La Surface Pro, a examen

Es algo más que una tableta y algo menos que un portátil. La Surface Pro que Windows saca a la venta este jueves en España y otros 15 países quiere seducir al sector de usuarios a los que les quedan pequeños los actuales dispositivos móviles pero no quieren renunciar a la portabilidad que éstos ofrecen. Los fuertes de este nuevo equipo son su potente hardware y el software basado en el Windows 8 Pro. La debilidad que encontrarán muchos de los usuarios es la autonomía de su batería limitada a cuatro o cinco horas. Analizamos a continuación los pros y los contras de este nuevo dispositivo que llega este jueves a las tiendas.

Windows quiere ofrecer con este nuevo producto las funcionalidades propias de un PC compatibles con la portabilidad de los dispositivos móviles. Aparentemente es una tableta con diseño atractivo que se convierte en portátil si le añadimos una de sus fundas con teclado pero su verdadero valor está debajo de la carcasa, en el hardware que no tiene nada que envidiar al resto de portátiles que nos ofrecen en el mercado.

Cuenta con un potente procesador Intel Core i5, 4 Gigas de memoria RAM, pantalla ClearType de 10 pulgadas en formato 16:9 y resolución de 1920 x 1080 píxeles (es decir, similar a la que ofrecen los televisores LED Full HD de última generación), cobertura Gorilla Glass (que la hace más resistente a rayones) y dos cámaras (una frontal y otra trasera) que permiten grabar en alta definición a 720 puntos.

Las características que diferencian a este equipo del resto de dispositivos en el mercado es la incorporación del Sistema operativo Windows 8 Pro (capaz de ejecutar aplicaciones de escritorio de Windows 7 y Office e integrarse con la infraestructura administrativa de la empresa del usuario), un puerto USB 3.0 que permite una transmisión de datos hasta 10 veces más rápido que el puerto anterior y un lector de tarjetas MicroSD (que permite ampliar la memoria del dispositivo en 64 GB adicionales).

Todos estos componentes son los que hacen fuerte a este equipo pero también se convierten en una debilidad frente a otras tabletas si nos centramos en el peso. La Surface Pro pesa un kilo, 400 gramos más que el iPad 2 o la Galaxy Tab y 200 gramos más que su hermana pequeña (la Surface RT). Para los acostumbrados a la ligereza del resto de tablets del mercado esta mínima diferencia puede resultar más que notable. También es un hándicap la autonomía del equipo. La batería dura entre 4-5 horas, algo insuficiente para aquellos que necesiten echar mano del equipo durante todo el día.

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Estas debilidades se pueden ver compensadas por la precisión para determinadas tareas que ofrece el Lápiz Digital que incluye el equipo (aunque se adhiere a la pantalla a través de imanes con el riesgo de pérdida que conlleva). El lápiz es sensible a la presión que ejercemos en la pantalla con lo que podemos escribir, dibujar, pintar y tomar notas con absoluta precisión.

El precio oficial con el que sale a la venta es de 879 euros para la versión de 64 GB y 979 euros para la versión de 128 GB. Los accesorios se venden aparte. La funda con teclado se ofrece a un precio de entre 119 y 129 euros. Los críticos del portal Xátaka recomiendan la compra de la versión de 128 GB porque el software ocupa bastante espacio de la memoria de la Surface y puede merecer la pena pagar algo más.