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El plan perfecto para San Valentín

Haz de San Valentín mucho más que una cena para dos

Íntima, romántica, sugerente y, sobre todo, personal. Haz de San Valentín mucho más que una cena para dos y convierte la fiesta del amor por excelencia en todo un día de celebración.

Veinticuatro horas 'in love'. Ese es el objetivo para celebrar el Día de San Valentín. Una jornada completa para mimarse y disfrutar en pareja desde el desayuno hasta el anochecer. Y que no falte el amor ni el romanticismo.

Nada mejor para comenzar el día de una forma íntima que con un desayuno en la cama. Aprovecha que tu pareja esta durmiendo y prepara un desayuno romántico para dos con café, zumo recién exprimido, tostadas y un poquito de fruta fresca. Todo decorado en una bonita bandeja, con la cubertería que acabáis de comprar y una flor para rematar la magia. Y a disfrutar juntos.

Tras un buen desayuno, y para coger fuerzas antes de ir a trabajar, regálale -o regalaos- un baño relajante. Enciende unas velas y colócalas alrededor de la bañera, saca jabones de varios colores, abre ese frasco de aromas que tienes guardado para las ocasiones especiales y adorna la bañera con unas flores frescas para hacer más sugerente aún este momento. Un poquito de música para acompañar de su cantante favorito, baladones de Miguel Poveda o Pablo Alborán, una buena banda sonora o un poco de jazz rematan el ambiente perfecto para relajarse y disfrutar de este momento tan vuestro. Y si queréis alargarlo mucho también podéis dejarlo para antes de la cena.

Después de afrontar una larga jornada de trabajo, lo mejor es continuar disfrutando de la noche más romántica. Os proponemos dos alternativas. Una más low cost y en casa: Comenzar la noche con un aperitivo acompañado de un cóctel o un buen vino. Saca del armario el juego de coctelería que os regalasteis el año pasado y prepara vuestras bebidas favoritas. Adorna las copas con un poco de azúcar en el borde y una ralladura de limón y brindad. Haz lo mismo con ese tinto o ese blanco que os recuerda un momento especial con unas copas especiales de cristal.

Si os gusta más la opción de salir, lo mejor es ir al teatro. Nada mejor como comenzar una velada tan única que con un buen espectáculo. Y además seguro que le sorprenderás. La cartelera está plagada de obras maravillosas pero apostad por una comedia: reír es lo mejor para comenzar una buena velada. Podéis ver Bits, el último y tecnológico montaje de Tricicle en el Teatro Compac Gran Vía, asistir a una sesión de El Club de la Comedia en el Reina Victoria, desencajaros las mandíbulas con un clasicazo del cine francés y las tablas como La cena de los idiotas, con Santi Millán, David Fernández y Felisuco también el Reina Victoria, o con El apagón, en el Infanta Isabel. Si os va más el misterio, la intriga la pone Agatha Christie con La Ratonera, que podemos ver en el teatro Amaya. En todas las obras, además, podéis encontrar descuentos especiales y packs de dos entradas especiales de San Valentín en el canal de venta de entradas de El Corte Inglés.

De vuelta a casa se impone una cena de ensueño para dos. Velas, una bonita decoración de la mesa en tonos rojos combinados con plateados, blancos o dorados, música -acuérdate de lo que triunfó por la mañana en el baño o de lo que te dejaste en la recámara-, mantelería y vajilla especial y un menú de categoría en el que no puede nunca faltar el champagne y un postre. Nada mejor que endulzar el día de San Valentín que el chocolate. Si has sido previsor, puedes tener preparado un postre especial y nada complicado como un brownie, una mousse de chocolate y naranja o de chocolate blanco y queso de cabra, u otros más elaborados como un pastel de chocolate con picotas.

Tras la cena y para seguir con los arrumacos, podéis acomodaos en el sofá y seguir charlando acompañados por la música o ver una película romántica. En esta categoría hay infinidad de títulos entre los que elegir pero no dejéis de lado grandes clásicos como Casablanca, el cine de autor con filmes como An education o Restless o el más comercial con películas como La boda de mi mejor amigo o American Playboy.

Y si os creías que la noche acaba aquí, y aunque el resto corre de vuestra cuenta, la última sorpresa es tener el dormitorio decorado para San Valentín. Con sencillo pasos conseguirás la mejor atmósfera para rematar el día. Una iluminación cálida, velas aromáticas, unas sábanas especiales para la ocasión y cojines románticos pero sin caer en los de corazones -que ya llevamos bastante azúcar en el cuerpo- sino apostando por los tonos rojos, usados siempre en dosis moderadas son muy divertidos; los rosas fuertes, que endulzan y dar un toque muy juvenil a cualquier espacio más sobrio decorado en tonos claros y tierra; la gama de lavandas a berenjena, perfecta para representar el amor adulto, elegante y sosegado; o la frescura y vitalidad de los naranjas y amarillos. Por último, y para recordar siempre esta noche especial, compra algo nuevo para el dormitorio desde un puf hasta una colcha, un cuadro o un marco en el que poner una foto vuestra que siempre os transportará a este San Valentín cuando lo veáis.

 
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