Un Atlético campeón rompe el maleficio contra el Madrid y gana su Décima en el Bernabéu

Décima Copa del Rey para el Atlético de Madrid. Se la llevó de la manera que la historia dice que más le gusta: ante el Real Madrid, su eterno rival, y en el Bernabéu. El choque estuvo marcado por las ocasiones fallidas por el equipo blanco, las paradas de Courtois y la tensión que supo imprimir siempre el equipo de Simeone. Mourinho deja al Madrid en un año en blanco. En tres años, una Liga, una Copa y una Supercopa de España

La alineación blanca cumplió con el epílogo escrito por Mourinho para cerrar su etapa. Sin Casillas y sin Pepe, con una apuesta por Essien como comodín y con Modric en la zona de creación. La del Atlético, conocida desde la víspera, no tenía análisis alguno, ya que Simeone apostaba por los habituales, sobre todo por la pareja de Falcao y Diego Costa en ataque.

Tampoco sorprendió el Cholo en su planteamiento, que consistió en aguantar el resultado el mayor tiempo posible para enfriar al Real Madrid poco a poco. Los blancos aceptaron de buen gusto el guión y se mostraron muy superiores desde el primer minuto. De hecho, pudieron adelantarse en el marcador en un tiro envenenado de Cristiano que, tras tocar en un rojiblanco, se elevó para caer casi en la línea de meta, donde lo atrapó Courtois.

En los diez primeros minutos el Atlético apenas contactó con la bola ni con sus delanteros. Solo algún balón en largo en busca de Diego Costa se anotó en su balance ofensivo, lo que contrastaba con el juego blanco bien construido a través de hombres como Özil, Cristiano y Modric.

Cristiano hace el primero del choque

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El primer gol del encuentro, sin embargo, llegó a balón parado. Desde la esquina. Lo botó Özil hasta la posición de Ronaldo, que se elevó para colocar la pelota en el palo derecho del portero belga del Atlético. Remate inapelable, aunque los rojiblancos pidieron falta del portugués a Godín. Desplazó el blanco con su brazo al defensa, pero fue un toque de los que no valen ni para falta en ataque ni para penalti.

Trece minutos y el Madrid ya iba por delante. Una música ya conocida en los derbis disputados en los últimos catorce años. Lo mejor para los de Mou, sin embargo, era que estaban dominando no solo en el marcador, sino también en el juego. El portugués, sin ambargo, renunció a seguir llevando la iniciativa y el Atlético, poco a poco, se fue reencontrando con la pelota, si bien le costó demasiado hacer ocasiones de gol.

Una vez era un mal control de Falcao en el área, otra era una parada de Diego López a un centro desde la derecha de Diego Costa; luego, una internada de Filipe Luis que acabó en córner... Poco como para equilibrar el encuentro, pero más de lo visto en los rojiblancos en media hora de juego.

Diego Costa iguala el marcador

Tuvieron que asociarse Falcao y Costa para que el partido entrara en una nueva fase. Arrancó el colombiano desde campo rojiblanco para marcharse de Albiol y Khedira. Y después de volver locos a ambos con su tacón, sirvió la pelota a un Costa que puso la directa. Utilizó la zurda para pegarle al balón. Y lo puso en el palo izquierdo de Diego López. No pudo atraparla el guardameta madridista.

La final estaba en tablas y con nuevas sensaciones. Algo distintas a las de los derbis de los últimos años, aunque con todos en el campo conscientes de que el Atlético había rentabilizado sobradamente su juego, quizá por la renuncia de Mourinho tras el gol de su equipo. De todos modos, antes de irse al descanso fue Modric el que tuvo en sus pies la ocasión para el segundo tanto madridista. Recogió un balón que venía suelto después de una jugada de Coentrao y le pegó ajustado al palo. Demasiado. La madera impidió que subiera al marcador en forma de gol.

No era la primera vez que el palo iba a ser protagonista. Porque el partido se abrió en la segunda mitad, con ocasiones en las dos porterías. Primero lo intentó Filipe Luis con una bola que atajó Diego López. Repitió el brasileño lanzando el balón pegado al palo de la portería blanca. Y de nuevo, los palos. En la jugada más peligrosa hasta entonces del Real Madrid, iniciada por la izquierda por CR7, lanzó Benzema al poste y el rechace lo recogió Özil con Courtois fuera de sitio. Disparó el alemán... y sacó la bola Juanfran bajo palos.

Faltaba otro poste, en el que impactó la falta lanzada por Cristiano Ronaldo en nombre del Real Madrid. Salió vivo de todos esos trances el Atlético. Justo lo contrario a lo que le había pasado en los últimos catorce años, en los que todo lo malo que le podría pasar a los rojiblancos, terminaba sucediendo. Pero como si fuera desconocedor de la historia, Mourinho reclamó su cuota de protagonismo protestando una falta. Lo hizo en exceso y dejó a su equipo sin entrenador.

Con todo, el Madrid no renunció a trasladar al marcador su superioridad en el campo, aunque en la recta final de los noventa reglamentarios fue el conjunto de Simeone el que pudo llevarse la final. Lo pasaron mal los blancos en los saques de esquina lanzados por el equipo colchonero, pero terminó llegando la prórroga. Entre el minuto noventa y el inicio de la prórroga, Simeone ordenó a los suyos. Y Mou, en el vestuario...

No se sabe si le echó en falta su equipo, pero lo cierto es que el Atlético salió a por todas en la prórroga. Diego Costa pudo marcar en una boble ocasión en la que terminó sacando la bola su tocayo de apellido López. Pero el gol rojiblanco llegó desde la esquina. En un saque de córner lanzado por Koke que remató Miranda en su mejor lance desde que viste de rojiblanco. Quedaban más de veinte minutos de prórroga, pero el equipo de Simeone había llegado mucho más lejos de lo esperado por la mayoría.

Lo certificó Courtois con su parada imposible a un disparo de Higuaín. Y luego con otra a Özil más imposible todavía. Todo ello solo condujo al desquiciamiento al Real Madrid. Cristiano vio la roja en una acción con Gabi. Pepe trató de encararse con el Cholo en el banquillo siendo un jugador fuera de la convocatoria. Y un objeto cayó desde la grada a la cabeza del meta belga.

Todo eso enmarañó el partido que terminó con la victoria rojiblanca en la Copa, ante el Real Madrid y en el Bernabéu. Es la Décima Copa del Rey del conjunto rojiblanco. Tiene motivos para celebrarla. Su rival termina la temporada de vacío en las grandes competiciones. Segundo en la Liga, segundo en la Copa y eliminado en semifinales de la Champions. Un gran balance para cualquier equipo, salvo para el Real Madrid. Mourinho cierra su etapa en el conjunto blanco con tres títulos: una Copa, una Liga y una Supercopa. La afición del Madrid dirá si es o no suficiente para un entrenador como él.

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