El sabor de la América profunda

La consagrada banda visita España defendiendo un cancionero que partiendo de la tradición estadounidense fluye por diversas rutas musicales. La idea del grupo es sencilla: hacerte olvidar por un rato los problemas. Según afirma la prensa estadounidense, suelen conseguirlo.

En Charlottesville, Virginia, hay muchas cosas que hacer. Se trata de una pequeña localidad perdida en el corazón de EEUU, un lugar tradicional, hogar de dos expresidentes de la nación, donde la música ocupa un lugar prominente en el ocio de la gente de la ciudad. En uno de sus cafés nació Hackensaw Boys. Era 1999 y la idea de hacer una banda que partiese de la tradición estadounidense para avanzar por el punk o el rock no sonaba tan manida como ahora. El grupo aprendió lo que pudo y unos meses después se lanzaba a la carretera para hacer kilómetros, para escapar de casa y descubrir que un músico aprende en los escenarios y en las furgonetas. Seis barbudos de camisas de cuadros con la idea tradicional de siempre: pasarlo bien y hacer bailar con las mismas raíces sonoras que hacían bailar 50 o 70 años antes.

En 2000 llegó a las tiendas Get some, un divertido debut que dio a conocer a la banda a nivel nacional y que le sirvió para empezar a presentarse en festivales dedicados al folk o al bluegrass. Durante los siguientes años estuvieron muy activos editando cuatro discos más entre 2002 y 2007. Su fama empezó a notarse cuando la banda comenzó a recibir invitaciones para compartir escenario con leyendas como Marianne Faithfull, Patti Smith o Southside Johnny. La banda comenzó a viajar por Europa para presentarse en los escenarios dedicados a otras músicas de grandes festivales como el Pukkelpop belga.

Desde 2007 hasta 2012 la banda estuvo un tanto desparecida hasta que el año pasado regresaron con la edición de dos EP que ahora están presentando en una gira española que les lleva esta noche a Valencia, el viernes a Madrid y el sábado a Pontevedra. Una buena oportunidad para descubrir la música de una banda que en directo se presenta como un huracán cabreado, como una tormenta, como una marabunta irritada con un solo objetivo, hacer que te olvides de tus problemas.