Manifestantes contrarios al gobierno egipcio asaltan la sede de los Hermanos Musulmanes
Los opositores dan a Mohamed Mursi como plazo hasta mañana para que dimita
Manifestantes contrarios al gobierno han asaltado la sede central de los Hermanos Musulmanes en El Cairo(ISMAEL MONZÓN)
Continúan las movilizaciones en Egipto en contra del presidente Mohamed Mursi. Cientos de personas se manifiestan en la plaza Tahrir para pedir su dimisión. En las últimas horas, la sede central de los Hermanos Musulmanes ha sido asaltada por opositores al gobierno. La organización política de Mursi ha criticado la inacción de la Policía ante el asedio del edificio y podrían crear sus unidades de autodefensa.
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Con el paso de las horas la tensión se recrudece en Egipto. Las protestas contra el que hace un año fue elegido presidente del país, Mohamed Mursi, se cobran más de una decena de víctimas. La plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones, ha despertado esta mañana de nuevo con cientos de manifestantes pidiendo la dimisión de Mursi, al que los partidos opositores han dado como plazo hasta mañana para que deje la presidencia del país afro-asiático. El movimiento "Tarmarrud", asegura haber recogido 22 millones de firmas para pedir la dimisión, que de no materializarse amenazan con una campaña de desobediencia civil, según un comunicado publicado en la web.
El último episodio de violencia ha tenido lugar en la sede central de los Hermanos Musulmanes en El Cairo. Manifestantes contrarios al gobierno han asaltado el edificio de la organización islamista a la que pertenece Mursi. Fuentes del aparato de seguridad cifran en más de cinco las víctima y 50 los heridos. Testigos han informado de que la sede ha sido atacada con bombas incendiarias y piedras. Los Hermanos musulmanes han criticado duramente la falta de actuación de los cuerpos de seguridad en el asalto del edificio, y han anunciado la creación de unidades de autodefensa, similares a los grupos que se crearon en 2011 durante las protestas que terminaron con el régimen de Hosni Mubarak.
La sede, que ha terminado con las plantas inferiores incendiadas, ahora se encuentra custodiada por la policía, aunque de una forma bastante permisiva puesto que los manifestantes pueden acceder a ella.
