Sociedad
SANCIÓN SIN PRECEDENTES EN EL ESPIONAJE ESPAÑOL

Expulsado un agente del CNI por robo de material altamente sensible

El agente ha sido sancionado con tres años y seis meses de suspensión que, de acuerdo al código disciplinario del CNI, implica la expulsión automática del centro. Se trata de la mayor sanción disciplinaria impuesta jamás en la historia del espionaje español

El jefe de la sección de doctrina de la división de operaciones del Centro Nacional de inteligencia sustrajo documentos que incluían identidades, códigos de comunicación, procedimientos operativos del centro. La investigación interna del centro no revela indicios de que la información llegara a ser mostrada a terceros antes de ser incautada.

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Irregularidades detectadas durante una investigación rutinaria en 2011 pusieron a los investigadores del centro sobre la pista de M.M., nombre ficticio del brigada de la Guardia Civil que desde hacía un año ocupaba el puesto de jefe de la sección de doctrina de la división de operaciones. La gravedad del asunto era enorme dado que las pesquisas se centraban en encontrar al responsable de la sustracción de un gran número de órdenes de operaciones, uno de los documentos más delicados manejados por el departamento puesto que estas contienen no sólo identidades y procedimientos operativos sino también códigos de comunicación y detalles financieros A finales de ese mismo año , el 21 de noviembre de 2011, M.M. fue suspendido de funciones provisionalmente a la espera de la resolución del expediente sancionador abierto por la entonces secretaria general del centro Elena Sánchez.

A pesar de la dilatada experiencia del agente que acumulaba 31 años de servicio en el espionaje español, las pruebas inculpatorias no tardarían en aparecer. Los investigadores hallaron abundante documentación operativa que M.M. había venido sustrayendo del centro nacional de inteligencia en los últimos meses con el consiguiente quebranto de las normas internas de seguridad. La investigación posterior de centro no reveló indicios de que esta hubiera sido cedida o mostrada a terceros antes de ser incautada pero sí que el delicadísimo material había sido almacenado durante largo tiempo sin medida de seguridad alguna. Al ser preguntado al respecto los instructores del expediente consideraron que las explicaciones del agente no resultaban consistentes.

La mayor sanción jamás impuesta a un funcionario del espionaje español

Como jefe de la sección de doctrina de la división de operaciones le correspondía establecer los criterios para la formación y el entrenamiento del personal operativo, pero su puesto no justificaba el acceso a buena parte de la documentación y tampoco explicaba por si sólo los motivos que le llevaron a hacer acopio de la misma. Por todo ello, el 4 de noviembre de 2012 se hizo efectiva la sanción disciplinaria. La mayor jamás impuesta a un funcionario del espionaje español, tanto en tiempos del CESID como en la etapa actual del CNI: tres años y medio de suspensión por una falta muy grave sumada a otra grave y basadas ambas en el artículo 44e del código disciplinario que castiga "el incumplimiento de la reserva y de las normas de seguridad respecto a la organización, actividades y operaciones del centro, así como sobre el contenido y la existencia de documentos , identidades, datos objetos o elementos relacionados de los que tenga conocimiento por razón del servicio".

M.M. recurrió su expulsión por la vía contenciosa. La sala correspondiente de la Audiencia Nacional dio la razón al CNI el pasado mes de marzo asegurando que "del examen de las actuaciones se evidencian actividades extra profesionales que revelan sin lugar a dudas que el agente ha vulnerado su obligación de guardar secreto y reserva de los asuntos de los que conozca por razón de su trabajo".

Tras Perote y Flórez

La sanción disciplinaria impuesta a M.M. no tiene precedentes en la historia del espionaje español, pero sí, sin embargo, la sustracción de material confidencial por parte de funcionarios del centro. El de mayor celebridad fue el caso del coronel Juan Antonio Perote que sustrajo del entonces CESID miles de "microfchas". El robo no se conoció hasta que en 1995, años después de su salida del servicio secreto estalló el escándalo con la publicación de los documentos en el Diario El Mundo. El espía fue condenado por un tribunal militar a siete años de prisión por un delito de revelación de secretos.

Perote había sido investigado internamente por corrupción y tráfico de influencias en los meses previos a su salida del centro y pese a que las sospechas resultaron ser ciertas el entonces director del CESID Emilio Alonso Manglano no quiso expulsarle para evitar el escándalo y no le abrió expediente, sino que esperó cuatro meses, hasta que Perote ascendió a coronel y entonces prescindió de sus servicios. Tampoco fue sancionado Roberto el agente Flórez, que una década después del caso Perote se llevó del centro abundante documentación con la intención de suministrarla los servicios secretos rusos. No fue posible la sanción disciplinaria por el simple hecho de que la investigación interna que terminó descubriéndole se llevó a cabo cuando Flórez ya había dejado el centro , pero el agente fue condenado en 2010 a 12 años de prisión por traición.

La que sin embargo sí fue sancionada, en el año 2006, fue precisamente la sobrina del coronel Perote, Mari Cruz Perote a quien se le impuso un sanción de dos meses y medio de suspensión de funciones por incumplir el régimen de incompatibilidades que exige al personal del CNI "dedicación exclusiva", ya que compatibilizaba con sus cargo actividades empresariales que no había declarado oficialmente.

Mariela Rubio

Mariela Rubio

Redactora de la sección de Política. Cubre la información del Partido Popular. Anteriormente fue redactora...

 
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