El Obispado de Mallorca expulsa a un sacerdote al considerarle culpable de pederastia
Es la primera vez que un Obispado en España toma una decisión de este tipo
La Iglesia de Mallorca ha expulsado al párroco Pere Barceló. El tribunal eclesiástico le considera culpable de pederastia y le condena con la máxima pena que es la expulsión. El párroco llevaba ya dos años suspendido de sus funciones. Ejerció hasta 2011 en Ca'n Picafort. Además está siendo investigado por la justicia civil después de una denuncia presentada el noviembre del año pasado.
El Obispado habla de unos hechos gravísimos y por eso le impone la pena máxima que consiste en la expulsión y la prohibición terminante del ejercicio de las funciones propias de un sacerdote.
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Es la primera vez que se le aplica a un sacerdote la doctrina tolerancia cero impuesta por el papa Benedicto XVI. Contra esta resolución, que tiene que ser ratificada ahora por la Santa Sede, cabe recurso. El acusado dispone de quince días para hacerlo ante el Vaticano.
Los hechos se remontan al año 1997. El expárroco ya ha declarado incluso ante los investigadores y ha negado cualquier tipo de acusación. En 1998 la Fiscalía archivó el asunto pero la Guardia Civil lo reabrió tras la declaración en noviembre del año pasado de una chica asegurando que fue víctima de abusos por parte del sacerdote.
La historia arranca cuando un catequista sorprendió al entonces párroco de Ca'n Picarfot (Islas Baleares) abusando de la niña y presentó una denuncia. La joven, en su momento, negó los hechos y la Fiscalía lo archivó. La víctima, en noviembre del año pasado, ya con 24 años, decidió denunciar de nuevo ante la Guardia Civil que reabrió la causa.
El expárroco se encontraba suspendido desde que en 2011 la diócesis decidiera apartarle después de tener conocimiento de una denuncia por otro caso en Cala Ratjada cuando era sacerdote de esa iglesia.
