'A la hora. En el lugar'

"Un asesinato es un asesinato y la sociedad nunca debería volver la espalda ni inmunizarse frente a hechos tan deplorables", dice el autor de este libro , que recoge las imágenes de 74 lugares donde se produjeron algunos crímenes de la organización terrorista.

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La simplicidad del mensaje, que sobrecoge, comienza por las propias fotos, lugares asépticos, "no lugares": un esquinazo, una callejuela, el banco de un parque, un aparcamiento semivacío, la hondonada de un monte. Solo una ojeada al libro estremece y produce un desasosiego que concluye en una reflexión: qué muertes inútiles, cuántas vidas perdidas.

Dice Eduardo Nave que con quince años tuvo que ir a dar el pésame a un compañero de clase, cuyo padre había sido asesinado el día anterior. Era Manuel Broseta, político de UCD y catedrático de Derecho Mercantil, asesinado en Valencia cuando iba a dar clase. "Este recuerdo, que no ha dejado de manifestarse en mi conciencia desde entonces, aparece siempre como una forma de pensamiento inasible o como la visión de un espacio en crisis. Su voluntad de pronunciarse me ha llevado a realizar este libro".

El libro se completa con el relato que la cadena SER y Radio Nacional hicieron de cada atentado, en los primeros momentos de conocerse. Son, al contrario que las fotografías, momentos calientes, atropellados por la urgencia de la noticia. El proyecto "A la hora. En el lugar", ha sido parcialmente subvencionado por el Ministerio de Cultura y está pendiente de una exposición fotográfica que recogerá todas las imágenes de esta obra.

Eduardo Nave ha realizado exposiciones individuales y colectivas en la Ferias de ARCO (Madrid), PhotoEspaña (Madrid), DFOTO (San Sebastián), Maco (México), ParisPhoto, PhotoLondon, CIGE (Beijing), KIAF (Korea), en el Palazzio de Venecia (Roma), y otras muchas. Su obra pertenece a colecciones privadas y a instituciones como el Museo de la Fotografía Española, la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana, el Banco de Sabadell, el Ministerio de Cultura, la Familia Cartier-Bresson y el Congreso de los Diputados.

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