El mejor jugador de la oca del mundo
Aunque no se sabe su origen, una de las teorías más aceptadas lo relaciona con el Camino de Santiago
El de la oca es uno de los juegos de mesa más populares de todos los tiempos. No requiere destrezas especiales, sino únicamente un poco de suerte. Tiene más de 400 años de historia y elementos comunes con otros juegos mucho más antiguos. Cuando parecía condenado a extinguirse arrastrado por los nuevos tiempos, un pequeño pueblo de Zaragoza apostó por su supervivencia creando un concurso para apasionados de sus reglas, que se han mantenido prácticamente invariables a lo largo de los siglos.
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Las nuevas tecnologías y las consolas de videojuegos están relegando a un segundo plano a muchos juegos de mesa tradicionales. Pero algunos, como el de la oca, se resisten a desaparecer. En el pueblo de Alpartir (Zaragoza), una localidad con poco menos de 600 habitantes, se organiza anualmente un Campeonato del Mundo con la oca como excusa, que este año alcanza su séptima edición. Uno de sus creadores, Félix Arenales, dice que "suelen inscribirse entre 150 y 200 jugadores de diversas nacionalidades: España, sobre todo, pero también Rumanía, Bulgaria, Marruecos, Argelia... Ha venido a jugar hasta algún estadounidense, y algún alemán. Y todos recuerdan con mucho cariño y mucha nostalgia este juego al que ellos han jugado desde siempre".
En el municipio de Alpartir se están recopilando tableros del juego de la oca de distinta época y procedencia. Félix Arenales destaca, entre el inventario, algunas réplicas de tablas antiguas circulares del siglo XIX, y otras con motivos y dibujos característicos de cada lugar, entre ellos uno de Venecia y otro de Carcassonne, con representaciones de ocas muy peculiares.
Un juego con historia
Las primeras referencias históricas a su existencia se producen en el siglo XVI, y sitúan su origen en la corte de los Médici, en Florencia. Desde entonces, el tablero, con sus símbolos y sus normas claras y sencillas, parecen haberse mantenido con pocas variaciones hasta nuestros días. De hecho, hay investigadores que sostienen que el secreto de su vertiginoso éxito se debe a que ganar o perder depende exclusivamente del azar o la suerte, y no de la sabiduría o la estrategia. A diferencia de otros juegos, como por ejemplo el ajedrez, el de la oca no requiere de grandes destrezas mentales, lo que probablemente favoreció su propagación entre personas de todas las edades y clases sociales.
Pero los historiadores no descartan que este simple juego tuviera su origen muchos siglos antes, y en culturas totalmente dispares. Es el caso del escritor y director de 'SER Historia', Nacho Ares. A su entender, "conocer con exactitud cuál es el origen del juego de la oca es imposible, porque no hay fuentes, ni documentos, ni menciones". Pero sí se han encontrado ciertas similitudes con determinados restos arqueológicos de la antigüedad. Entre esos parecidos asombrosos se encuentra, según Ares, "un tablero con forma de serpiente aparecido en una tumba egipcia, y que tendría unos 4.000 años. Algunos investigadores han querido ver también el origen del juego de la oca en el famoso disco de Festos, aparecido al sur de la isla de Creta, y que tiene una antigüedad de más de 3.000 años. Estos paralelos son muy similares al juego de la oca, pero no se sabe si realmente tuvieron alguna relación con él".
El Camino de Santiago
Una de las teorías más aceptadas establece cierto paralelismo entre el juego de la oca y el Camino de Santiago. Si observamos los elementos que componen las casillas del tablero, como por ejemplo los puentes, la posada o el pozo, es fácil entrever en ellas una especie de itinerario o de viaje iniciático, unas rutas bastante comunes en la Edad Media y en otras culturas anteriores. "Esta es la razón", apunta Nacho Ares, "de que algunos investigadores hayan visto similitudes entre el juego de la oca y el Camino de Santiago que, en realidad, no es más que un camino iniciático que realiza el peregrino, desde el este hacia el oeste, buscando el punto en el que se pone el sol".
También habría que tener en cuenta el propio valor simbólico de la oca. "Era el animal sagrado de los antiguos egipcios, muy vinculado al dios Amón, y en la época romana, una de las aves predilectas del culto a la diosa Cibeles que, más tarde, con la evolución histórica ligada al cristianismo, ha desembocado en el culto a otras figuras como la Virgen María", recuerda Ares. La oca, además, es un ave migratoria. No son pocos los estudiosos que han querido ver, por ello, cierta semejanza entre su viaje, y el de los peregrinos del Camino de Santiago. Y sin dejar el plano de las conjeturas, hay quien sostiene que el juego de la oca oculta claves para iniciados en la ruta hacia Compostela, como las marcas que dejaban los canteros en la piedra y que, por cierto, tenían forma de pata de oca.
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Carlos Cala
Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...