¿Y si cierra Fagor?

La empresa Fagor Electrodomésticos, acogida al preconcurso de acreedores, tiene meses por delante para intentar recuperar el equilibrio de sus cuentas. Pero, ¿qué ocurriría con las garantías de los electrodomésticos de la marcas Fagor y Edesa -segunda marca de la empresa- de los hogares españoles? ¿Habría en el futuro piezas de recambio para ellos?

Si una empresa fabricante de bienes de consumo desaparece del mercado no habría ningun problema, en principio, con los aparatos de sus marcas cubiertos por la garantía legal, de dos años desde la fecha de compra. Ruben Sanchez, de Facua, recuerda que en caso de avería, es la tienda en la que se ha realizado la compra la que "debe asumir la reparación o la sustitución por otro aparato nuevo si no es posible repararlo".

En caso de haber contratado una garantía adicional -de cinco o siete años, por ejemplo- si sólo la cubre el fabricante, y éste desaparece, parece obvio que nos quedaríamos sin la garantía. Pero si está vinculada a una aseguradora es ésta la que tiene que asumir la cobertura, incluída la sustitución del aparato si no se puede reparar. Pero habría que mirar bien la letra pequeña, pues podría ocurrir que no haya piezas de repuesto en el mercado.

Una ley de 1988 obliga a los servicios de asistencia técnica de las marcas a tener en el mercado piezas de recambio hasta al menos siete años después de que un producto deje de fabricarse, o cinco años, si la pieza cuesta menos de 10.000 pesetas -60 euros de ahora-. Pero, ¿a quién se reclamaría si la empresa no ha cumplido esta obligación y dejase de existir?

Fuentes del servicio de atención al cliente de Fagor han señalado a la Cadena SER que el departamento sigue funcionando con normalidad. Pero nadie ha aclarado si se está cumpliendo la norma que obliga a tener un stock de piezas más allá de la última fecha de fabricación de un producto.

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La empresa guarda silencio, más allá del escueto comunicado en que ha informado de la presentación del preconcurso de acreedores y las conversaciones para renegociar el pago de sus deudas. De momento los esfuerzos de la firma se centran en encontrar financiación y una estrategia que garantice su supervivencia.