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El paro envejece a la población inmigrante

La salida de España de más de 350.000 jóvenes extranjeros debido a la crisis cambia el perfil de los migrantes que residen en nuestro país

A consecuencia de la crisis, muchos extranjeros han optado por salir de España y bien probar suerte en otro país europeo o regresar a sus países de origen(EFE)

Los dos últimos años, los que comprenden la llamada segunda recesión, han sido devastadores para los trabajadores inmigrantes en España. Según la séptima edición del anuario "Inmigración y Crisis: entre la continuidad y el cambio" de los 3.700.000 empleos destruidos en España desde el inicio de la crisis, más de 900.000 correspondía a extranjeros que han perdido su empleo desde 2007. La consecuencia es que muchos de ellos han optado por salir de España y bien probar suerte en otro país europeo o regresar a sus países de origen. Más de 350.000 inmigrantes menores de 35 años lo han hecho durante los últimos dos años. Datos hechos públicos por la Fundación Ortega-Marañón que muestran un cambio de perfil de la población inmigrante en España "que es ahora más envejecida porque crece el número de extranjeros de entre 35 y 60 años porque son los jóvenes los que se están marchando, más femenina porque salen sobre todos los hombres y con un mayor grado de formación con respecto al que se registraba en 2006" señala el anuario.

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" Después de una transición rápida e intensa hacia una demografía de la inmigración( con la llegada de casi 6 millones de personas a nuestro país desde mediados de los años 90)España está experimentando un cambio importante en el cual coexisten emigración e inmigración" Es una de las conclusiones principales de la edición 2012 de este anuario que aglutina la firma de casi una quincena de los más reputados expertos en movimientos migratorios que hay en España que analizan esta realidad desde distintos puntos de vista. El cambio que se está experimentando tiene como raíz la dichosa palabra que todo lo invade: crisis.

"A lo largo de 2012 , la crisis económica iniciada en 2007 no sólo ha persistido sino que se ha agravado, y con ella el elevado desempleo que constituye su principal y más grave manifestación. La tasa de paro de la población inmigrada ha vuelto a superar las astronómicas cotas heredadas de los años precedentes" explican en la introducción del informe los tres directores del mismo : Eliseo Aja(Catedrático de Derecho Constitucional) Joaquín Arango(Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense) y Josep Oliver( Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona).

Oliver, uno de los mayores expertos en mercado laboral e inmigración, ha detallado que desde que comenzó la crisis y hasta marzo de 2013, aproximadamente 900.000 inmigrantes han perdido sus puestos de trabajo, aproximadamente, la mitad de los inmigrantes que se han quedado en el paro, 450.000 ha sido en los últimos dos años y, sobre todo, menores de 35 años de los que más de 150.000 han perdido el trabajo en los últimos 6 meses.

"Los jóvenes de 16 a 34 años que antes del comienzo de la crisis eran la mitad del empleo de este colectivo hoy son escasamente el 33 o el 34%, lo que constata el creciente envejecimiento del empleo inmigrante", según Oliver. Como consecuencia de toda esta situación, 350.000 inmigrantes menores de 35 años han salido de España, desde 2007, buscando alternativas en otros países.

"La fascinación por la salida de jóvenes españoles exagera las cifras reales"

El anuario señala como exagerada la percepción de que España ha vuelto a convertirse en país de emigrantes aunque constata, desde 2007 a finales de 2011, la salida de más 110.000 jóvenes españoles, con una media de 30 años y nivel de cualificación medio-alto, que buscan trabajo fuera de España. Según estos expertos resulta imposible precisar las cifras reales de salida de españoles hacia otros países, por un lado porque la mayoría de las cifras conocidas hasta ahora son estimaciones , porque además la mayoría de españoles no se registra en el PERE (Padrón de españoles residentes en el extranjero) y porque de los que salen" no pocos retornan a España al poco de probar suerte fuera" afirma Arango.

El informe señala que parece que la inmigración ha desaparecido de España; sin embargo, el registro de altas en el padrón es "entre bueno y estimable", si bien el cómputo de las bajas es difícil de confirmar, según ha explicado el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los autores, Joaquín Arango.

Arango ha indicado que, normalmente, los inmigrantes que abandonan el país no suelen comunicarlo al ayuntamiento correspondiente y, por tanto, siguen dados de alta en el padrón, a pesar de que han regresado a sus países de origen o han emigrado a otros.

No obstante, la evolución de los saldos migratorios aún refleja que España no ha dejado de ser un país inmigratorio; de hecho, según los datos recogidos en el anuario, el saldo de la población extranjera entre 2008 y 2011 es positivo (+845.708 personas).

En ese mismo periodo se han registrado en España 1.334.595 bajas residenciales, el 91% son fruto de la inmigración reciente y continúa el retorno de los inmigrantes, aunque según los expertos tiende a desacelerarse.

"Persisten los flujos de entrada, se ha intensificado la salida de extranjeros, pero la gran mayoría de los seis millones de inmigrantes permanece", ha señalado Arango.

Las remesas caen a niveles de 2006

"Las remesas alcanzaron su cénit en España en 2008 cuando nuestro país se convirtió en el tercer mayor emisor de remesas, sólo tras EEUU y Arabia Saudí. Sin embargo, ahora han caído una quinta parte, pero menos de lo esperado aunque nos movemos en cifras similares a las que se registraban en 2006" ha detallado Joaquín Arango.

En 2008 , el año record, la suma de dinero enviada por los inmigrantes desde España a sus países de origen alcanzó los 8.553 millones de euros. En 2012 las remesas alcanzaron las 6.819 millones lo que según el autor de este capítulo , Iñigo Moré se explica en que "la menor caída de las remesas frente a la mayor caída de inmigrantes ocupados sugiere que los inmigrantes han respondido a la crisis variando su comportamiento como remitentes".

Por otro lado, en el anuario se subraya que la crisis no ha alterado significativamente la paz social entre la población y critican la reforma sanitaria que ha provocado que los inmigrantes en situación irregular no tienen acceso a la tarjeta sanitaria.

Sobre este aspecto, el anuario recoge que a nivel nacional, la población inmigrante es beneficiaria sólo del 5,2% del gasto público sanitario efectuado en España.

 
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