Francia hace los deberes y llega con ventaja al duelo contra España

El jugador del Olympique dio a Giriud el primer tanto en el descuento del primer tiempo y marcó el segundo nada más comenzar el segundo, lo que permite a los galos liderar el grupo I antes de que España visite el Estadio de Francia en un encuentro crucial para dirimir la primera plaza, la única que da acceso directo al Mundial de Brasil.

Dos goles que taparon una mediocre prestación francesa hasta ese momento, cuando se habían mostrado impotentes frente a la defensa georgiana con un equipo muy renovado, en el que Didier Deschamps hizo debutar al defensa Raphael Varane y al centrocampista Paul Progba.

Para dar más mordiente ofensivo a su equipo, el seleccionador galo alineó a dos atacantes, Olivier Giroud y Karim Benzema, lo que le obligó a cambiar su sistema de juego, tradicionalmente con un único punta.

Pero Francia no fue un equipo particularmente ofensivo. Incluso los visitantes, 69 del mundo, se dieron el lujo de disponer de dos claras ocasiones de gol en la primera mitad, dos sustos que acallaron las entusiastas voces del Estadio de Francia y que hicieron temblar la confianza de los galos.

Al no marcarlas, Georgia acabó sucumbiendo al talento de Mathieu. Dos zarpazos suyos aclararon la visión de una Francia ciega, que una y otra vez se había estrellado contra el muro defensivo georgiano, que no supo superar, faltos los bleu de claridad y de un sistema eficaz de ataque.

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Y con un Karim Benzema que parece negado a marcar con la camiseta de la selección, con la que acumula ya 930 minutos sin lograr un gol. Fue Frank Ribéry el primero que pudo hacerlo cuando a los 5 minutos, en jugada personal, encontró el larguero de la portería de Georgia.

Luego Benzema dispuso de dos buenas ocasiones, pero el madridista las resolvió de forma demasiado inocente, sin el instinto asesino que demostraba en la pasada temporada. No está bien el delantero del Madrid, que incluso escuchó algunos silbidos de la grada por su falta de acierto.

Georgia se estiró y Amisulashvili, entre Sakho y Varane, sacó un cabezazo que obligó a Lloris a estirarse cuando peor estaba jugando Francia. Unos minutos más tarde fue Kobakhidze quien, de disparo desde el borde del área, obligó al capitán francés a mostrar su calidad.

Aunque Francia siguió intentándolo, la defensa georgiana se mantenía firme. Incapaces de superarla en el juego, los franceses se fiaron al balón parado. Valbuena provocó una falta en el borde del área que él mismo se encargó de sacar para que Giroud, libre de marca, lograra el tanto de cabeza. El tiempo reglamentario ya se había agotado y el gol atenuó la ansiedad que comenzaba a sentirse en el equipo francés.

Y nada más comenzar la segunda mitad, el dinámico jugador del Marsella recibió un balón de Ribéry en el borde del área y lo instaló en la escuadra visitante. Francia capeó lo que restaba del partido y el propio Ribéry acrecentó el marcador en una jugada personal en la que supo romper una defensa georgiana que para entonces había perdido buena parte de su solidez.

Cuando la victoria parecía lograda, Francia se relajó y comenzó a pensar en el partido del martes contra España. Deschamps retiró a Matuidi, Valbuena y Ribéry, sus hombres más valiosos en el encuentro y el nivel decayó. Kovakhidze, el mejor de su equipo, aprovechó el descenso de la presión para marcar, en un descuido defensivo de Varane, el tanto del honor georgiano.

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