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La rehabilitación política de Francisco Camps depende del 'caso Nóos'

Dentro del Partido Popular explican que su regreso a primera línea política está pendiente de varios procesos judiciales, sobre todo de si le imputan en el 'caso Nóos' junto con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá

Fuentes del PP afirman que el expresidente de la Comunidad Valenciana ha pedido a Génova que le tenga en cuenta de cara al futuro. Una vez absuelto por el Supremo, algunos de sus compañeros de partido creen que se le debería restituir, pero la última palabra la tiene Mariano Rajoy. Los que conocen bien a Camps destacan "su elocuente silencio".

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El 25 de enero de 2012, por un estrecho margen de cinco votos frente a cuatro, un jurado popular absolvió a Francisco Camps y al exsecretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, acusados del delito de cohecho pasivo impropio por haber aceptado presuntamente regalos de la trama Gürtel a cambios de contratos a dedo con la Generalitat. La semana pasada, el Tribunal Supremo respaldó esta decisión y el expresidente de la Comunidad Valenciana lo celebró junto a sus familiares y amigos.

Desde entonces muchos populares se preguntan qué será ahora de su futuro. Camps lleva como consejero del Consell Jurídic Consultiu desde 2011. Pero algunos de sus compañeros de partido consideran que debería volver a primera línea política. Los que han hablado con él le ven "tocado" y creen que necesita que se le restituya. En la sede nacional cuentan que ya se ha dirigido a ellos pidiendo que se le tenga en cuenta para algún puesto. Pero la última palabra sobre su rehabilitación la tiene Mariano Rajoy. Y en el Partido Popular son muchos los cargos que piensan que el jefe del Ejecutivo no moverá ficha hasta que ver qué ocurre con algunos procesos judiciales pendientes, sobre todo con el 'caso Nóos'.

La administración valenciana adjudicó contratos a Iñaki Urdangarin y Diego Torres por casi 4 millones de euros entre 2004 y 2006 y por eso en las filas conservadoras, varios dirigentes están preocupados. No descartan que cualquier día hagan comparecer a Camps y a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para que den explicaciones. Pero además, está pendiente todo el tema de la presunta financiación irregular del PP valenciano. En esta causa no está imputado Camps, pero algunos temen que termine también salpicado porque al fin y al cabo era el presidente de la formación regional durante esa etapa.

Desde luego, en el PP valenciano no parece que tengan intención de recuperarle y darle un puesto de relevancia. Su intención es continuar con su política de tolerancia cero activada por Alberto Fabra, su sucesor en el cargo. Este no contempla recuperar a las personas que han tenido problemas con la justicia. Y hace unos días, desterró su vuelta. Aseguró que Camps está "retirado de la política". Pero hay quien cree que eso es lo que él desea, pero no la realidad. Lo cierto es que este comentario contrasta con la imagen que se vivió ayer en Les Corts. El expresidente del Consell se presentó en su escaño y estuvo charlando animadamente con varios diputados autonómicos que le dieron la enhorabuena después de estos cuatro años de proceso.

Su aparición, en estos momentos, es para muchos muy significativa. Un mensaje claro de que ha regresado y un recordatorio, el de que se debe tener bien presente que le han declarado inocente.

Los que le conocen bien cuentan que el caso de los trajes ha sido para él "una auténtica tortura" y destacan que ahora mantiene "un elocuente silencio". Dentro de la formación conservadora se ha hablado en alguna ocasión de que le podían dar una embajada, darle un puesto institucional, mandarle a Bruselas... "No me parece conveniente incluirle en unas listas. Es un riesgo", admite un diputado del PP. En cualquier caso, ni los suyos saben cuál sería ahora el cargo adecuado. Pero se encargan de recordar que él dimitió para no dañar más la imagen del PP y las expectativas electorales de Rajoy y que ahora, que le han exculpado, le deben un reconocimiento.

Para algunos de sus colaboradores lo que no es comprensible es "la doble vara de medir" de la cúpula nacional. Les sorprende que a Camps no le restituyan de inmediato cuando Luis Bárcenas seguía estando en nómina del partido aunque decían que lo habían echado o Ana Mato al frente del Ministerio de Sanidad a pesar de su implicación en la trama de corrupción.

 
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