Sociedad

¿Tregua o paz en el PSOE?

Rubalcaba se reúne con Susana Díaz para afianzar la alianza con Andalucía, con lo que asegura calma interna a la espera de la conferencia de noviembre

El líder de la oposición durante una rueda de prensa(EFE/Fernando Alvarado)

Resulta difícil saber si esta calma que se respira es la que va después o antes de la tormenta, pero parece claro que el PSOE -tan dado a la agitación- ha empezado el curso con tranquilidad interna. Este martes, por lo pronto, la dirección logró que se aprobara el informe de su gestión en el parlamento sin que se alzaran voces críticas habituales en ocasiones anteriores. Es sólo un ejemplo de cómo, a la espera de la conferencia de noviembre, se ha sosegado el debate sobre las primarias y cómo Rubalcaba, cuestionado por muchos, logra un respiro que le permite marcar una estrategia más dura de oposición contra el PP. A eso contribuye la alianza con la nueva presidenta andaluza, Susana Díaz, con la que Rubalcaba se entrevistó el lunes durante hora y media.

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"El partido vive una calma expectante", resume una diputada; "anestesiados", corrige un barón. Un dirigente próximo a Rubalcaba zanja: "En cuanto hay expectativas de mejora en las encuestas, llega la tranquilidad". Pero que haya calma no siempre significa que haya estabilidad. La primera prueba será la conferencia política, de la que no saldrá una fecha para las primarias. Ferraz sabe que muchos esperan concreciones de esa cita y está dispuesto a darlas. Por ejemplo, el modelo de elecciones internas. Otra cosa es que eso sea del gusto de la mayoría.

En realidad, la situación del PSOE no ha cambiado mucho respecto a los últimos meses: mantiene importantes discrepancias con el PSC, su situación económica es delicada, conserva poco poder autonómico y las encuestas podrían ser mejores. Sin embargo, en Ferraz empiezan a ver los sondeos con otra cara. Algunos les dan la victoria en las europeas y les sitúan por delante del PP en intención de voto en unas generales. "Es un indicio, una señal de que algo está cambiando", señala un dirigente optimista.

La marcha a Miami de Carme Chacón aleja el debate de las primarias. Cuando se pregunta por los aspirantes, en el PSOE aparecen automáticamente dos nombres: Patxi López, que multiplica sus actos y no se descarta; y Eduardo Madina, que mantiene un silencio que pone nervioso a muchos. El entorno de Rubalcaba apunta un nombre más, el del propio secretario general, que tampoco ha dicho que no. "Llegado el momento, los ciudadanos querrán certidumbres, y eso es lo que da Rubalcaba", comenta un diputado. "Tiene derecho a presentarse si quiere hacerlo", ratifica otro. Un tercero, sin embargo, es rotundo en sentido contrario: "Si queremos vender renovación del partido, Alfredo no puede ser el aspirante. Él hizo una ejecutiva de transición, no para quedarse en el partido".

Es verdad que el debate sobre las primarias, que está latente, no es ahora la primera preocupación de los socialistas, centrados en el problema catalán y en intentar recuperar el crédito entre sus votantes. La paz con Andalucía ha sido clave en esta calma interna porque Rubalcaba y Susana Díaz (que apoyó a Chacón en el congreso de Sevilla), han llegado a un acuerdo tácito de paz mutua. Este lunes se entrevistaron en Madrid y el martes se citaron para comer sus números 2, Elena Valenciano y Mario Jiménez.

La presidenta andaluza necesita estabilidad para gobernar y Rubalcaba se quita así una piedra en el zapato. Se reserva el derecho de convocar primarias cuando considere oportuno, podría hacerlo después de las europeas o -como cree la mayoría- a principios de 2015, pero Ferraz asegura que no tiene tomada la decisión.

Muchos de los críticos con Rubalcaba han sido hasta ahora barones territoriales. "Ahora no presentaremos batalla por eso", dice uno de ellos. "Ahora lo que importa es ir a las primarias para candidato autonómico y recuperar territorio", añade. Valencia y Madrid serían, para empezar, dos plazas fundamentales. "Sería incómodo que ahora que las cosas parece que van mejor y cristaliza la caída del PP abriéramos batallas internas", cierra otro, al que le gustaría que hubiera primarias cuanto antes. Ferraz ha logrado que esas voces críticas no se organizaran en una corriente que hubiera podido cuestionar la figura del secretario general.

La duda es saber si todo este análisis que se hace en el partido se compadece con la visión que los votantes tienen realmente del PSOE. Si la mejora en las encuestas fija una tendencia o sólo un momento, si los socialistas son capaces de canalizar el debate de Catalunya sin que se abran más grietas y, sobre todo, si la tranquilidad que tanto le ha costado alcanzar a Rubalcaba se sostiene sin que arrecie una nueva tormenta.

 
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