La final de la Copa del Rey, último clavo ardiendo para el proyecto de José Mourinho

El Real Madrid se presenta en la final del Bernabéu cargado de noticias negativas. La más que posible marcha de Mourinho y el tenso ambiente que hay en el vestuario blanco con el preparador luso han relegado a un segundo plano la gran final que puede salvar al Real Madrid de firmar un año en blanco.

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Cuando el Real Madrid se clasificó para la final de Copa tras eliminar al Barcelona allá por el mes de febrero pocos podían imaginar el giro de 180 grados que iba a dar el equipo blanco. Tras dejar en la cuneta al eterno rival con un memorable partido en el Camp Nou y después de remontar en Old Trafford los octavos de final al United el Real Madrid aspiraba a todo, dos meses después poco queda de aquel temible equipo.

Tras quedar fuera de la Champions y dimitir de la Liga el Real Madrid ha dedicado el último mes a lanzarse mensajes entre los miembros del vestuario. Primero fue Mourinho contra Casillas, algo que no sentó bien a Pepe, que dijo que su compatriota había sido "injusto" con el capitán, esto no agradó a Mou, que cargó contra Pepe, diciendo que estaba frustrado porque Varane le había quitado el puesto. Un lío y un ambiente nada recomendable para preparar un señor partido como es la final de la Copa del Rey.

Poco o nada de ha hablado de baja de Varane, el central más en forma de la plantilla. Su puesto será previsiblemente ocupado por Albiol, que puede pasar del ostracismo a jugar la final de Copa gracias a sus actuaciones en las últimas semanas y al 'castigo' al que está sometiendo Mourinho a Pepe tras sus palabras.

Tras una Copa brillante, eliminando al Alcoyano, al Celta, al Valencia y al Barcelona el Real Madrid tiene ante sí una magnífica oportunidad de cerrar el campeonato. El partido será un arma de doble filo para el Real Madrid. Una victoria ante el eterno rival en el Santiago Bernabéu sería el mejor broche a una temporada rarísima en Chamartín. Pero perder ante el derbi en casa llevaría más problemas al conjunto blanco, que no podría disfrazar entre la victoria y la celebración los problemas que rondan la caseta. Será a buen seguro el último gran desafío de Mourinho, que se puede ir del Madrid de la misma forma que llegó, ganando una Copa del Rey.

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