"Si el secuestrado no podía pagar la deuda podían llegar a ejecutarle"

Según el inspector jefe de fugitivos, Lorenzo Martínez, se trata de un grupo "muy duro" que conseguía cobrar las deudas "incluso mediante la tortura". Dos ciudadanos colombianos eran los líderes de la red, a quienes Interior atribuye al menos dos secuestros. Planeaban varios secuestros en Tarragona, Salamanca, Valencia y Málaga.

La Policía habla de la "oficina de cobros" a través de la extorsión y el secuestro más importante de España. Los arrestados - 16 en total - se dedicaban a saltar deudas vinculadas al narcotráfico. Para recuperar la deuda, utilizaban la técnica del "amarre" o secuestro de la víctima para que ella o su familia pagaran.

Según el inspector jefe del grupo de Fugitivos, Lorenzo Martínez, responsable de coordinar el operativo, todo esto forma parte de un entorno oscuro y silencioso. El problema principal es que el secuestrado no denuncia a la policía por su vinculación con el tráfico de drogas. "Esta gente no se andaba con contemplaciones. Eran muy duros, severos, tenían una reputación bastante alta y no dejaban que nadie se escapara. Si veían que la persona secuestrada no era capaz de hacer frente a la deuda contraía lo podían ejecutar".

Las deudas de las víctimas a las que extorsionaban podían ser abonadas de distintas maneras "O bien en metálico, o bien a través del traspaso de propiedades. Han llegado a traspasar incluso caballos o cuadros de afamados pintores". El grupo de sicarios estaba liderado por dos hermanos de nacionalidad colombiana que han participado en multitud de extorsiones y en el secuestro de dos compatriotas.

En la fase final de la investigación, los agentes averiguaron que estaban consiguiendo armas de fuego para secuestrar de manera inminente a varias personas en Tarragona, Salamanca, Valencia y Málaga.

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Además de los 16 detenidos, durante la operación policial en total se han practicado 15 registros en los que la policía ha intervenido cuatro armas cortas, 13 vehículos y 135.000 euros en metálico. El grupo había incorporado a su actividad delictiva el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales, según las fuentes policiales.