a bailar al ritmo de 'Libertad sin ira' de Jarcha. Después diría que ese había sido "uno de los días más bonitos" de su vida política.

La concentración fue multitudinaria y es que los ánimos ya venían un tanto soliviantados de pocos días antes. En concreto del 24 de febrero cuando la AVT hizo un llamamiento a los ciudadanos para rechazar la sentencia del Supremo de rebajar de doce a tres años de cárcel la condena al etarra De Juana Chaos. Esa fue la primera vez que el PP protestó contra una decisión judicial a pesar de que siempre han defendido que, por encima de todo, se deben respetar.

Mensajes para la marcha del 27-O

Ahora Rajoy, que guardaba silencio desde hace tres días, ha querido ofrecer una imagen de contundencia y mostrar su rechazo. Los suyos esperan que con ello en la sociedad cale el mensaje de su disconformidad. Y que se impongan otros como que esta derogación forma parte de las negociaciones del proceso de paz que emprendió el Ejecutivo socialista con la organización terrorista, como ha señalado FAES. O que la culpa es del magistrado Luis López Guerra, contra el que llevan varios días cargando Ángeles Pedraza y María del Mar Blanco. Desde las asociaciones que éstas presiden se está censurando al Tribunal de Estrasburgo. Pero nadie se quejó cuando éste le dio la razón al Estado en su lucha contra Batasuna. Fue en 2010 confirmando de nuevo en España la ley de partidos.

Todo con tal de que no se escuchen voces pidiendo la dimisión de Rajoy por este asunto y de que no les explote en la cara y, al final, los presentes en la manifestación comiencen a pedir que no se aplique el fallo o que España se salga del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Algo que no se contempla de ninguna de las maneras.

Por el momento desde La Moncloa insisten en que comprenden bien el dolor de las víctimas y todo se adorna con palabras de apoyo. Pero Rajoy ya ha dejado claro lo que toca a partir de ahora. El presidente lo deja en manos de los jueces. Ha dicho que es a ellos a quien corresponde resolver lo que se hará con cada preso que ha pedido la revisión de su pena.

 
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