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Erdogan anuncia la retirada del proyecto de centro comercial en Taksim que desató las protestas

Los indignados turcos toman de nuevo las plazas de las principales ciudades

La situación se ha vuelto muy tensa, con miles de personas intentando resistir la presión policial, bajo un continuo ir y venir de ambulancias.(EFE)

Ante las protestas y la presión ciudadana, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado este domingo la retirada del proyecto de construcción de un centro comercial en la emblemática plaza Taksim de Estambul, motivo de las protestas masivas que han derivado en disturbios en los tres últimos días.

"No puedes hacer un centro comercial de nivel internacional en esta zona. No hay ningún proyecto concreto de centro comercial. Quizá podría ser un museo o un espacio arquitectónico que albergaría actividades diversas", ha afirmado Erdogan, según recoge el diario turco 'Hürriyet' en su edición digital.

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Sin embargo, ha insistido en la demolición del Centro Cultural Atatürk y ha sugerido la construcción en su lugar de un teatro de ópera y de una mezquita. "Se va a construir una mezquita en Taksim", ha apostillado, al tiempo que ha argumentado que no necesita el permiso de la oposición ni de "unos pocos alborotadores" para continuar con estos proyectos.

Precisamente la construcción de este centro comercial ha hecho que los indignados turcos vuelvan a las plazas de Estambul y Ankara retando al gobierno, que poco antes había reconocido los excesos en la actuación de las fuerzas de autoridad, pero advirtiendo que no se iba a permitir que las protestas acabaran de nuevo en enfrentamientos y violencia.

La policía ha intentado desalojar de nuevo este domingo las plazas usando la fuerza contra cerca de 10.000 personas que estaban concentradas en una céntrica plaza de la capital de Ankara, próxima a la sede de la Jefatura del Gobierno.

En un principio, los agentes se habían limitado a impedir que los manifestantes se aproximaran a la sede de la oficina del primer ministro turco, Recep Tayeb Erdogan, pero en torno a las 17:00 horas avanzaron hacia la muchedumbre, empleando gas lacrimógeno y chorros de agua a presión en una intervención que causó numerosos heridos.

Durante toda la jornada, la situación se ha vuelto muy tensa, con miles de personas intentando resistir la presión policial bajo un continuo ir y venir de ambulancias. En otros puntos de la capital, médicos voluntarios han montado puntos de primeros auxilios para atender a los heridos y los afectados por el masivo empleo de los gases lacrimógenos.

Ante esta situación, los manifestantes han vuelto a corear eslóganes para exigir la dimisión del gobierno, al que acusan de emplear métodos dictatoriales.

También en Esmirna, la tercera ciudad turca, y en Adana, en el sur de país, se han registrado nuevos enfrentamientos con la policía. Un punto más donde la policía ha utilizado material antidisturbios.

Twitter es un "problema"

Erdogan no ha dudado en encontrar un culpable y ha afirmado que la red social Twitter, empleada por los manifestantes para convocar y coordinar las protestas, es un "problema". "Hay un problema que se llama Twitter. Allí se difunden mentiras absolutas", ha afirmado. "Esa cosa que llaman redes sociales no es más que una fuente de problemas para la sociedad actual", ha opinado el mandatario turco, que ha defendido la legitimidad que le da el respaldo de las urnas.

Además, Erdogan ha criticado la violencia de los manifestantes y los daños a la propiedad. "Hay incendios provocados, daños en los comercios. ¿Esto es democracia?", se ha preguntado, y ha respondido a las acusaciones de totalitarismo. "Dicen que Tayyip Erdogan es un dictador. Si llaman dictador a alguien que sirve al pueblo, no puedo decir nada", ha argumentado.

 
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