Un silencio insoportable

La directora de Hora 25 ha analizado la reacción de los populares y, sobre todo, el silencio del Gobierno después de la publicación en el diario EL PAÍS de la supuesta contabilidad paralela del PP realizada por Bárcenas.

La sacudida al Partido Popular tras las últimas informaciones sobre el caso Bárcenas publicadas hoy por El País tiene ya intensidad de terremoto. Sacudida que ha intentado apaciguar la secretaria general del Partido, María Dolores de Cospedal, en una rueda de prensa con más preguntas que respuestas.

Dice Cospedal que el PP está indigando con la informaciones, que son un intento de socavar la credibilidad del partido y que va demandar a todo aquel que publique o difunda noticias como las de hoy. Añade que la contabilidad oficial del partido está en regla y que ya hay en marcha una investigación interna y una auditoria externa.

Decirle a los ciudadanos que el partido en el gobierno está indignado es directamente una provocación. Porque en estos momentos la indiganción es patrimonio exclusivo de estos ciudadanos, que pueden entender que en una organizacióin se cuele una oveja negra, pero que ya no pueden soportar más las mentiras, las falsas acusaciones, la prepotencia, la falta de humildad, la incapacidad para reconocer los errores. La rueda de prensa de hoy ha sido un ejemplo de cinismo, porque, demuestre lo que demuestre el tiempo y la justicia, no se puede consentir ni el tono ni las respuestas, sobre todo en un partido con un largo historial de mentiras, solo hay que recordar la guerra de Iraq o los atentados del 11-M.

Cospedal eleva a la categoria de titular lo obvio, que las cuentas publicadas hoy no son las oficiales, eso ya lo sabemos, pero queremos saber todo lo demás, si esos pagos se produjeron, si quienes los recibieron los declararon, hace falta una explicación del origen y el destino del dinero y para ello no hace falta una investigación interna hace falta que el Partido Popular hable claro que de explicaciones y que las de Mariano Rajoy. No se puede aguantar que Cospedal nos diga, con una sonrisa, que Rajoy está tranquilo, como si no fuera con él. Rajoy deberia estar aterrado, preocupado, cabreado si, como dicen, todo es mentira, pero nunca tranquilo. No puede estar tranquilo el presidente del gobierno de un país que se desmorona por los cuatro costados, economicamente y políticamente. Cuya credibilidad internacional es prácticamente inexistente. Con una crisis institucional sin precedentes.El silencio de Rajoy es insoportable, los ciudadanos exigen y merecen respuestas, pero respuestas coherentes.

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