¿Cuánto debe durar la serie perfecta? ¿En qué momento se debe dejar de explotarla y darla por clínicamente muerta? Los «upfronts» estadounidenses dejan una nueva miniserie de «24» y con ella, la certeza de que si las ideas se acaban, la resurrección de éxitos es una solución rápida. Después de ocho temporadas en antena y nueve millones de espectadores de media, «24» se despidió en 2010 con un rastro constante de rumores e intentos por parte de la cadena de darle un final digno. Tres años después, forzada, en parte, por la cancelación de «Touch», Fox prepara la resurrección de Jack Bauer, uno de los grandes iconos de la televisión reciente. El actor Kiefer Sutherland no quería quitarse el disfraz de agente federal, y siempre estuvo encantado con la posibilidad de que la serie volviese en forma de película. Finalmente, serán 12 nuevos episodios ya firmados los que continuarán la saga. Con este formato, la serie pretende cerrar las intrigas que quedaron en el aire, víctimas de una cancelación forzosa. ? FOX (@FOXTV) 13 de mayo de 2013 No es un caso aislado. Los desmedidos esfuerzos por alargar hasta el absurdo una serie con buenos resultados o las bajas audiencias registradas por tramas que no consiguen solucionarse a tiempo son los pilares perfectos para plantearse un regreso. Como ya ocurrió con la maltratada «Héroes», con un final de vértigo, sobre la que siempre planeó la posibilidad, actualmente descartada, de volver para morir dignamente en forma de película. Mejor suerte tuvo «Skins», la serie de rebeldes británicos que volverá este verano con tres episodios para cerrar un ciclo esperado por toda su horda de fans. Un caso similar fue el de «Jericho», que renovó por una segunda temporada por la presión de sus seguidores para terminar con dos finales alternativos, dependiendo de las audiencias. La comedia «Entourage» también confirmó que volvería con una película que ya está en marcha después de ocho temporadas sin tomarse en serio a sí misma. Otras joyas de HBO como «Carnivale», que sólo permaneció dos temporadas, no tendrán la misma suerte. La presión de los fans y la multiplataforma, la salvación La gran época dorada que viven las series se demuestra cada día en la cada vez mayor presencia de la opinión de los fans. De hecho, gracias a su poder, cada vez más ficciones consiguen ver la luz en la dictadura de la audiencia. Un caso reciente es el de «Veronica Mars», el «teen noir» por excelencia que, tras la noticia de la cancelación, consiguió recaudar dos millones de dólares en once horas para mantenerla a flote en forma de película. Otra tabla a la que agarrarse son las posibilidades que internet ha abierto, consolidándose como el verdadero canal de distribución de la ficción. Es el caso de Netflix, la plataforma que ya ha confirmado el rescate de la serie de culto «Arrested Development». Varios pasos por delante ya nació «House of Cards», que directamente se lanzó en este servicio de «streaming» para confirmar la solidez de esta nueva forma de consumo.