Votando entre ruinas

Roma

Siempre votaba en este colegio, en la Via dei Giubbonari 38, en pleno centro de Roma, a pocos pasos del Campo de Fiori. Este año Laura no ha podido porque el edificio está prácticamente en ruinas. Algunas clases han tenido que ser trasladadas a otros centros ante el riesgo de derrumbe. Laura dice que así está Italia, en ruinas.

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A pocos metros de ese colegio, en la misma fachada, cuelga en un tablón toda la edición del día del diario L'Unita, ligado históricamente al Partido comunista, que tuvo su primera sede en Roma en este mismo edificio. Una placa de piedra lo recuerda a las puertas. "Esto era una casa de fascistas, pero los partisanos lo conquistaron", nos comenta Stefano Fundelizzi, de 24 años. "En los sótanos aún puedes ver los túneles por donde escaparon". Pero en la superficie hoy es la sede del Partito Democratito, donde Stefano ejerce como voluntario en esta jornada electoral.

A su lado, Guilia Urso, la Secretaria General de la rama local del partido se muestra confiada en la victoria de Bersani: "Ganaremos también en el Senado, pero todo dependerá de los porcentajes de voto. Si es necesario formaremos una coalición con Monti para crear un gobierno capaz de salvar a Italia". Pegada a la calefacción de biocombustible con la que es más fácil ahuyentar el frío que hace fuera, Guilia recuerda la visita de Berlusconi. Hace unos años Il Cavaliere pasó por esta sede a saludar y a "alegrarles un poco" porque "eran unos tristes". Uno de los trabajadores se negó a darle la mano.

Este año Berlusconi no ha venido, pero sigue presente. A la vuelta de la esquina, a las puertas de un colegio que aún se tiene en pie y en el que Laura acaba de votar, Marco de 75 años, sonríe: "He votado bien, al más guapo, al único.... Nada de comunistas ni gente rara". Il Cavaliere, aunque sorprenda, mantiene suficiente apoyo para ser segundo y quizá resultar decisivo. Con permiso, eso sí, de Beppe Grillo al que algunas encuestas secretas sitúan por detrás de Bersani con más del 20%. Esos mismos sondeos dejan a Monti fuera del Parlamento. En ese escenario Italia resultaría ingobernable, y ya se habla de la posibilidad de tener que volver a las urnas en menos de un año. Hablando de ruinas, por cierto, eso suena parecido a lo que pasó en Grecia en 2012.