El Robin Hood de las finanzas
El informático del HSBC Hervé Falciani, famoso por su lista de presuntos defraudadores fiscales, durante la vista celebrada este lunes en la que la Audiencia Nacional va estudiar si le entrega a Suiza(EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Era, en su día, un prestigioso informático, formado en el mejor instituto tecnológico de Francia, el Sophia Antibes. Tenía apenas 30 años cuando el banco suizo HSBC le fichó en 2001. Trabajó allí casi una década.
Durante meses, Hervé Falciani fue pasando a su ordenador personal hasta 130.000 ficheros informáticos de clientes, empresas y particulares, donde se revelaba que éstos no cumplían con sus obligaciones fiscales. La caja fuerte de Europa, la silenciosa y discreta Suiza, sufría el expolio de su bien más preciado: el secreto bancario.
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El caso trascendió en 2009, cuando Falciani huyó a Francia y anunció que tenía aquel material, auténtica bomba de relojería de cuentas opacas. Varios países acusaron a Suiza de facilitar la evasión fiscal de importantes contribuyentes y de proteger sus identidades.
La información robada por Falciani provocó una crisis diplomática entre Suiza y Francia, y puso sobre la pista a terceros países, entre ellos España.
Refugiado en Niza junto a su mujer y su hija, Falciani dió, incluso, entrevistas en la televisión francesa. Negó tener miedo. Se vanaglorió de su acto. Desmintió que hubiera intentado, primero, vender datos tan sensibles a algunos gobiernos. Y argumentó: "¿Si usted descubriera este gigantesco delito, qué haría, se quedaría parado, sería cómplice de ello?".
En julio de 2012, Falciani fue detenido en el aeropuerto de Barcelona a requerimiento de las autoridades suizas. El delito: revelación de secretos bancarios. Tras permanecer en la prisión de Valdemoro fue puesto en libertad y ha vivido protegido en un domicilio secreto, a la espera de la decisión sobre su extradicción. Entretanto, la llamada Lista Falciani ha permitido a la Agencia Tributaria española acceder a 659 evasores fiscales españoles y facilitar información a la Justicia sobre la trama Gürtel. El propio Falciani no ha estado desocupado. Cada vez que los investigadores necesitan datos de su famosa lista han de recurrir a él: al parecer, todo lo que recopiló en el HSBC está en la nube virtual y solo él tiene una complejísima clave para acceder a ella.
